El inicio. Esta fue la primera parcela sembrada con semillas de remolacha azucarera, en abril último en Pocito. La ingeniera Chiquirrín ha seguido paso a paso la evolución de las plantas.
Avances en el Inta San Juan.
Se experimentará la elaboración de alcohol como combustible. Es la primer vez que se le dará este uso.
Las primeras remolachas azucareras sembradas en Pocito para la producción de biocombustible comenzarán a cosecharse en estos días, antes de que empiecen a mostrar signos de floración, según explicó la ingeniera del INTA a cargo del proyecto, Griselda Chiquirrín.
Las raíces de remolacha se usarán para elaborar bioetanol, en forma experimental, a la vez que se evalue el comportamiento de las distintas variedades de semillas en San Juan.
El etanol es un biocombustible que servirá para hacer el corte del 5% en la nafta, el que será exigido por ley dentro de tres años. La idea es ir reemplazando a los combustibles derivados del petróleo -que es un recurso no renovable y que está cada día más escaso y caro- por los biocombustibles.
Y San Juan no se quiso quedar atrás: Esta siembra es parte de un proyecto, que incluye plantaciones en Sarmiento, San Martín y Jáchal, con el mismo propósito de experimentación y análisis.
En la Estación INTA, en Pocito, se sembraron hace unos meses las primeras semillas importadas -9 variedades distintas- y este proceso permitirá determinar qué variedades se adaptan mejor al suelo y clima sanjuanino y responden con mayor rendimiento.
A partir de esta semana, y según el comportamiento de la temperatura, las plantas comenzarán a florecer y la cosecha debe realizarse antes de que eso suceda. Es que, según explicó Chiquirrín, como el propósito de esta experiencia es elaborar etanol hay que sacar el máximo provecho de las raíces de la remolacha, y para lograrlo se debe evitar que la planta destine la energía de la raíz en producir flores.
«Con la primer cosecha se realizará la evaluación en campo de las raíces y luego se tomarán muestras representativas que se llevarán al Instituto de Biotecnología, de la Universidad Nacional de San Juan, y ahí se analizará el nivel de azúcar y se producirá en forma experimental etanol», dijo Chiquirrín.
A partir del día de la cosecha, se calculan 30 días más para tener los resultados del laboratorio. Si los resultados son positivos -sería óptimo obtener 1 litro de etanol con 10 kilos de remolacha-, será necesaria la instalación de al menos dos plantas destiladoras para procesarla.
Evolución
La ingeniera del INTA explicó que hasta ahora las semillas y el crecimiento de las plantas han tenido una evolución normal y si bien el invierno fue muy crudo no hubo problemas con las heladas. En cambio sí se produjo un retraso en el crecimiento, algo «razonable» para las temperaturas registradas. «Las plantas han crecido más lento, pero sin problemas de pestes y ningún tipo de enfermedad», dijo Chiquirrín.
Lo ideal sería poder aplazar unos días más la cosecha, pero si el calor aumenta la planta comenzará a elaborar flores y será necesario cosecharlas.
Estas semillas fueron importadas de Alemania y Chile, y son monogérmicas, anti plagas y con distintos momentos de siembra, lo que permitirá cosechar todo el año.
Por eso en los otros tres departamentos continúan realizándose siembras mensuales, que irán evolucionando y cosechándose en distintos meses del año.
Por Viviana Pastor-Diario de Cuyo
Fuente: Diario de Cuyo