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¿El canto del cisne?

otto-solbrig-aapresidPonencia del Profesor Emérito de Biología Evolutiva  Otto T. Solbrig Harvard University en el XV Congreso de Aapresid-Reinvención y prospectiva.

Se dice que el cisne antes de morir canta mejor. No se si es cierto, pero es una linda fábula que Saint-Sans transformó en un hermoso pasaje para el violencello.  En el titulo de mi charla hay un signo de interrogación porque la pregunta que me hago es si el mundo como lo conocemos también esta entonando su canto de cisne.

Nunca nos ha ido mejor a los humanos en este mundo a pesar de los muchos problemas que existen pero hay negros nubarrones en el horizonte que pueden resultar en una tormenta grande en el futuro.  El problema que enfrentamos se describe generalmente como “cambio global” que comprende el impacto de no solo el cambio climático sobre nuestra civilización pero también los problemas creados por él crecimiento demográfico, el consumismo, la globalización económica y el uso indiscriminado de recursos, especialmente los combustibles fósiles.

El impacto ambiental del cambio global es muy debatido.  Un ejemplo es el debate que se ha suscitado en la Argentina debido a la construcción de una fábrica de celulosa en Uruguay.  Para los ambientalistas de Gualeguaychú las papeleras serian terriblemente contaminantes; para el Banco Mundial y el gobierno del Uruguay, no lo son.  ¿Quién tiene razón?  En este caso, ambas partes tienen parte de razón.  Las papeleras históricamente han sido una de las industrias más contaminantes.  Un punto para Gualeyguaychú.  Pero la nueva tecnología puede eliminar en más del 95% la contaminación del pasado.  Un punto para Uruguay.  ¿Qué tipo de papelera se está construyendo?  Nadie sabe de seguro y sólo el tiempo dirá.  Pero esa no es una solución satisfactoria.   Y en eso esta el meollo de la cosa y el problema detrás del debate ambientalista: es imposible predecir el futuro con certeza.  Los ambientalistas mantienen que no se debe avanzar hasta tanto no haya certeza de que no habrá daño ambiental; los desarrollistas mantienen que nunca hay 100% de certeza en nada y que si no tomamos algún riesgo nunca podremos avanzar y desarrollarnos económicamente.

De ciertos aspectos del futuro estamos seguros: mañana el sol saldrá a una cierta hora que se puede predecir al minuto y segundo y se pondrá también a una hora precisa.  También sabemos que la temperatura en Rosario en agosto no sobrepasará los 30 grados, ni estará por debajo de -20 grados.  Pero nuestra capacidad de predecir la temperatura exacta del día de mañana es menos precisa que la salida y la puesta del sol.  También podemos predecir con alguna certeza si mañana lloverá o no, pero no podremos hacer una predicción sobre si lloverá dentro de seis semanas, ni sabemos cuanto lloverá.  El movimiento de los astros es muy exacto y la ciencia sabe con mucha exactitud su marcha por el espacio, pero el tiempo es el resultado de procesos muy complejos y aleatorios, difíciles de predecir.  En consecuencia las predicciones de los científicos de que el mundo natural esta cambiando debido a la actividad humana y que esto puede tener consecuencias funestas para la humanidad es recibida con una gran dosis de escepticismo por gran parte del público.

A pesar de ese escepticismo y de informes periodísticos que ponen en duda la existencia del cambio global, la evidencia es incontrovertible de que está ocurriendo.  Me baso en cincuenta años de mediciones rigurosas de la composición de la atmósfera, del crecimiento demográfico, del aumento de la temperatura global, de cambios en los ciclos geoquímicas y del derretimiento de los glaciares, La única incertidumbre es el mecanismo preciso detrás de estos cambios.

El problema entonces es tratar de trasladar el debate de la arena de lo ideológico a un campo más neutral y más objetivo.  Si hubiere alguna manera de sustituir la cacofonía que existe entre los que aceptan el cambio global y aquellos que lo niegan por un método más objetivo y con mejor poder predictivo podríamos trasladar el debate a un plano donde todos nos podemos poner de acuerdo.  Yo creo que esa metodología existe y mi charla esta dedicada a describir esa metodología  y considerar sus implicaciones.

