La caña de azúcar es la materia prima del etanol. FABIANA BATISTA/San Pablo.A pesar del precio más alto del etanol hidratado, el consumidor brasileño no está migrando hacia la nafta con la intensidad que el sector de biocombustibles imaginaba. Las ventas cayeron 26% en febrero en relación a diciembre, mes de referencia (el de mayor consumo). Pero Sindicom, que representa a las distribuidoras de combustibles de Brasil, informó que esperaba que esa caída fuera más acentuada, entre 40% y 50%.
Con ese escenario, la preocupación del mercado es que los stocks de etanol -no divulgados- sean insuficientes para atender el consumo hasta el inicio de la próxima cosecha de caña, a partir de abril. Estaciones de servicio de San Pablo, el estado productor de biocombustibles más grande de Brasil, afirman que las distribuidoras están racionando la entrega del producto.
José Alberto Gouveia, presidente del sindicato que representa a las estaciones de servicio de San Pablo, afirmó que no hay falta de producto, sino que las distribuidoras están administrando con más cautela los stocks.
Desde la última semana, esas empresas no están entregando todo el volumen solicitado por las estaciones de servicio. Si pedimos 18.000 litros, por ejemplo, recibimos 10.000 litros. Creo que es para evitar que una estación se quede con mucho y otra con poco, dijo.
Eso sucede porque el consumidor y su vehículo flex (que funciona con biocombustibles y nafta) no están regulando el mercado. Se esperaba que cuando los precios de etanol alcanzasen más de 70% del valor de la nafta, el propietario del auto migrase hacia la nafta, lo que no está ocurriendo en la intensidad imaginada.
Desde enero, el consumo de etanol viene cayendo menos de lo esperado y en febrero ese comportamiento se repitió. ?En marzo, los relatos indican que el consumo no está retrocediendo como se esperaba?, dijo Alisio Mendes Vaz, director de Sindicom, cuyas asociadas representan 60% del mercado de etanol hidratado en Brasil.
El informe de la entidad mostró que en febrero de este año la venta de etanol fue de 650 millones de litros, 26% más bajo que en diciembre de 2010. En el mismo intervalo de un año atrás, la demanda había caído 55%. El comportamiento del consumidor este año es un misterio, porque sólo se compensa el uso del etanol en el estado de Mato Grosso. Además, en febrero pasado, los precios en la usina fueron 7,3% más altos que en febrero de 2010.
Gouveia cree que otra vez el conductor no está haciendo las cuentas a la hora de cargar combustible. Analistas señalan también que los medios de comunicación masivos no se ocuparon del tema de la suba del etanol en la bomba con la misma intensidad que el año pasado.
Tarcilo Rodrigues, director de Bioagencia, una de las comercializadoras de etanol más grande del país, afirmó que el traslado de precios al consumidor final no está llegando en la misma velocidad que la suba en la industria y que los precios de biocombustibles en la usina subieron 28% entre diciembre de 2010 y marzo de este año, mientras en la bomba, el reajuste fue de 8%.
Las usinas son apenas un engranaje en la cadena. Además, están las distribuidoras y las estaciones de servicio, muchas veces, con elevada competencia entre sí, lo que puede ayudar a explicar el motivo de la resistencia en trasladar los precios, afirmó.
Mendes Vaz aseguró que en los próximos días los informes de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) mostrarán un repase más alto de los precios al consumidor. ?Esa demanda persistente preocupa, porque mantiene presión sobre los stocks. Sólo con un shock de precios el consumidor cambiará su percepción?, afirmó Vaz.
Consultada por Valor, la ANP no respondió sobre los stocks privados. La Unión de la Industria de Caña de Azúcar dijo que no mantiene expectativas sobre posibles problemas de abastecimiento. En tanto, analistas señalaron que las distribuidoras que no tienen contratos de compra, es decir que están en el mercado spot, pueden tener dificultades puntuales para adquirir el producto hasta el ingreso de la nueva cosecha. Pero que los volúmenes contratados están asegurados.
FUENTE: EL CRONISTA COMERCIAL