biocombustibles

Invertir en el lejano oeste

San-Luis-BiodieselA 25 kilómetros al sudoeste de Villa Mercedes, el empresario Daniel Lusich desarrolla cultivos extensivos con altos rendimientos y ganadería intensiva; para un futuro cercano planea tener una planta para elaborar biocombustibles.  

VILLA MERCEDES, San Luis.- El establecimiento Mi Sueño está ubicado a 25 kilómetros al sudoeste de esta ciudad, cerca de Liborio Luna. El paisaje es inquietante. Suelos arenosos, lotes abiertos de pasto seco, donde se pierde la vista en el horizonte, con pocos árboles e inmediatamente después monte bajo y cerrado. Así es esta zona donde existe además, la presencia casi permanente del viento. 

En este lugar, el empresario Daniel Lusich decidió invertir en tecnología para producir cultivos extensivos con altos rendimientos, con la siembra directa como sistema base, en secano y con riego. Se dedica a la ganadería intensiva y planea en un futuro cercano, tener una planta para la elaboración de biodiesel y biogas. Un planteo integrado y difícil en una zona donde las condiciones agronómicas presentan serias limitantes.

Actualmente trabaja en poco más de 800 hectáreas propias agrícolas y 350 arrendandas donde realiza la recría de los terneros y otras 4200 para la cría.

Lusich tiene 45 años y es bioquímico de profesión. Cuenta que llegó a la provincia de San Luis a los 17 años para cursar su carrera universitaria y desde entonces emprendió diferentes empresas.

Convencido de la capacidad productiva de la región, explicó que el objetivo de la apuesta es llevar adelante un proyecto agroindustrial sustentable que tiene como premisa dar valor agregado a la generación primaria de commodities, debido fundamentalmente a que se encuentran alejados de los puertos y esto dificulta el traslado de los granos por el elevado costo de los fletes. «Estamos a casi 700 kilómetros del puerto de Rosario y llevar una tonelada de soja hasta allá cuesta más de 90 pesos», indicó.

La visión de la posibilidad de producir obteniendo buenas rentabilidades se centra para este emprendedor en que el sector agropecuario en el país está en un buen momento de precios internacionales, que excepto las volatilidades momentáneas, continuará debido a la fuerte demanda global.

«La zona presenta grandes posibilidades para el desarrollo de este tipo de emprendimientos ya que, por ejemplo, tenemos disponibilidad de regar a un costo accesible y obtener rendimientos en cultivos como maíz y soja, similares a los de la pampa húmeda, con una inversión en la tierra muy inferior, de acuerdo con los valores de mercado actuales», indicó en referencia a la apuesta que realiza.

La hectárea con aptitud agrícola se cotiza alrededor de 1500 dólares. Hace dos años Lusich las adquirió a 600 dólares.

Valor agregado

Dentro de los planes para el establecimiento, proyecta incrementar la superficie de producción agrícola bajo riego, que actualmente es de 240 hectáreas, a 500, utilizando la tecnología de pivot central, para lo cual cuentan con tres equipos que riegan en lotes de 80 hectáreas cada uno, unos 500.000 litros de agua de bajo contenido de sodio, proveniente de pozos.

El planteo es de una rotación de cultivos al 50 por ciento, con ocho años agrícolas y cuatro para la implantación de pasturas, básicamente alfalfa. La premisa es producir grano propio para convertirlos en carne bovina y porcina.

Tiene 440 hectáreas de monte, de las cuales, irán incorporándose 100 anuales a la producción agrícola. El costo del desmonte en esta zona es similar al de otras del país y asciende a 500 dólares por hectárea.

Como siguiente etapa a la que lleva adelante actualmente, Lusich planea la puesta en marcha de una planta de biodiésel para procesar oleaginosas, colza, girasol y soja y utilizando el descarte, de alto valor proteico, para la suplementación en la alimentación de los animales. Asimismo prevé la instalación de una planta para la obtención de biogas (metano) a través del procesamiento de los excrementos porcinos. «Con esto en marcha, el establecimiento se puede encuadrar en el Protocolo de Kyoto y previa certificación, recibir bonos verdes por no contaminar el ambiente, títulos que son de alto interés en el mercado internacional», agregó el empresario.

Planteo

Los fondos para poder llevar adelante estas inversiones provienen de un fideicomiso, herramienta financiera que, según Lusich, permite este tipo de desarrollos eficientemente.

El campo Mi Sueño está dividido en nueve potreros alambrados y con aguadas cada uno. En ganadería trabaja con la raza Aberdeen Angus.