Empezaré detallando las dos posiciones extremas. Muy pocas personas mantienen posiciones tan exageradas como las que voy a describir y por lo tanto mi descripción es mas bien una caricatura de la realidad.  Un bando en este diálogo de sordos mantiene que la actividad humana esta destruyendo el mundo con tal rapidez que para mediados de siglo estaremos en una enorme crisis tal que habrá guerras de recursos, enormes hambrunas y hasta una guerra civil mundial.  Para hacer esta predicción se apoyan en la presencia de fenómenos como el calentamiento global, la pérdida de biodiversidad, la falta de agua en muchas partes del mundo, el agotamiento de las reservas de petróleo y de minerales, la erosión de los suelos, y la pérdida de diversidad genética en los cultivos.

El otro bando mantiene que no hay problema que la ingenuidad humana y la tecnología no puedan resolver.  Explican el calentamiento global –que finalmente todos han aceptado como un hecho—como un fenómeno cíclico cuyas consecuencias de alguna manera vamos a resolver, mantienen que la pérdida de biodiversidad esta exagerada y que además no importa; la falta de agua se puede resolver desalinizando el agua de mar; que hay enormes reservas de petróleo que aún no hemos identificado, que el agotamiento de ciertos minerales tal como la plata no es importante porque los podemos substituir por otros,  y que la erosión de los suelos y la pérdida de variabilidad genética son problemas técnicos de fácil solución.

¿Dadas estas posiciones tan encontradas como podemos resolverlas?  Claramente no se resolverán con demostraciones, discursos, insultos y toda la panoplia de tácticas políticas utilizadas por los grupos extremos de ambos lados.  Lo que necesitamos es un modelo del funcionamiento de la biosfera basado en estudios serios y fundamentados con números reales que pueda predecir con suficiente credibilidad un escenario futuro.
Otro problema es que el cambio global y sus consecuencias esta íntimamente conectado con el uso y control de recursos naturales y el tipo de economía de cada país.  Es por lo tanto no solo un problema técnico pero también un problema socio-económico y por lo tanto la ideología y la visión política juegan un rol en la interpretación de lo que esta ocurriendo.

A mi parecer primero necesitamos delimitar el problema creado por el cambio global, luego ver sus consecuencias y finalmente desarrollar políticas nacionales e internacionales para ameliorar los efectos nocivos.  Esto no es un programa sencillo y todavía nadie sabe como resolverlo.  La tarea que me he fijado en esta charla es de presentarles una descripción lo mas objetivo posible del impacto ambiental del cambio global. .Desgraciadamente no poseemos aún toda la información necesaria para una evaluación precisa de todos los aspectos del cambio global, pero poseemos sus lineamientos y suficiente información para poder hacer ciertas predicciones.  Empezare por enumerar lo que sabemos con seguridad.
La biosfera, o sea el mundo de lo vivo, es lo que nosotros los científicos llamamos un sistema termodinámico abierto.  ¿Qué quiere decir esto?  En términos muy generales podemos decir que en el planeta los organismos se asemejan al funcionamiento de un tractor.  El tractor sólo se mueve cuando lo llenamos de gasoil y aceite.  De lo contrario no es más que un pedazo de hierro, goma y plástico.  Sin un constante ingreso de energía, el tractor esta en equilibrio, pero es el equilibrio de la muerte ya que esta destinado a herrumbrarse y eventualmente a desaparecer.  Lo mismo la biosfera.  Sin la energía del sol, este planeta en que vivimos seria una enorme roca.  El sol calienta la tierra y ayuda a mantenerla en un rango de temperaturas que oscila alrededor de un promedio de 20 grados centígrados lo que hace posible la vida.  Entonces la primera lección es que en la naturaleza no existe equilibrio, a no ser que estemos hablando de la muerte.  Todo es flujo constante, que aparenta un equilibrio, pero es un equilibrio ficticio, lo que a veces llamamos equilibrio dinámico.  Los que hablan del “equilibrio” de la naturaleza están equivocados: el mundo está en constante flujo.  Por lo tanto aun cuando tratemos de no hacer nada, las condiciones ambientales inevitablemente van a cambiar. Por lo menos una parte de lo que estamos experimentando es natural e inevitable.

El sol no solo calienta la tierra pero provee a los organismos de la potencia necesaria para funcionar.  La energía solar es el gasoil de la biosfera.  Las plantas verdes y las bacterias fotosintéticas absorben esa energía que viene del sol en forma de energía física y la convierten en energía química a través del proceso de la fotosíntesis.  Este proceso se puede medir con precisión para cada planta y para cada cultivo.  No es un número absoluto, sino que depende de la temperatura, de la humedad la concentración de nitrógeno en el suelo.  Tenemos buenos estudios sobre la capacidad fotosintética de nuestros cultivos1 y de muchas otras plantas.  Por ejemplo, en mi laboratorio hicimos un estudio exhaustivo de la capacidad fotosintética de las violetas. 

