Autor/Miguel Á. Rodríguez/En mínimos históricos. La producción de biodiésel, que en el 2007 llegó ser calificada como el negocio del futuro en el sector de las energías limpias, está prácticamente paralizada. La falta de una protección reguladora, la invasión de importaciones de Estados Unidos o Argentina o el disparatado precio de las materias primas, situado desde hace meses en máximos históricos, han terminado reventando la burbuja de los combustibles ecológicos sin apenas tiempo para que se haya inflado.
En Galicia se fueron anunciado desde el año 2006 proyectos que, sumados, superaban los 300 millones de inversión. La comunidad autónoma iba a contar con una capacidad instalada para generar 1,1 millones de toneladas de biocarburantes al año. La cantidad era casi el 25% de lo que se generaría en toda España (hoy se producen en el país poco más de cuatro millones de toneladas). Pero la crisis mundial ha hecho saltar por los aires los pronósticos y amenaza con hundir a un sector que lo tenía todo de cara hace apenas 36 meses.
Proyectos descartados
La realidad es que en Galicia se están produciendo del orden de cien mil toneladas de biodiésel, y a día de hoy se han descartado proyectos en los que se pensaba invertir más de cien millones de euros. Algunos grandes del sector están sumidos en expedientes de regulación de empleo para trabajar a ritmos mínimos que hacen muy difíciles las amortizaciones.
Varias empresas medianas han sondeado el mercado como salida a sus deudas. Pero no hay compradores. Las firmas capean el temporal como pueden, pendientes de que el Ministerio de Industria fije las cuotas de producción que blindarían al sector en toda España (se esperan para el mes de marzo, tras un retraso que supera ya los tres meses).
Infinita, la marca de renovables del gigante constructor Isolux Corsán, plantó en Ferrol una fábrica capaz de despachar 300.000 toneladas de biodiésel al año. Hoy está prácticamente inactiva. La instalación de Entaban en A Coruña, que iba a generar 200.000 toneladas, tiene al grueso de su plantilla regulada y al resto realizando tareas de mantenimiento. En situación parecida viven las fábricas de Eulen (Biocarburantes Peninsulares) en Narón, con una capacidad superior a las 100.000 toneladas; o las más pequeñas de Biocarburantes Galicia (Bgal) en Begonte (Lugo), y Biovigo Energy, una de las últimas en asentarse, en Curtis y con una capacidad próxima a las 20.000 toneladas.
La central de bioetanol de Abengoa, en Teixeiro, sufre la misma situación. Y dos proyectos que iban a generar en conjunto otras 250.000 toneladas están hoy descartados. Acciona ha renunciado a la planta que anunció a bombo y platillo que produciría más de 200.000 toneladas y en la que se iban a invertir 80 millones. Y el proyecto de Aguas Mansas en As Pontes, del constructor Ricardo Mella, se paralizó tras anunciar siete millones de inversión para producir 35.000 toneladas anuales.
FUENTE: LA VOZ DE GALICIA/ESPAÑA