Una ola de inversiones en un mercado en crecimiento.

La cadena de los biocombustibles es un negocio joven pero cuya expansión está impulsando una nueva ola de inversiones para ampliar la capacidad de almacenamiento. Ya se están produciendo en el país 2.500.000 toneladas, de las cuales 700 mil se destinan a abastecer el mercado interno, cumpliendo con el corte obligatorio del 5 por ciento sobre las naftas, que rige a partir de marzo de 2010.

Este nicho se ampliaría a partir de un aumento de esa mezcla, al 7 por ciento o al 10 por ciento, en un futuro no muy lejano.

La demanda exportadora primero, y el consumo interno después, impulsó un fuerte proceso de inversión en plantas de elaboración a partir, fundamentalmente de soja. Las grandes empresas aceiteras hicieron punta y, la consolidación del negocio, anticipa nuevos proyectos. Las petroleras también decidieron jugar el juego.

El gobierno nacional y las compañías también están viendo en el biocombustible una alternativa que compense, en alguna medida, las menores compras de aceite de soja por parte de China.

En el negocio de los biocombustibles empresas como Ecofuel, Unitecbio y Patagonia Bioenergía están pensando en ampliar sus plantas. Tras el anuncio de Cargill, Dreyfuss estaría avanzando en el mismo camino.

Panorama optimista. El negocio de los biocombustibles crece a nivel mundial y en la Argentina ya mueve unos 2.120 millones de dólares, según cifras de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AACH) para 2010.

El director ejecutivo de la entidad, Claudio Molina, estimó que las exportaciones de biodiesel alcanzarán este año un monto de 1.300 millones de dólares, a los que hay que sumar otros casi 700 millones que se destinarán al consumo interno para el corte obligatorio del gasoil.

FUENTE: LA CAPITAL