Sabiendo la tasa fotosintética de cada especie podemos averiguar  por lo menos en teoría, la producción fotosintética del total de las plantas.  Pero extrapolando a todas las plantas del mundo en todos los continentes no es una tarea sencilla y su realización introduce una gran incertidumbre en el cálculo ya que no sabemos cuantas especies hay y cuantos individuos hay de cada especie.  Sin embargo existen otras metodologías para estimar ese número.   A esa cantidad la llamamos  la productividad potencial de la biosfera.  Nos dice cual es la máxima productividad fotosintética del planeta. En otras palabras nos dice la cantidad de energía solar que la biosfera puede cosechar del sol en condiciones normales  Haciendo una analogía con nuestro tractor, se ha calculado el máximo gasoil disponible para la flota de tractores del mundo.  ¿Porque ese número es importante?  Ese número nos dice el máximo de energía que la biosfera produce y que alimenta a todas las plantas y animales pero sobre todo nos alimenta a nosotros, ya que sin cultivos y sin praderas para nuestros animales domésticos pronto nos moriríamos. 

Captar la energía solar es el servicio más importante que nos provee el ecosistema natural, pero no es el único.  El ecosistema es necesario para el reciclaje de nutrientes, la eliminación de la hojarasca y de otros tejidos muertos y la formación y retención del suelo.  A medida que eliminamos, o afectamos el ecosistema natural, reducimos los servicios del ecosistema, servicios de los cuales dependemos para poder existir.

CAPACIDAD FOTOSINTETICA DEL PLANETA

Calcular la productividad natural del planeta no es fácil.  Para ello tenemos que dividir al planeta en regiones con vegetación uniforme y calcular empíricamente la producción por hectárea y por año en cada región y luego multiplicar por la superficie de la región y finalmente sumar la producción de todas las regiones.  Estudios realizados por diferentes investigadores usando diferentes enfoques en sus cálculos han llegado a resultados similares que si bien difieren en detalle, no difieren en mucho.  También podemos calcular la producción agrícola mundial basada en datos de la FAO y otras fuentes.  De esos estudios se desprende que la vegetación en el mundo  produce un máximo de alrededor de 117 x109 Tm de biomasa por año2 .  Este es un número enorme (117 seguido por 9 ceros) y debería poder satisfacer las necesidades de todos nosotros ya que equivale a 19 Tm de biomasa por persona/por año, suficiente energía para la humanidad y todas las otras especies del mundo.  En promedio una persona consume alrededor de una a tres  TM de alimentos por año.  Recuerde el lector que los animales (entre los que nos contamos) no pueden obtener energía del sol pero la obtienen consumiendo plantas.  Entonces la próxima pregunta que nos hacemos es de la producción vegetal que proporción es consumida por nosotros los seres humanos.

Un estudio hecho por Peter Vitousek y colaboradores en la Universidad de Stanford en USA estimo que los humanos y sus animales domésticos consumen 4% de la producción fotosintética que las plantas diariamente obtienen del sol.  Es sorprendente para mí que nuestra especie que es una entre 10 millones se pueda apoderar de una fracción tan grande de la energía que producen las plantas.  Estos autores también estimaron que 26.7% de la producción primaria del planeta  proviene de sistemas artificiales: cultivos y plantaciones y que eso representa una pérdida absoluta de 10% de producción primaria ya que nuestros cultivos son menos productivos que los sistemas naturales que reemplazan.

Pero los humanos no solo consumimos sino que también reducimos la producción potencial del planeta.  Por ejemplo cuando reemplazamos la vegetación natural de la pampa por el asfalto del Gran Buenos Aires, Rosario o Mar del Plata, o por autopistas, caminos y viviendas, reducimos a cero la productividad de esos lugares.  Como nuestras ciudades están localizadas generalmente en zonas donde antes prevalecía una abundante vegetación, la reducción en la captación de la energía solar puede ser substancial.  Cuando las ciudades eran pocas y la acción humana limitada, la pérdida de capacidad fotosintética del planeta debido a la acción humana no era de consecuencia.  Pero con una población de más de seis mil millones de personas, esa pérdida es significativa y comienza a tener serias consecuencias.  Se calcula que solo debido a la infraestructura humana se ha perdido entre el 3 y el 6% de la energía potencial de la biosfera.  Volviendo a la analogía con el tractor, si dejamos que parte del gasoil se vuelque o se evapore, habrá menos capacidad para realizar las labores.

