El magnate, a través de su empresa Adeco Agro, concretará inversiones por u$s400 millones para consolidar una posición en el sector energético local.
Las principales cerealeras del país, se lanzaron de lleno a la radicación de proyectos de biocombustibles con miras a la exportación, pero con un ojo en el mercado interno.
A los nombres de Molinos, Vicentín, Dreyfus, Bunge, AGD y Eduardo Eurnekian (se quedó con una planta que pertenecía a la aceitera Buyatti), que ya tienen avanzados proyectos, se sumará en el corto plazo el de otro peso pesado: Adeco Agro, la agropecuaria creada por el millonario húngaro-estadounidense George Soros y otros inversores luego de la compra de activos de la familia Perez Companc, en 2002.
Lejos de mostrarse desairada por la movida del Gobierno el año pasado, que la dejó fuera de la láctea SanCor (había ofrecido u$s120 millones para quedarse con el 62,5%), está avanzando en proyectos de producción de biocombustibles y generación de energía eléctrica, según publicó el Boletín Oficial el viernes.
“Invertiremos entre u$s300 millones y u$s400 millones en el país en el sector de biocombustibles”, dijo Alejandro López Moriena, responsable técnico de Adeco Agro. “En Brasil tenemos un proyecto en marcha por u$s 1.000 millones”, aclaró, en declaraciones a un matutino porteño.
En rigor, la empresa ya tiene experiencia en el negocio. En Brasil, produce unos 30 millones de litros de etanol (el equivalente orgánico a la nafta) por año, a partir de la caña de azúcar.
Pero en la Argentina para ver su relación con el segmento había que remontarse a septiembre del año pasado cuando Jonathan Soros, hijo de George, le anunciara una gigantesca inversión al ministro de Planificación, Julio De Vido, durante una visita a Nueva York.
Distribución
En la Argentina, la empresa tiene más de 200.000 hectáreas de campo distribuidas en Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Formosa, Entre Ríos y Santa Fe.
Esta última provincia es la que concentra las mayores chances de atraer los desembolsos en juego. En Venado Tuerto, donde tiene los campos Abolengo, María Teresa, Santa Elena y Carmen, que suman casi 20.000 hectáreas, la compañía planea desembolsar hasta u$s400 millones en un proyecto que contempla no sólo la producción de etanol, sino también la de maíz y leche en forma integrada.
Además, y según detalla la misma fuente, los proyectos de biocombustibles en marcha, que suman inversiones por u$s200 millones, están ubicados en su mayoría en esa provincia.
Desde allí se exportaron, entre abril y agosto de este año, las primeras 46.300 toneladas del combustible, por u$s35, 2 millones.
En cuanto a generación de electricidad, la empresa no sólo espera autoabastecerse (como hacen algunas de sus competidoras), sino también vender eventuales excedentes al mercado.
Fuente: Infobae Profesional