Viernes 25 de Junio de 2010 | Oscar Ricci dijo que la campaña terminó bien.
Las «palomas» son un dolor de cabeza. El biodiesel agrega valor a la producción.
Foto:Peligroso. El «picudo negro» puede convertirse en un enemigo letal para la zona sojera donde se instala. LA GACETA / ARCHIVO.
La campaña de soja 2009/2010 en Tucumán terminó de forma aceptable, bien en términos generales, sin mayores problemas durante la cosecha, pero sufrió el ataque de «mancha ojo de rana» y de «palomas». Pero lo que más preocupa al sector productivo local es que crecen, en expansión, los «picudos negros», que pueden convertirse en una serie amenaza.
LA GACETA Rural consultó al ingeniero Oscar Ricci, asesor agropecuario de amplia trayectoria, sobre todos estos temas, incluyendo un análisis sobre el incremento de los costos productivos y el potencial que significa el biodiesel como valor agregado para la soja.
– ¿Cómo cerró la campaña de soja en Tucumán y el NOA?
– Terminó en forma aceptablemente bien, con variantes según la zona analizada. Tuvimos un año con arranque desparejo en agua, pero luego se normalizó. No tuvimos mayores problemas en la cosecha. Las lluvias fueron más o menos generosas. En general fueron buenas. Los rindes fueron menores en suelos pobres, no fertilizados, por lo que los campos no rindieron todo su potencial. El productor sabe qué hacer, pero no invirtió todo lo necesario.
– ¿Hubo problemas sanitarios?
– La «roya» apareció, pero sin ninguna importancia, en especial en el oeste santiagueño, este tucumano y el límite con Catamarca.
Pero sí tuvimos problemas con las «enfermedades de hoja», donde se destacó la «mancha ojo de rana (MOR)». Impactó, desfavorablemente, sobre los rindes de la soja, por lo que los productores utilizaron más fungicidas. Esta enfermedad es importante en Tucumán.
– ¿Qué pasó con las plagas?
– En materia de insectos, las «orugas foliares» estuvieron bien manejadas por los productores, ya que actuaron en forma similar a años anteriores. En cuanto a «picudos», se trata de una presencia «grave», que amenaza la sustentabilidad del sistema productivo de la soja. Esto provoca mayores costos, de unos U$S 10/ha, ya que se tuvo que atacar con fuerza los picudos. Pero con rotación y manejo se solucionaron los problemas.
– Pero entre los «picudos» existe un problema serio.
– La presencia del «picudo negro» crece en expansión. Ya existe en el NE de Tucumán, y está presente con fuerza en Rosario de la Frontera (Salta). Es la plaga más importante que he visto en los 30 años de trabajo que llevo en esta profesión. Es un problema serio. La plaga está presente entre diciembre y marzo, a lo largo de todo el desarrollo de la planta, desde que nace la soja, durante su crecimiento, y permanece hasta que el grano se desarrolla, por lo que exige realizar un control sanitario más intenso y más extendido.
En esta campaña se ampliaron las zonas afectadas. El impacto del «picudo negro» es tan grave que puede hacer perder hasta el 50% de la producción o entre 300 y 400 kg/ha de soja. Esto representa entre U$S 30/ha y U$S 40/ha, a lo que deben agregarse las pérdidas por grano dañado.
– Se pone el negocio en riesgo.
– En grave riesgo, ya que puede producir el quebranto del productor. ¿De qué forma atacamos a este picudo? Con una mayor rotación con maíz y utilizando variedades tempranas. Como tendremos más grano de maíz para almacenar, habrá que prever esto y contar con más depósitos para guardar y después comercializar. Hay que lograr manejar esta plaga. Pero como el productor conoce poco, es necesario que el hombre de campo tenga más apoyo del sector de investigación.
– Las palomas fueron también un problema serio este año.
– LA GACETA Rural comentó este problema en su momento. Las palomas, en especial, las medianas, constituyeron un grave problema, en especial en el sur y sureste de Tucumán, y algo también en el noreste de la provincia. Los daños se extendieron tanto en los campos que utilizaron variedades tardías como tempranas. Este plaga se come plantas recien nacidas de soja, por lo que se debe gastar en nuevas resiembras. Es un tema en el cual el Gobierno provincial debe intervenir, arbitrando los controles para que las palomas no se conviertan en un grave problema. El productor no se ve acompañado en el manejo que requiere este tipo de plaga.
– La producción de biodiesel agrega valor a la soja.
– Tiene un gran futuro. Tucumán tiene una superficie importante con la oleaginosa. El biodiesel es «otra boca» de consumo del producto. La soja tiene futuro, pero hay que resolver los problemas que provocan que no tenga el precio que necesita el productor. Si aumenta la presencia de «picudos» (de tallo y vaina), tendremos que realizar más aplicaciones y utilizar más químicos y más fuertes, con lo que perderemos rentabilidad y aumentará la carga química por hectárea. El agricultor de Tucumán produce como las mejores áreas productivas del NOA. Tenemos tecnología y capacidad técnica. Los productores son eficientes. Es una actividad que tiene futuro. Existen problemas sanitarios que exigen urgente solución. Las retenciones y los fletes tienen alta incidencia.
FUENTE: LA GACETA