Congreso de Aacrea / Prepararse para nuevas producciones
Numeroso público en otro exitoso congreso de los CREA
Foto: Irma Montiel
CORDOBA.- En algún momento finalizará la fase de expansión de los biocombustibles y del mayor consumo de proteínas animales. Para entonces habrá que estar preparados para nuevas producciones.
En los próximos 10 años se espera que el ingreso per cápita en China aumente un 6-8%. En ese período, alrededor de 500 millones de personas se trasladarán del campo a las áreas urbanas. Este proceso generará un progresivo descenso del consumo de arroz a la par de un aumento del consumo de proteínas animales.
«Muchos millones de personas en Asia en general y en China en particular dejan las áreas rurales para pasar a las urbanas y esto hace que dejen de producir su propia comida y pasen a formar parte de la economía de mercado; comienzan a ser consumidores», indicó Michael Boehlje, investigador del Center for Food and Agricultural Business. Purdue University en el congreso de Aacrea. «Este proceso genera un progresivo consumo de proteínas animales en desmedro del consumo de proteínas vegetales», añadió. «La bioenergía (bioetanol+biodiésel) ha interferido de alguna manera con este proceso, porque el aumento en el costo de las proteínas vegetales hace menos accesible los productos cárnicos, especialmente para las personas con menores ingresos», argumentó Boehlje.
Productividad
«Más allá de lo que está sucediendo en la actualidad con el consumo de proteínas animales y con la industria de los biocombustibles, debemos reconocer que la agricultura seguirá incrementando su productividad, además de incorporar eventualmente mayores tierras; si queremos seguir creciendo (además de académico, Boehlje es farmer) en los próximos años vamos a necesitar otra fuente de demanda creciente», apuntó.
Además, el investigador indicó que en EE.UU. existen opiniones contrarias al consumo creciente de maíz por parte de la industria del etanol que sostienen que es más viable importar el biocombustible de Brasil o bien desarrollar la fabricación de biocombustibles a partir de fuentes celulósicas.
Pero la sustentabilidad económica del negocio agrícola no sólo se dará por medio de la obtención de una mayor eficiencia o bien de la aparición de demandas adicionales. Otra alternativa en camino es la bioeconomía.
Boehlje indicó que en un futuro comenzaremos a ver la aparición de biomateriales elaborados a partir de plantas modificadas, los cuales empezarán a reemplazar a los productos plásticos (polímeros derivados del petróleo).
«En algún momento del futuro, las alfombras, los empapelados o las tejas de una casa van a ser elaboradas a partir de insumos biológicos provenientes de plantas. Por este motivo, unos años atrás Dupont (compañía dedicada a fabricar insumos para la construcción, equipos e indumentaria) adquirió la empresa semillera Pionner», explicó.
Otras de las aplicaciones del negocio agrícola será la biofarmacéutica. «Los alimentos representan nada más que el 10% del presupuesto de las familias estadounidenses; no es mucho y hasta hace no mucho tiempo la agronomía no era el centro de atención del mundo de negocio o académico de EE.UU. Pero ahora cada vez más gente sigue de cerca al sector a partir de las innovaciones que vienen en camino», dijo el investigador estadounidense.
«En menos de cinco años la industria del etanol ha pasado de ser marginal a una cuestión central en EE.UU. Pero ahora se está observando que la capacidad de expansión de esta industria ha ido más rápido que la capacidad de respuesta de la demanda, lo que ha generado una baja en los valores del etanol en los últimos meses», indicó.
«Sin embargo, existen algunas preocupaciones: la mayor demanda de maíz, combinada con un incremento de los precios internacionales del petróleo, ha generado un aumento sustancial en el costo de la tierra (arrendamientos), fertilizantes y agroquímicos. Con esto vamos a un escenario con márgenes más ajustados», alertó.
«La otra preocupación es que el aumento de los granos promovió un encarecimiento de los costos de producción en la industria de proteínas animales; si esto persiste, habrá menos gente que pueda acceder al consumo de carne y podríamos ahogar al crecimiento de la demanda mundial de proteínas animales», concluyó.
Fuente: La Nación