La crisis del agua en el mundo, caracterizada por la elevada contaminación y las perspectivas de escasez, requiere una acción urgente global, pero con énfasis local e inversiones que darán elevados beneficios garantizando la salud de los ecosistemas y la Humanidad.
Esta es la idea general resultante de una conferencia de expertos de la ONU y científicos celebrada durante tres días y que concluyó este lunes en Nairobi con motivo del Día del Agua.
Situación
La crisis del agua se refleja en el hecho de que 2 millones de toneladas de residuos de alcantarillado y desechos industriales y agrícolas se arrojan cada día a las aguas de ríos y océanos del mundo, 1,8 millones de niños con menos de cinco años -uno cada 20 segundos- mueren cada año por enfermedades causadas por el agua, según un informe del Programa de la ONU en Medio Ambiente (Unep).
Alrededor de 2.600 millones de personas, de esas 280 millones de niños de menos de cinco años de edad, no disponen de condiciones sanitarias adecuadas y cada año 1,5 millones de niños mueren de diarrea causada por el agua.
Otros alarmantes datos difundidos en el informe de la Unep, titulado Agua enferma, señalan que en las últimas tres décadas del siglo XX el número de especies que viven en aguas de ríos, lagos y subterráneas ha descendido un 50 por ciento, dos tercios más que en los medios terrestre y marino.
La industria en el mundo es responsable del vertido cada año de entre 300 y 400 millones de toneladas de metales, disolventes, sustancias tóxicas y otros desechos en el agua.
Como presidente de la Junta de Asesores del Secretario General de la ONU en Agua y Sanidad, el príncipe Guillermo de Holanda pronunció un discurso en la conferencia en el que subrayó que «el agua debe ser protegida localmente».
«Nuestra agua nos está matando» dijo el heredero de la Corona holandesa, el más destacado orador de la conferencia de hoy, al referirse a la elevada contaminación del agua del planeta, subrayando la necesidad «de tratar el agua que usamos antes de devolverla a la naturaleza».
Para el Príncipe de Orange, la tecnología existente en el mundo para tratar los desechos de agua es bastante eficaz, lo que hace falta es aplicarla de forma extensa, y advirtió que «la revolución del agua» tomará tiempo y esfuerzos.
«Cada año, el Día Mundial del Agua gana más ímpetu y espuela miles de iniciativas locales en todo el mundo -en escuelas, iglesias, en comunidades», indicó.
Subrayó que «sabemos que ningún instrumento global por sí solo puede asegurar que nuestro bien común esté a salvo. El agua debe ser protegida localmente».
Acciones
En ese contexto, estudios difundidos por las agencias de la ONU indican que una inversión de 20 millones de dólares en tecnologías para el agua, como el riego por goteo y bombas de pedal, puede sacar de la pobreza extrema a 100 millones de familias dedicadas a la agricultura.
Por su parte, el director ejecutivo de Unep, Achim Steiner, declaró que «contaminación es ignorancia y arrogancia», defectos que a menudo han llevado a la humanidad a cometer grandes errores.
El responsable de ONU Agua, Adeel Zafar, manifestó que «la calidad del agua tiene un impacto en la vida de millones de personas en todo el mundo, la mayor parte de ellas son niños de menos de 5 años de edad».
Entre los científicos que participaron en la conferencia estuvo Blanca Jiménez de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien destacó la necesidad de enfocar el problema y buscar soluciones de forma local, porque lo que puede ser eficaz en una región del mundo puede no serlo en otra o dicho de otra forma: «los patógenos contenidos en el agua dependen de las condiciones de salud locales».
La conferencia comenzó en la sede de la Unep y ONU Habitat en Nairobi con el sonido de típicos tambores africanos tocados en la misma sala por un grupo de percusionistas y el discurso de un niño keniano que dijo a la audiencia que «los niños de África y de todo el mundo sufren por falta de agua».
Trevor Gitonga, de 13 años, declaró desde el atril que el 97 por ciento del agua del mundo es salada, el 2 por ciento helada y el 1 por ciento es para el consumo. Si el consumo de agua continúa creciendo, dos de cada tres personas no tendrá agua. Mas de la mitad de la población sufrirá.
«El agua contaminada pone nuestras vidas en peligro», manifestó el joven orador, quien lanzó un llamamiento para que se doblen las inversiones en el mundo para mejorar y preservar la calidad del agua.
Declaración advierte de la crisis del agua
Cada año se arrojan a los lagos, ríos y deltas el equivalente al peso de la población mundial -cerca de 7.000 millones de personas- en forma de contaminación, por lo que es necesario que la comunidad mundial tome medidas para proteger y mejorar la calidad del agua en el planeta.
Así se afirma en la declaración de ONU Agua presentada este lunes en Nairobi por el responsable de dicho sistema, Zafar Adeel, durante una conferencia con motivo del Día del Agua, en la que participan expertos de diversas agencias y programas de Naciones Unidas, científicos, miembros del Gobierno de Kenia y el príncipe Guillermo de Holanda como presidente de la Junta Asesora del Secretario General de la ONU para el Agua.
«Cada año mueren más personas a consecuencia del agua contaminada que por todas las formas de violencia, incluida la guerra», afirma la declaración de ONU Agua presentada por Adeel.
Las pérdidas económicas ocasionadas por la falta de agua e infraestructuras sanitarias en África ascienden a unos 28.400 millones de dólares, el equivalente al 5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
«La calidad del agua del mundo está cada vez más amenazada con el aumento de la población, la expansión de las actividades industrial y agrícola, mientras que el cambio climático amenaza con alterar el ciclo hidrológico global», destaca la declaración.
«Es hora de que haya un enfoque global» del problema, cuyas soluciones fundamentales se encuentran en la prevención de la contaminación, el tratamiento de las aguas y la restauración de los ecosistemas, añade.
La declaración señala cinco puntos de actuación: mejorar el conocimiento de la calidad del agua, expandir la comunicación y educación sobre el problema, un mejor enfoque financiero y económico, una mayor utilización de tecnología eficaz y el uso apropiado de herramientas legales, institucionales y reguladoras.
«Ya tenemos el conocimiento y la habilidad para proteger la calidad del agua, tengamos voluntad de hacerlo. La vida humana y la prosperidad depende de nuestra acciones de hoy», concluye la declaración.
Fuente: El Colombiano