La soja, el maíz y el trigo se vieron golpeados por la caótica situación que atraviesa Japón. Ayer hubo algunas subas de precios, pero también nuevas bajas. Analistas trazan sus proyecciones sobre la influencia de la crisis del país asiático en los alimentos, fundamentales para asegurar la «caja K».
Las imágenes de las olas invadiendo pueblos enteros y la posterior amenaza de un desastre nuclear calaron hondo entre los inversores a nivel global, muchos de los cuales, como parte de un acto reflejo, comenzaron a desarmar posiciones en los mercados de futuros de materias primas, provocando el martes un desplome generalizado en la cotización de las commodities.
Esta reacción en cadena respondió, por un lado, al temor de que la crisis pudiera afectar no sólo a Japón, sino a sus vecinos asiáticos.
Por otro, influyó el fuerte predominio que esta economía tiene en el mercado de maíz -dado que en la actualidad es el principal importador de este cereal-, así como también en el del trigo y el petróleo, sectores en los cuales también se destaca como uno de los compradores más activos a nivel global.
Estos factores son clave para la Argentina. Sucede que, más allá de que en 2010 se exportaron a Japón cereales por u$s240 millones -equivalente al 30% de las ventas totales a ese mercado- un agravamiento de la crisis, según los expertos, generaría un «efecto dominó» que podría arrastrar a China y, posteriormente, profundizar la baja de precios de las commodities.
Sin embargo, los analistas, por el momento, le quitan dramatismo al escenario que se presenta de cara al futuro, ya que el muy alto nivel de las cotizaciones brinda un colchón excepcional. En otras palabras: si bien reina la cautela y se prevé algún impacto en el corto plazo, no descartan un panorama positivo para el mediano y largo.
«Por ahora la situación luce controlada para la Argentina», destacó el economista Carlos Melconian, para quien las condiciones deberían agravarse considerablemente como para que China, una de las principales economías que pueden mover el amperímetro de las materias primas, entre en el juego y provoque un derrumbe generalizado de precios.
Gustavo López, director de la consultora especializada en el mercado de granos, Agritrend, coincidió con Melconian al recalcar que «hasta el momento el escenario no luce peligroso para nosotros».
«El confllicto en Medio Oriente, la crisis del Norte de Africa y el desastre en Japón son condimentos que agregaron mucha volatilidad al mercado, es cierto, pero por el lado de los fundamentals -es decir, la economía real-, veo un escenario muy sano. El nivel de consumo a nivel global creció por encima de la producción, los stocks mundiales están muy ajustados y los precios están en niveles muy altos», explicó el experto.
En este contexto, a pesar de tratarse de la tercera economía a nivel mundial y de que el riesgo a un desastre atómico aún no logró ser desactivado, los mercados de granos en Chicago este miércoles no volvieron a desplomarse: la soja se recuperó parcialmente del sacudón de la jornada anterior, mientras que el trigo y el maíz cayeron nuevamente, pero lejos de los valores del martes.
De este modo, para el experto si bien los mercados no están festejando, tampoco es la «despedida definitiva» de los «súper precios» que recientemente habían marcado estas materias primas.
«La soja, el trigo y el maíz están en niveles realmente espectaculares. Hubo caídas y puede haber más, esto nadie lo puede negar. Pero es muy probable que haya rebotes y que se recupere gran parte del terreno perdido», disparó López.
Un dato a destacar es que el «yuyito» en el mercado de Chicago cotizaba el miércoles a u$s488 la tonelada, un 40% por encima de los valores de marzo de 2010, una tasa de variación bastante similar a la experimentada por el trigo que, a pesar de haber sido castigado por el «efecto Japón», aún se encuentra muy por encima de las cifras del año pasado.
Sin embargo, quien se lleva la mejor parte es el maíz, que actualmente cuesta unos u$s260 por tonelada y se ubica un 82% por arriba de marzo del 2010.
Para Melconian «la commoditie madre de la argentina llegó a valer u$s530 la tonelada. Y, conmovida por el precio del petróleo y por el signo de interrogación en Japón, bajó entre u$s40 y u$s50 dólares. Si la crisis termina acá, esto no mueve el amperímetro. En términos económicos, es un tema menor, teniendo en cuenta que la oleaginosa está al doble del promedio histórico».
«En cambio, si esta crisis hubiese agarrado al país con un precio bajo de la soja era un gran problema. Sin embargo, con los valores actuales, la Argentina debería preocuparse más hoy por sus temas internos que por lo que suceda en Japón», recalcó.
A favor y en contra
En este contexto, López aseguró que «a pesar de la tensión mundial, hoy hay más factores que juegan positivamente que de manera negativa».