En agricultura, la última campaña, obtuvo rendimientos de 10.000 kilos promedio en maíz de segunda, utilizando materiales Pioneer. Como pautas de manejo en fertilización, aplica 80 kilos de fósforo a la siembra y 70 kilos de úrea.

En soja, terminó de cosechar en abril lotes que rindieron entre 2700 y 2900 kilos por hectárea con cultivares de ciclo intermedio de Nidera. Aplicó 70 kilos de superfostafo simple a la siembra, todo en siembra directa.

Entre los costos que más variaron, Lusich mencionó que el fosfato subió de 320 dólares en el ciclo anterior, a 550 dólares en 2007.

En esta zona, el valor de los arrendamientos, son para lotes agrícolas, de entre 6 y 7 quintales de soja y para ganadería de 45 kilos de carne por hectárea.

El ambiente

Dentro de las principales dificultades que presenta la región están la cobertura en los suelos y la erosión hídrica y eólica, provocada esta última por el viento que proviene mayormente del Nordeste.

Por estas características, la siembra directa como sistema de manejo tiene en la región un alto impacto para lograr el cuidado de la cobertura y la retención de agua.

Los perfiles del suelo son de textura franco arenosa, con 60 por ciento de arena, y pertenecen a la orden de los entisoles, que se caracterizan por la baja capacidad de retención, alta infiltración, buen drenaje y de grandes pendientes, con niveles de materia orgánica de entre 0,5 y 1 por ciento.

Para mantener los lotes protegidos, Lusich siembra trigo y sorgo como cultivos de cobertura.

Las precipitaciones son cercanas a los 600 milímetros anuales promedio, pero como característica específica Lusich mencionó las heladas tempranas, que aparecen a fines de marzo y las tardías que llegan los primeros días de noviembre, habitualmente. Esta particularidad limita la posibilidad de implantación de cultivares de ciclo largo.

Por Verónica Puig
Para LA NACION

La superación de las dificultades

VILLA MERCEDES, San Luis.- La expansión de la agricultura, de la mano de la siembra directa, lleva a que empresarios desarrollen proyectos en esta región, buscando maximizar los rendimientos en establecimientos mixtos.

Liliana Freysz y Guillermo Ruival trabajan en una empresa familiar perteneciente al movimiento CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) en el establecimiento La Verde, a 110 kilómetros de Villa Mercedes.

Comentaron su experiencia de producir en estos ambientes caracterizados por suelos arenosos, ondulados, con bajo contenido de materia orgánica y con procesos intensos de erosión eólica.

En referencia a los principales cambios productivos que realizan en su campo, comentó que en agricultura, pasaron del monocultivo de girasol a una secuencia de rotaciones donde se asigna un 50% de la superficie a maíz y 50% a soja.

«Logramos reducir los movimientos de suelo, con labranzas mínimas. Actualmente se discute con los contratistas al detalle, incluida la estrategia de fertilización», explicó Freysz. Añadió que planean incluir en el sistema los verdeos de invierno, para completar un esquema de planteo sustentable de rotación de cultivos que incluye pasturas, maíz, soja y luego nuevamente maíz.

En ganadería realizan el ciclo completo y como consecuencia de la intensificación encarada desde hace años obtienen 200 kilos de carne promedio por hectárea, cuando en 1992 rendían 60 kilos por hectárea. Para la invernada, trabajan para acortar el proceso a menos de 15 meses.

Ruival dijo que la apuesta empresaria está centrada en aplicar tecnología que permita incrementar los rendimientos y acercarlos en cifras a los que se obtienen en otras zonas del país, como la pampa húmeda.

Por su parte Julio Ramos, productor del grupo regional San Luis de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), explicó que para trabajar en esta región, la principal limitante es el agua, por lo que considera a la estrategia de acumular agua mediante la siembra directa, la mejor alternativa para producir con buenos resultados.

En el campo llamado San José, a 30 kilómetros de la capital de la provincia, produce granos y carne. Explicó que la agricultura atraviesa por una etapa de transición donde van agregándose hectáreas al sistema de siembra directa. «Desde hace cinco años trabajamos el 60 por ciento bajo este sistema. Son 140 hectáreas que se destinan a los híbridos de mayor potencial y más inversión en la incorporación de fertilizantes», señaló.

La rotación consiste en consociar pasto llorón con alfalfa y luego cinco años de agricultura, maíz, soja, sorgo y verdeos de invierno. «Invertir en planteos sustentables, es la manera más segura de garantizar el retorno a cada peso puesto en el campo», concluyó.

Fuente: La Nación

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