En el estudio de Vitousek y colaboradores ya mencionado se calculó que entre lo que consumimos, y lo que el efecto negativo de la humanidad ha reducido la producción de la biosfera en un 10-20%.  Debido a la destrucción de bosques y pradera naturales reemplazada por cultivos anuales de menor productividad y el total reemplazo de la vegetación natural por infraestructura humana de todo tipo.  En resumen entre lo que consumen, lo que cultivan y usan para si mismos y lo que no dejan que se produzca los seres humanos se apoderan hoy de cerca del 40% de la energía solar potencial del planeta.  Eso hace que las otras diez millones de especies tengan que existir en una superficie menor del planeta y con mucho menos recursos.  En realidad es algo menos ya que plagas y enfermedades se llevan una buena parte de nuestros cultivos.  Pero los servicios ecológicos de estos organismos son menores que los de un ecosistema natural.  Además, los seres humanos nos hemos apropiado y alterado más de una mitad de la superficie terrestre libre de hielos con la consiguiente reducción del ecosistema natural y sus servicios.

Este proceso de apoderación de la energía solar potencial del planeta ha sido un proceso gradual que empezó con la adopción de la agricultura hace diez mil años y se aceleró con el desarrollo de la revolución industrial,  La combinación de tecnologías cada vez más eficientes en el proceso de extracción de recursos que se traduce en un incremento en el crecimiento económico por habitante, y paralelamente un crecimiento demográfico imprecedente posiblemente están amenazando nuestra existencia.  Es evidente que si este proceso continúa llegará el momento en que nos apodaremos de una proporción tan grande de la energía solar que el ecosistema natural  y nuestros cultivos no alcanzarán para mantenernos.

El interés por conservar bosques y pradera naturales no es sólo una cuestión de sentimentalismos o de amor a la naturaleza, aunque esos sentimientos son muy importantes.  Es una cuestión de la supervivencia de nuestra especie y de nuestro modo de vida.  El uso indiscriminado de recursos, el crecimiento demográfico, la contaminación de cursos de agua y de napas freáticas y el calentamiento global debido a que usamos la atmósfera y el océano como basureros, son algunos de los factores responsables de la situación en que vivimos.

QUE FACTORES AMENAZAN LA PRODUCTIVIDAD DEL PLANETA

Nuestra civilización esta basada en el uso intensivo de energía que extraemos de las plantas y animales que consumimos como alimento, de los animales que todavía usamos como fuentes de fuerza para mover máquinas y vehículos, y en combustibles fósiles, sobre todo petróleo y carbón.  La combustión de estos últimos resulta en la producción de una serie de gases, entre ellos CO2, SO2, y NO2 que al absorber energía en el infrarrojo elevan la temperatura de la atmósfera.  Esto afecta el crecimiento y distribución de plantas y animales lo que puede resultar en una disminución de la capacidad fotosintética del planeta además de otros efectos sobre la sociedad.

El crecimiento demográfico que va a llenar a la población mundial a alcanzar por lo menos nueve mil millones de personas a mediados de siglo es otro problema muy serio.  Esas personas, 50% por encima de los que habitan el planeta hoy en día exigirán alimentos, hogares, vestimentas, educación, servicios médicos y todas las ventajas que gozamos los que estamos aquí.  Eso exigirá más energía fósil para producir esos productos y esos servicios, lo que llevará a una mayor producción de gases nocivos.  Se calcula que si continuamos funcionando como lo hacemos hoy en día, la cantidad de CO2 en la atmósfera aumentara de 350 ppm hoy en día a 500 ppm en el año 2050.  Pero no solo ha aumentado la emisión de CO2 también hemos incrementado significativamente la fijación de nitrógeno.  Hoy en día la tasa de fijación antropomórfica de nitrógeno es mayor que la tasa natural.  En parte se fija nitrógeno para producir fertilizantes químicos (~40%) y en parte se debe a los motores de combustión interna.  Ese nitrógeno en parte regresa a la atmósfera en forma de nitrógeno molecular, pero una gran parte se convierte en NO2 que es un gas invernadero y además es  responsable de la contaminación de cuerpos de agua en lo que se ha denominado lluvia ácida.  Otra parte se convierte en nitratos que contaminan napas freáticas.  Un aumento de la población llevará a un aumento en la demanda de fertilizantes y llevará inevitablemente a un aumento de derivados del nitrógeno.

