A fin de año comenzará la producción a gran escala en las fábricas cercanas al Paraná.
ROSARIO.- La exportación, y no el mercado interno, será el primer destino de la producción de biodiésel a gran escala en el país, según estiman especialistas que participan del primer Foro Global de Bioenergía, que comenzó ayer en esta ciudad.
A fines de año entrarán en funcionamiento las primeras grandes plantas construidas por las industrias aceiteras -Vicentín, Louis Dreyfus y Aceitera General Deheza (AGD)- instaladas en los puertos del Paraná cercanos a Rosario. Son seis plantas que producirán 1,2 millones de metros cúbicos anuales de biodiésel.
Según Roberto Urquía, la Argentina liderará la exportación de aceites vegetales
Foto: Mario García
Los precios máximos establecidos para el gasoil quitan por ahora incentivos económicos a la comercialización de biodiésel en el mercado interno, dijeron los especialistas. «El gasoil, cortado con un 5% de biodiésel, costaría hoy unos 8 centavos más por litro que el gasoil puro», estimó Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustible e Hidrógeno (AABH). No obstante, el mercado podría reaccionar de otra manera si el Gobierno decidiera adelantar la obligatoriedad de incorporar un 5% de biodiésel y etanol al gasoil y a las naftas, respectivamente, prevista para 2010. «La ley 26.043 (reglamentada en febrero pasado) faculta al Poder Ejecutivo a hacerlo», recordó Molina.
La demanda mundial de biocombustibles explotó en pocos años por el encarecimiento del precio del petróleo y la decisión de Estados Unidos y la Unión Europea de depender menos de los combustibles de fuentes no renovables por otras alternativas, entre las que se destacan las de origen vegetal. De allí el gran entusiasmo que reflejan productores e industriales del agro, aunque aún haya incertidumbres.
El senador Roberto Urquía (PJ-Córdoba), que también es presidente de Aceitera General Deheza, dijo que la Argentina, por ser el primer exportador mundial de aceites vegetales, integra el selecto grupo de países, junto con Malasia e Indonesia, que podrían suplir el déficit entre producción y consumo de aceites que tendrá la Unión Europea.
«Pero tenemos que apostar a exportar valor agregado, es decir, vender el aceite en forma de biocombustible en vez de crudo», opinó Urquía, quien agregó que la producción de biodiésel en la Argentina alcanzará para abastecer el mercado interno y aprovechar las oportunidades de exportación. Fernando Vilella, ex decano de la Facultad de Agronomía de la UBA, coincidió en que el agregado de valor permitirá desarrollar los pueblos del interior y frenar «las migraciones de la población a los grandes centros urbanos».
No sólo los productores e industriales están interesados en que la Argentina ocupe un lugar preponderante en la producción de biocombustibles. En un mensaje especialmente grabado para el Foro, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Luis Alberto Moreno, se preguntó por qué la Argentina no estaba liderando el proceso de producción de biocombustibles en el mundo. Aunque no lo respondió taxativamente, dijo que las naciones requieren un «entorno legal previsible para atraer inversiones del sector privado».
De hecho, Moreno dijo que el BID estaba dispuesto a financiar la construcción de plantas. Y puso como ejemplo a Brasil, que en pocos años recibió inversiones por US$ 10.000 millones para la producción de etanol a partir de la caña de azúcar.
Pero las promesas de un futuro promisorio contrastaban con los problemas del presente. Los pasillos de la Bolsa de Comercio de Rosario, donde se realiza el Foro, estaban en penumbras entre las 16 y las 18, porque la entidad debe someterse a los cortes obligatorios dispuestos por el Gobierno.
Por Cristian Mira
Enviado especial
Fuente: La Nación