Hay 120 empresas y exportan a varios países. En 2007 se aprobó una ley pero aún no se reglamentó.
¿Qué tuvieron en común Bernardo Houssay, Federico Leloir y César Milstein? Fueron tres Premios Nobel en ciencia, educados en universidades públicas argentinas y que sentaron la bases para el desarrollo de una de las industrias más dinámicas de este nuevo siglo: la biotecnología .
Un trabajo del investigador de la Cepal, Roberto Bisang, apunta que en el país ya hay 120 empresas que facturan en conjunto US$ 1.000 millones y exhiben una fortaleza a lo que no estamos acostumbrados. Sobre todo, si se considera que existe una ley aprobada en 2007 para impulsar la actividad y que aún no fue reglamentada . Hay, sin embargo, políticas públicas impulsadas por el Ministerio de Ciencia y dos fondos específicos.
Pero en esta tecnología basada en la biología y utilizada en las áreas más diversas no dieron demasiadas vueltas y sus aplicaciones tienen en la actualidad un alto peso específico. El más reciente es el sector de biocombustibles en el que Argentina ya es la primera del mundo en exportaciones por US$ 1.500 millones .
Para Marcelo Arguelles, de Biosidus, líder en ese tipo de productos en la industria farmacéutica, “hay un enorme potencial de inserción en los países del Primer Mundo, mientras llega la segunda generación de medicamentos pensados especialmente para abaratar tratamientos de las llamadas enfermedades olvidadas y que son muy costosos”, le dijo a Clarín .
Las ventas anuales de la industria farmacéutica alcanzan los $100.000 millones y lo más significativo es el ascenso de los productos biotecnológicos que ocupan el 6% de esa torta. Se exportan a la región, a Europa, Asia y últimamente a Rusia. Biosidus desarrolló un tambo en el que la leche de las vacas excreta la hormona de crecimiento humana. También, anticuerpos para detectar Chagas, Cólera y Hepatitis, entre otros descubrimientos.
Nidera reina en semillas, un mercado con un movimiento anual de $2.500 millones. Se contabilizan 22 firmas especializadas en mejoramiento genético, micro-propagación vegetal, protección de variedades contra insectos y herbicidas y desarrollo de inoculantes. Los organizadores de Biolatina, el foro latinoamericano del sector, estiman que en la Argentina la producción de semillas transgénicas permite reducir el consumo de herbicidas en $2.000 millones anuales .
Biogénesis Bagó domina en este tipo de productos para sanidad animal. Los productores de vacunas veterinarias mueven $200 millones anuales. Y el mercado de productos biológicos, estimuladores de crecimiento y antiparasitarios genera otros $200 millones.
Y hay firmas que muestran un desempeño particular como Bioceres, formada por 200 accionistas que son empresarios agropecuarios y que financian proyectos de agro-biotecnología. Un ejemplo son los maíces resistentes al Mal del Río IV que crearon junto con el INTA.
Por Silvia Naishtat
FUENTE: DIARIO CLARIN