Entre los «ingredientes» que afectan a la estabilidad de los precios, el experto destacó «los fondos de inversión, que aportan una altísima volatilidad y que fueron los que provocaron las bajas de precios al desarmar posiciones en las últimas semanas».
En Chicago, el martes se estimaba que los fondos habían liquidado unos 10.000 contratos de soja (por casi 1,4 millones de toneladas), unos 40.000 de maíz y 15.000 de trigo.
Por otra parte, Melconian destacó que «si por un efecto cascada Japón afecta a China y éste a los mercados asiáticos a los que exporta la Argentina, entonces puede caer más el precio de los productos primarios. Sería una mala noticia y puede pasar, pero siempre recordemos que estamos en un nivel muy alto de valores».
Como contrapartida, desde Agritrend enumeraron los factores que seguirían jugando a favor de las commodities y que permitirían que las mismas se mantengan en niveles altos, aun cuando se alejen de los récords históricos alcanzados recientemente.
Entre ellos figuran:
• Estados Unidos, uno de los grandes jugadores a nivel mundial, tiene los stocks de granos muy ajustados. «Necesitan por lo menos dos campañas más para estar holgados. Mientras tanto, cualquier problema de clima puede desplomar las existencias y la situación se volvería crítica. Esto juega a la suba y nos favorece», destacaron.
• China continúa ejerciendo un rol activo en la compra de materias primas. De hecho, para este año el gobierno de ese país estimó una demanda de 60 millones de toneladas de soja, una cifra récord y que se ubica unos 5 millones por encima de 2010. A esto hay que agregar que el 95% de la soja estadounidense ya está vendida y la Argentina va a capitalizar las necesidades del gigante asiático.
Ante este panorama, desde la consultora estiman que, a pesar de la crisis japonesa, las exportaciones de commodities agrícolas permitirán un ingreso de divisas «intenso».
En concreto, aún con el «efecto tsunami», la cosecha valdría más de u$s30.300 millones, un 16% más que la campaña anterior.
Por su parte, los ingresos por retenciones alcanzarían los u$s8.600 millones, con un alza del 11% en relación al último ciclo.
De este modo, la «caja K» no debería sufrir mayores inconvenientes a lo largo del 2011.
Para López, estas estimaciones, que incluso contemplan la crisis japonesa, «son totalmente posibles de lograr».
«Estoy en contra de que, porque durante unas jornadas la soja cayó u$s40, salgan a decir que la Argentina pierde ingresos millonarios, porque desde hace meses que la oleaginosa no para de subir y continuamente estuvo marcando récords históricos», recalcó.
Los biocombustibles, una oportunidad para la Argentina
En este contexto, desde el IERAL destacaron que si bien en el corto plazo puede haber caídas de precios, en el mediano y largo se abre una ventana de oportunidad para la soja argentina y que permitirá sostener las cotizaciones.
«El riesgo de un temporal enfriamiento de la economía global como producto de la tragedia de Japón, junto con el fortalecimiento del dólar, han provocado una importante caída de los precios de las materias primas que exporta la Argentina. Sin embargo, hay efectos de mediano y largo plazos que van en la dirección contraria, ya que se abre un escenario positivo para los biocombustibles, ante el previsible aplazamiento de distintos proyectos de construcción de nuevas centrales nucleares en distintos países», explicaron.
Este es un dato clave para la Argentina, que se convirtió el año pasado en el cuarto mayor jugador y contará a fines de este año con una capacidad de producción de más de 3 M de toneladas, casi un 25% más que en 2010, según la Cámara Argentina de Energías Renovables.
«Antes de la tragedia de Japón, se preveía un aumento anual de 4,6% de la producción mundial de biocombustibles. Pero la catástrofe obligará probablemente a repensar las proyecciones ya que se incrementarán sustantivamente los cuestionamientos respecto a los riesgos que representa para el ecosistema la producción de energía nuclear», recalcaron.
En este contexto, desde el IERAL estimaron que «el 50% del faltante de energía nuclear podría ser cubierto con biocombustibles», de modo que la producción mundial podría crecer hasta un 7%, unos 2,4 puntos más que lo que se proyectaba antes de la tragedia.
«Puede deducirse el profundo efecto que tendrá sobre la producción de determinadas energías un estancamiento de la producción de energía nuclear. Este hecho probable, sumado a un contexto también probable de petróleo escaso y de fuertes presiones de la comunidad internacional para priorizar energías mas amigables con el medio ambiente, puede ser la combinación perfecta para un futuro muy promisorio para los biocombustibles, producto donde Argentina cuenta con ventajas naturales», destacaron.
FUENTE: INFOBAE PROFESIONAL