En Europa las aerolíneas reafirman su compromiso con el medio ambiente.
En los próximos años se van a producir grandes cambios en el sector del transporte aéreo. Uno de ellos es la incorporación de los biocombustibles a la mezcla empleada por las aeronaves. En USA se empezará a comercializar mezclas de combustibles con un 1% de biocarburantes para los aviones. En Europa, en cambio, las aerolíneas hacen público su compromiso con la reducción de emisiones y piden a las autoridades de la UE que realicen mayores inversiones en los nuevos combustibles. Por Juan R. Coca.
Microalgas para biocombustibles. Fuente: Boeing
La revista Biofuels International ha hecho público, recientemente, una noticia en la que se afirma que los biocarburantes podrían ser comercializables, en USA, para el sector del transporte aéreo en el año 2015. No obstante, esto no quiere decir que a partir de ese año las aeronaves que sobrevuelen los Estados Unidos de América empleen sólo biocarburantes, sino que a partir de ese año es previsible que en este sector industrial los aviones tengan que usar un combustible cuyo 1% provenga de los biocarburantes.
El dato no resulta demasiado impactante, pero, tal y como se nos informa en Biofuels International, según el director de Boeing Commercial Airplane, Richard Wynne, este pequeño 1% equivale a un total aproximado de 16 millones de galones de carburantes. Por otro lado, este cambio hace que empresas como la propia Boeing Co. y otras muchas del sector ya se encuentren trabajando para tener todo listo y poder incorporar la nueva mezcla sin que se produzca ninguna repercusión negativa en las aeronaves.
A su vez, según informa Cunnecticut Post, Wynne también afirmó que antes de generalizar el uso comercial de los biocarburantes es necesario superar una serie de obstáculos:
– Los combustibles tendrán que ser químicamente idénticos y realizar lo mismo que los combustibles existentes.
– Debería haber una fuente suficientemente grande como para que estos nuevos combustibles pudiesen estar disponibles a un coste adecuado.
– Los aeropuertos deben ser capaces de manejar los combustibles sin tener que hacer grandes cambios en los tanques de almacenamiento, oleoductos y otras infraestructuras.
– La producción comercial debe tener un precio que comparativamente sea favorable respecto a los combustibles convencionales.
– Los combustibles tienen que ser sostenibles, y no competir con las fuentes de alimentos.
¿Un porcentaje mínimo?
Aparentemente, pese a la afirmación de Richard Wynne, el porcentaje que se va a establecer en USA sigue siendo pequeño. De hecho, si lo comparamos con el notable fomento (establecido por Real Decreto) de usar una mezcla que contenga cerca del 6% de biocarburante en automoción en España, entonces el dato podría parecer incluso menor.
Aún así, si nos centramos en el sector de la aviación, actualmente no existe ningún tipo de obligación de incluir ningún porcentaje de biocombustibles en la mezcla que emplean las aeronaves. De hecho, todavía nos encontramos fundamentalmente en el período de pruebas de estos biocarburantes. Por lo tanto, teniendo en cuenta este dato es posible que la impresión inicial se vea algo matizada.
No es una medida aislada
La posibilidad de incorporar biocombustibles en el sector de la aviación, con el objetivo obvio de reducir el impacto ambiental de este sector, no es la única medida que se está llevando a cabo en la actualidad. Como ya hemos informado en diversas ocasiones en Tendencias 21, las mejoras tecnológicas en el fuselaje de las aeronaves, la puesta en marcha de motores más eficientes o el desarrollo de aviones más ligeros son algunas de las medidas tecnológicas que se están llevando a cabo.
No sólo eso, el implemento de los sistemas de gestión del transporte aéreo también es una medida fundamental en la reducción de la huella medioambiental del sector. De hecho, un mejor control del tráfico aéreo y unos cambios en las maniobras de aproximación de los aviones a los aeropuertos trae consigo una disminución del gasto de combustible y, por tanto, una reducción en las emisiones de CO2 considerable.
Recordemos que, como informamos en septiembre en referencia al informe del (OBSA) Observatorio de Sostenibilidad en la Aviación de ese año, la entrada en funcionamiento del Cielo Único Europeo traería consigo un descenso de las emisiones de dióxido de carbono en alrededor de 123.240 toneladas menos al año. Además, gracias a los cambios en los sistemas de gestión se podría conseguir una reducción en los tiempos de espera de un vuelo lo que podría suponer un ahorro de combustible entre 435 kg y 725 kg y una reducción de las emisiones de CO2 entre 1370 kg y 2283 kg.
En Europa, las empresas de transporte aéreo, tal y como afirma en un comunicado la Association of European Airlines (AEA), se reunieron hace días en Bruselas para reafirmar su compromiso con el medio ambiente y con la reducción de las emisiones de CO2 en un futuro. Por ello, hicieron un llamamiento a las autoridades de la Unión Europea para que realicen una mayor inversión en combustibles sostenibles y alternativos.
A comienzos del año 2012 será posible comercializar con las emisiones de CO2. Por esta razón, los miembros de AEA encabezados por Steve Ridgway, presidente de la asociación y director ejecutivo de Virgin Atlantic, consideran que la posibilidad de comercializar con las emisiones de carbono podría generar distorsiones injustas o menoscabar la eficacia medioambiental.
Por todo ello, los responsables de las aerolíneas en Europa expresaron su disponibilidad para cooperar con las autoridades competentes y llevar a cabo una transición efectiva del sector hacia los combustibles de nueva generación.
Comercio de emisiones
La comercialización de las emisiones de carbono, pese a las posibles distorsiones y problemas que podría generar (según el comunicado de AEA), ha generado también un impacto positivo si nos fijamos en la información que The Economist hacía pública a comienzos de año.
Según este medio de comunicación, y en base a los cambios que se avecinan, no es de extrañar que las distintas empresas de navegación aérea estén saltando hacia los biocombustibles para reducir sus emisiones de CO2.
Lufthansa, Ryanair y Easyjet son uno de los últimos “saltos” de algunas compañías del sector hacia estos nuevos carburantes. Estos cambios han traído consigo que una empresa, no demasiado relevante, como Solena, un productor estadounidense de biocarburantes de aviación, se haya convertido en una de las corporaciones de mayor popularidad.
FUENTE: TENDENCIAS 21