La Junta autoriza el aumento de vertidos al arroyo Santa Marina.Fachada de la factoría.Foto M. A. C.
M. A. CASQUERO La Consejería de Medio Ambiente ha autorizado a la planta de biodiesel en San Cristóbal de Entreviñas el cambio de las condiciones de vertidos de flujos residuales al arroyo Santa Marina. La Dirección General de Prevención Ambiental y Ordenación del Territorio ha modificado la orden dictada con fecha 14 de septiembre de 2006 concediendo la autorización ambiental a la factoría, así como exime de la obligatoriedad de presentación de un plan de gestión de disolventes y el cambio de las condiciones de vertidos.
La resolución de la Administración Autonómica viene a raíz de la solicitud efectuada a principios de septiembre pasado por la planta de producción de biodiesel que la empresa Biocombustibles de Castilla y León (Biocyl) mantiene abierta en San Cristóbal con actividad desde hace un año. El 14 de septiembre del pasado año la Confederación Hidrográfica del Duero emitió un informe en relación a la solicitud de Biocyl para aumentar en un 15% el volumen de vertido de aguas residuales como consecuencia de un aumento de su capacidad de producción. El organismo de cuenca asegura que dicho incremento del volumen de agua residual vertido «no supone una modificación sustancial».
La actividad de la planta de Biocyl en San Cristóbal de Entreviñas obtiene principalmente biogasóleo a partir de aceites vegetales. El proceso tiene lugar en dos etapas: una de reacción y otra de decantación-purificación.
La reacción de «transesterificación» se realiza en un medio básico utilizando hidróxido potásico como catalizador, que se introduce en el proceso formando una mezcla con el metanol.
La etapa de decantación permite la separación de fases de ésteres metílicos (biogasóleo bruto) y glicerina bruta. La purificación del biogasóleo se realiza mediante lavado con fase acuosa y decantación, seguidos de una posterior eliminación de agua y metanol residual por evaporación (recuperándolo y devolviéndolo al proceso).
La glicerina bruta y las aguas de lavado son neutralizadas, obteniendo fase grasa, que será esterificada antes de volver al proceso, y una fase glicérica donde, tras la separación de metanol, agua y sales queda, una glicerina de calidad apropiada para su venta a empresas productoras de glicerina. La capacidad total de producción de la planta es de 6.900 toneladas anuales.
Los flujos de aguas residuales van a parar al arroyo de Santa Marina en el paraje de «Las Esperas» en el término municipal de San Cristóbal, aunque la resolución dictada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, recogida en el Bocyl del pasado 31 de diciembre, explicita que los flujos de aguas residuales deberán ser tratados en las instalaciones de depuración antes de su vertido final al medio receptor, al arroyo de Santa Marina, tanto los flujos de aguas residuales procedentes del proceso de fabricación y limpieza de planta como de aseos de fábrica. Es decir, los derivados de la composición industrial y los de la doméstica.
El control de los vertidos tendrá que estar certificado por una entidad colaboradora dada de alta en el Registro Especial del Ministerio de Medio Ambiente. La entidad colaboradora deberá realizar con sus propios medios tanto la toma de muestras como el análisis de las mismas, así como la medida de los caudales y el calibrado de los equipos de medida del caudal, explicita la resolución firmada por la titular de la Consejería de Medio Ambiente.
Fuente: LA OPINION DE ZAMORA