Pero si las aspiraciones de la población para una mejor vida no se cumplen es posible que haya disrupciones sociales y políticas.  El aumento de la población también exigirá mas producción de alimentos que si resulta en un remplazo de bosques y praderas por cultivos artificiales reducirá inexorablemente la producción primaria.  Finalmente una mayor densidad humana va a resultar en una expansión de ciudades reduciendo la superficie del ecosistema natural y los servicios ecológicos y la capacidad fotosintética del planeta.

Pero la mayoría de las personas en el mundo de hoy no están satisfechas con su nivel de vida.  Buscan de adquirir más cosas, ya que asociamos “nivel de vida” con la adquisición y consumición de bienes materiales.  Hace una generación los mas de mil millones de chinos se contentaban con tener una bicicleta; hoy aspiran a tener un automóvil, y ¿porque no?  Lo mismo en la India y en otros países en desarrollo.  Cuando era muchacho tener un automóvil era un lujo; hoy en día en la Argentina un automóvil es considerado casi una necesidad.  Sin duda el automóvil nos da movilidad y permite el movimiento de personas y productos.  Pero el automóvil es una maquina muy ineficiente en el uso de energía y es muy contaminante de la atmósfera y además un arma ya que es el principal factor de muerte entre gente joven.

Dado que el proceso de transformación y apode ración de la energía solar es gradual y dado que con cada paso mejora nuestra situación económica, la percepción del público es que las cosas andan muy bien y efectivamente en términos puramente materiales nunca nos ha ido mejor.  Por lo tanto gran parte del público ve a los científicos que predicen escenarios apocalípticos como Calandras que vaticinan el fin del mundo.  La actitud de que todo va bien prevalece ¿Por qué esta diferencia en la percepción entre el público y el mundo científico?

PORQUE ESTAMOS EN ESTE DILEMA

Esta actitud de no preocuparse mayormente con problemas futuros cuando nos va bien, aun cuando sabemos que eso no puede durar es parte de la naturaleza humana como así también de todas las especies animales.  Es una situación que está muy bien estudiada por los psicólogos, los matemáticos y los economistas que desarrollaron la teoría de los juegos.  El fenómeno se conoce como un equilibrio Nash, en honor del matemático que lo propuso.  Este comportamiento es el resultado de miles de años de evolución y es parte de nuestra herencia biológica.

Todos nosotros como individuos cuando tomamos decisiones queremos maximizar nuestro bienestar.   Pero en muchas situaciones lo que es óptimo para el individuo no es necesariamente óptimo para la sociedad o lo que es óptimo en el corto plazo no lo es en el largo…  En términos muy generales tenemos un equilibrio “Nash” cuando las personas toman decisiones independientes uno del otro, o en lenguaje más técnico cuando no hay cooperación entre los actores, y cada uno toma decisiones óptimas desde su punto de vista personal, decisiones que sin embargo no son óptimas desde un punto de vista colectivo.  Aun en situaciones en que colaboramos con otros siempre existe una tendencia a maximizar el propio bienestar.  El comunismo falló en el mundo en gran parte porque creyeron que podían cambiar la naturaleza humana y hacer que los humanos trabajen para la sociedad y no para su propio bienestar.

Tomemos un ejemplo real.  Como todos sabemos el uso indiscriminado de agroquímicos especialmente de fertilizantes nitrogenados que contaminan napas freáticas es nocivo para la salud de las poblaciones rurales y semi-urbanas que utilizan las napas freáticas como fuente de agua.  Claramente colectivamente la mejor estrategia es utilizar un mínimo de agroquímicos y evitar la contaminación.  Pero para el productor reducir el uso de fertilizantes puede reducir su ingreso.  Como cada productor decide independientemente como cultivar, y como además su contribución al problema es pequeña, desde su punto de vista le conviene aumentar el uso de agroquímicos hasta llegar al punto en que las ganancias marginales de un aumento en el uso de estos productos es cero.  El resultado es que el 40% de las napas freáticas de todos los condados de Estados Unidos están contaminadas con nitratos.  No es que los productores agrícolas de los Estados Unidos no estén preocupados por la contaminación.  De hecho están muy preocupados.   Pero el razonamiento de cada uno es “si yo reduzco el uso de fertilizantes y no lo hacen los demás sólo yo me perjudico y nadie se beneficia.”  Ese es un típico equilibrio Nash.  ¿Como solucionarlo?  En este caso hay  dos soluciones.   Una es que las autoridades del condado prescriban el uso de agroquímicos por ley basándose en el principio que el bien colectivo es mas importante que el bien individual.  Este tipo de soluciones no son muy populares.  Otro enfoque es económico.  Ya sea a través de impuestos a los agroquímicos o multas por uso excesivo, se cambia el beneficio de tal manera que la estrategia individual concuerde con el interés colectivo.  Otro ejemplo del que todos ustedes están bien interiorizados es el problema de la erradicación de la aftosa en la Argentina que debería haber ocurrido hace por lo menos cincuenta años, pero que no ocurrió debido a que cada productor pensó sólo en términos de su propio bienestar.

