Investigadores del Grupo de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos de la Universidad de Valladolid y del laboratorio de la Planta de Biodiésel de Acor en Olmedo trabajan conjuntamente en la valorización de uno de los subproductos que se obtienen del proceso del biodiésel, la glicerina, un alcohol que es la base de muchos compuestos farmacéuticos.
Por cada cien kilogramos de biodiésel se producen unos diez de glicerina, una cantidad importante que la industria farmacéutica no puede asumir. Según los investigadores, hay muchas alternativas de tratamiento y se han decantado por una que implica la obtención de productos de elevado valor añadido, como son los precursores utilizados en la producción de plásticos biodegradables.
A través de un proyecto del Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN), estudian la transformación de la glicerina por dos vías alternativas. Una de ellas es la transformación química con catalizadores selectivos de forma que se pueda obtener propanodiol, que es el precursor con el que están trabajando. La otra es una transformación bioquímica con microorganismos capaces de asimilar la glicerina.
FUENTE: INTEREMPRESAS