Bionorte prevé colocar surtidores en el exterior de sus instalaciones para vender el combustible a los conductores.

Foto: Las instalaciones de Bionorte, en el polígono de La Florida de Sotrondio. fernando rodríguez.

La empresa Bionorte pondrá en marcha una inversión de más de 700.000 euros para ampliar sus instalaciones, consolidar el incremento de la capacidad potencial de producción hasta las 25.000 toneladas de biodiésel al año e instalar surtidores en el exterior de sus instalaciones, en el polígono de La Florida, en Sotrondio, para suministrar combustible directamente a los conductores.

La compañía, que cuenta con una docena de empleados, sumará dos puestos de trabajo más cuando se concrete la inversión. Además de dedicarse a la producción de biocarburantes, la empresa cuenta con un activo departamento de investigación y desarrollo que, entre otros proyectos, participa en un consorcio internacional que investiga el uso de aceite de algas para producir combustible.

Bionorte obtuvo este año una subvención de 150.000 euros, sobre un desembolso total de 475.408, de la línea de fondos mineros de apoyo a pequeñas empresas. Ese dinero se destinará fundamentalmente a mejoras en los equipos de producción de la empresa, con el objeto de consolidar su actividad. «Se trata sobre todo de bienes de equipo, tubería y maquinaria que nos permitirá alcanzar una capacidad de producción máxima potencial de 25.000 toneladas al año. Se trata de una cifra a la que ahora se podía llegar, pero de manera forzada. Los nuevos equipos nos permitirán hacerlo de forma más cómoda», explicó Alfonso Mielgo, gerente de Bionorte. Son esto todo caso, volúmenes máximos de producción en los que la planta estaría funcionando a pleno rendimiento.

El resto de la inversión proyectada por Bionorte, hasta los 700.000 euros, no ha sido subvencionada por el Ministerio de Industria. El plan de la compañía es adquirir una parcela anexa para instalar tanques de almacenamiento así como un poste de suministro con al menos dos surtidores para que los conductores puedan recargar biodiésel directamente. «Ahora sólo hay cinco gasolineras en Asturias que dispensen nuestro biodiésel. Es importante disponer de más puntos de abastecimiento», argumentó el máximo responsable de la planta de biocarburantes de San Martín del Rey Aurelio.

La compañía está valorando ahora si afronta en solitario esta segunda parte de la inversión, que no ha sido subvencionada por Industria. «Entendían que la instalación del poste de suministro era comercio minorista. Creo que habría que ser más flexible y mirar más por la creación de empleo; después de quejan de que no hay nuevas iniciativas empresariales», apuntó Alfonso Mielgo. Las Cuencas apenas captan el 13 por ciento de los fondos mineros para pequeñas empresas. De hecho, en San Martín del Rey Aurelio, uno de los municipios más afectados por la reconversión del sector del carbón, Bionorte es la única compañía que ha accedido a las ayudas.

Por otro lado, la sociedad participa en un consorcio internacional que tiene por objeto estudiar el cultivo y la extracción del aceite de las algas para su posterior aprovechamiento como biocarburante. En este proyecto están presentes empresas de países como Israel, Polonia y Ucrania. El objetivo de esta iniciativa es contar con «una fuente de materia prima casi inagotable», ya que la extensión de tierras para el cultivo de plantas para generar biodiésel «es limitado». Si el biocombustible obtenido de las algas fuese de calidad, esto permitiría «ampliará de una forma enorme» la producción de combustibles vegetales, sin tener que competir además con la producción de plantas para la alimentación, uno de los grandes problemas que se le achacan a este tipo de combustibles. Además, Bionorte comercializará proyectos «llave en mano» para la construcción de plantas de biodiésel.

Entre los potenciales clientes estarían países como Perú, Colombia y México que en la actualidad afrontan cambios en su legislación para fomentar la utilización de biocarburantes. El nicho de mercado de este plan serían las plantas de pequeño y mediano tamaño.

Miguel Á. GUTIÉRREZ

FUENTE: LNE/ESPAÑA