Si aceptamos que enfrentamos un equilibrio ”Nash” en relación a la trasformación y uso de recursos incluyendo el cambio climático habría que desarrollar estrategias que reduzcan el beneficio que hoy en día se obtiene de destruir el medio ambiente.  ¿Pero como hacerlo?  Los beneficiados somos todos nosotros.  El beneficio de contaminar es hoy mientras que el costo de esa estrategia esta en el futuro.  Nadie sabe como hacerlo, pero aquí van algunas sugerencias.

BENEFICIOS Y COSTOS DEL CAMBIO GLOBAL PARA LOS ARGENTINOS

A mi parecer la clave para encontrar estrategias para reducir los efectos negativos del cambio global es crear situaciones en que las personas se beneficien económicamente. ¿Puede Haber beneficios con el cambio global?   Efectivamente puede haber beneficios si anticipamos lo que va a ocurrir y si tomamos en cuenta el comportamiento humano. 
Podemos predecir que ciertas cosas van a ocurrir y tomar medidas para prevenirnos de los aspectos nocivos y tomar ventaja de ciertas nuevas demandas.  Por empezar si la población del mundo aumenta en 50%, la demanda de alimentos  va a aumentar y los precios posiblemente se mantendrán.  Eso puede resultar en un gran beneficio para los productores agrícolas y para el país.  La demanda de minerales también se intensificará, como también la demanda de maderas.  En estos tres rubros la Argentina posee ventajas comparativas sobre todo en agricultura.

Pero para poder beneficiarnos debemos evitar los costos de la inevitable intensificación.  Por suerte para nosotros los modelos predicen que la precipitación en la parte este del país, sobre todo la región pampeana se mantendrá en los niveles actuales o subirá un poco.  Pero sabemos que hay un problema energético y que la agricultura actual es un gran consumidor de combustibles fósiles e igualmente hay un problema de contaminación por nitrógeno.  Entonces necesitamos invertir en inventar e implementar estrategias alternativas, ya sea un uso mayor de fuentes de energía renovables como el sol y el viento, o de estrategias alternativas como es el uso de hidrógeno como fuente de energía.  También necesitamos hace más uso de la fijación natural de nitrógeno y usar mas abonos verdes.  E intensificar la siembra directa.  En relación a la extracción de minerales tenemos que desarrollar e implementar mejores y más eficientes métodos de extracción.  Y finalmente debemos proteger los bosques que nos quedan y aumentar su superficie.  Todo esto requiere inversión en investigación.  El ejemplo de BioSidus y sus vacas Pampa, el toro Pampero y las vacas Patagonia muestra de que tenemos la capacidad de invención y desarrollo.  Otro ejemplo es BioCeres e INDEAR y el desarrollo de variedades de maíz resistentes al mal de Río Cuarto.

Al no ser un país desarrollado la Argentina tiene la ventaja de que la población no va a querer mantener el status quo necesariamente.  Pero también es cierto que somos un país extremadamente individualista con muy poco capital social.  Para beneficiarse en un mundo que va a cambiar totalmente en los próximos cincuenta años es necesario cambiar nuestra manera de pensar y de ver las cosas.  Los Norte-Americanos tienen una expresión que expresa muy bien lo que creo se necesita “think outside of the envelope” o sea pensar lo impensable, usar la imaginación y sobre todo tratar de encontrar diferentas soluciones a problemas viejos y nuevos.

Junto con incentivos económicos habrá que usar ciertos disentivos tal como un impuesto al carbono y otro al nitrógeno.  La certificación de la siembra directa como un método de reducir el CO2 atmosférico  es otro ejemplo de incentivo económico.

Gentileza para www.biodiesel.com.ar de Stringagro

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