Felicito a los organizadores y oradores de TEDxBuenos Aires : la conferencia fue un gran éxito y espero que se repita todos los años. Durante el evento tuve la oportunidad de conocer a Jaime Lerner , autor de la charla «Como pensar una ciudad». Lerner es arquitecto, fue dos veces gobernador del estado de Paraná en Brasil y tres veces alcalde de la ciudad de Curitiba, considerada uno de los ejemplos de ciudad sustentable en América Latina.
La charla me disparó pensamientos sobre el concepto de «ciudad sustentable», que parece a primera vista estar compuesto por dos palabras opuestas. Si un sistema sustentable es aquel que puede mantener sus hábitos y comportamientos en el tiempo entonces una ciudad da la sensación de ser justamente lo opuesto. Tan solo cerrando una ciudad por un par de días a los camiones que nos traen alimentos, a la energía como la electricidad, gas y nafta (que vienen en su mayoría de lejos), a los camiones que retiran toda la basura que generamos y al oxígeno que viene gracias a los árboles que se encuentran afuera nos daríamos cuenta muy rápidamente de cuan poco sustentables son en general las grandes ciudades.
Me parece entonces más razonable hablar de una ciudad más sustentable o lo más sustentable posible. Las ciudades sustentables todavía están lejos de ser una realidad con los avances tecnológicos actuales. Dado que actualmente el 50 por ciento de la población mundial vive en ciudades y zonas urbanas, el desafío de mejorar es grande y a su vez representa una enorme oportunidad de minimizar el impacto ambiental.
Por ejemplo, las ecovillas Gaia ubicadas en Navarro, provincia de Buenos Aires, son lo mas cercano a comunidades sustentables que conocemos. Se entiende que estas comunidades alojan a una cantidad muy reducida de habitantes. Sin embargo es interesante investigar cuales son los puntos que incrementan la sustentabilidad de una ciudad:
Mayor cantidad de espacios verdes para producir oxígeno y tomar CO2.
Fuentes de alimentos lo más cercanas posibles para evitar grandes cantidades de energía en su transporte.
Medios de transporte eficientes energéticamente y poco contaminantes.
Aprovechamiento de energías renovables (solar, eólica, geotérmica) y de biogás aprovechando los deshechos cloacales.
Reutilización y reciclado de basura.
Incremento de espacios verdes incluyendo techos verdes en los edificios para reducir el efecto de isla de calor y reducir las inundaciones al absorber parte del agua de lluvia.
Minimización de la superficie urbana.
Todos estos conceptos deben ser aplicados e integrados para considerar a una ciudad como sustentable. Diversas ciudades en el mundo se han especializado en temas específicos, pero hasta ahora ninguna los aplica todos.
Las grandes ciudades deben alojar millones de personas y aunque parezca poco intuitivo, es mejor crear grandes edificios verticales y reservar al lado espacios verdes. En ese sentido es más sustentable un modelo como Manhattan que aloja más de 1,6 millones de personas en 59km² que Los Angeles que aloja 3,8 millones en 1290km². Nueva York tiene entonces 27000 personas por km² en vez de las 2945 que tiene Los Angeles. Aunque se pueda argumentar que haya varias huertas y grandes espacios verdes en esos 1290km,² a nivel ecosistema es preferible que la diferencia se utilice por ejemplo para establecer un parque nacional. Adicionalmente, hay que tomar en cuenta la enorme cantidad de combustible necesaria para trasladar a las personas las grandes distancias que existen en ciudades como Los Angeles.
Tanto Berlin y Stuttgart en Alemania como Toronto en Canada son las ciudades que poseen las mayores superficies de techos verdes. Friburgo, en Alemania, aunque no pueda considerarse una gran ciudad se destaca por el uso eficiente de la energía. Las casas están diseñadas para minimizar el consumo bajo el concepto de passivhaus y logran mantener cómodas temperaturas sin necesidad de energía externa gracias a su novedoso diseño y materiales aislantes. Mientras que una casa típica en Alemania consume 220KWh de energía por año por cada m² de superficie, en Friburgo se ha reducido hasta 15kWh/m² en promedio. Un de sus barrios, Vaubon, recibe dos tercios de su electricidad a través de paneles fotovoltaicos.
Desde el año 2002, los pueblos de Mihama y Mikata en Japón utilizan una planta de arco de plasma que procesa 24 toneladas de residuos urbanos sólidos por día, transformando basura en electricidad y materiales de construcción. A su vez, las ciudades en Holanda son las que mejor tratan la basura: un 65 por ciento es reciclado o utilizado para compost orgánico.
La disminución del impacto ambiental de Curitiba está estrechamente ligado a las gestiones de Jaime Lerner. Estas se enfocan en el transporte y el planeamiento urbano. El plan maestro de la ciudad se estableció en 1965, y en 1971 cuando Lerner asumió como Alcalde, una de sus primeras acciones fue donar a los ciudadanos un millón y medio de árboles para que los planten en sus jardines. Donde más se destacó fue con el transporte, aprobando 150km de «bici sendas» facilitando así el traslado no contaminante de los habitantes. Su sistema de tránsito basado en colectivos se hizo tan popular que la gente empezó a dejar sus automóviles en casa. En los últimos 20 años la demanda de pasajeros se multiplicó por 50. Estos colectivos transportan 270 pasajeros cada uno y la versión rápida circula por un carril prioritario (ningún otro vehículo puede circular por el carril) haciendo previsible los horarios de destino más allá de las condiciones de tráfico. Este sistema llamado RBT «Rapid Bus Transit» ofrece muchas de las ventajas del subterráneo pero a un costo por kilómetro 80 veces menor.
De todas estas ciudades se pueden aprender conceptos valiosos. América Latina tiene todas las condiciones para ser la región más sustentable del planeta gracias a nuestra amplia variedad de recursos y baja densidad de población, está en nosotros aprovecharlo.
POR RODRIGO HERRERA VEGAS
Rodrigo Herrera Vegas es co-fundador de sustentator.org
FUENTE: LA NACION