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Agrotendencias 2007: el maíz le disputa área a la soja

soja-maiz-argentina-agrotenAmbos cultivos están en una carrera que augura mejores precios, según los expertos.

Buenos Aires. ¿Quién va a producir los seis millones de hectáreas más de soja que el mundo necesita, no en los próximos años sino en la próxima campaña?

La pregunta fue arrojada por el consultor Enrique Erize (Novitas SA) luego de escuchar las exposiciones de un puñado de expertos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Usda), que participaron el martes en el hotel Hilton Buenos Aires en el seminario Agrotendencias 2007, organizado por la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales. 

«En 2005/2006 la vedette fue el trigo, aunque en la Argentina no nos dejaron tenerla», ironizó Erize al aludir a las intervenciones internas de precios. «Después, en 2006/2007, la vedette es el maíz y en 2007/2008 lo será la soja. Esto es inevitable, porque en Estados Unidos el área de maíz aumentó en cinco millones de hectáreas a costa de la soja. El mundo quiere soja», advirtió.

Erize, quien integró el panel sobre trigo junto a José Manuel del Carril, director ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Molinera, enumeró que, de 1960 a hoy, la demanda mundial de maíz creció tres veces y media, mientras que la de soja lo hizo en una proporción de nueve veces y media. «¿Y vamos a dejar de producir soja en el mundo? ¿Quién va a hacer esos seis millones de hectáreas más que se están necesitando ahora? A Brasil no le dan los números; la Argentina va a bajar la superficie –aunque en forma marginal– a costa del maíz, y el año que viene la vedette va a ser la soja», analizó Erize.

Agrotendencias2007Problemas y oportunidades.

El titular de la Federación de Acopiadores, Raúl Tomás, planteó el foco de los debates: «Todo hace presumir –dijo– que el mundo demanda y está dispuesto a pagar por lo que Argentina produce; eso nos lleva a preguntarnos si esta perspectiva, a partir de nuestra experiencia reciente, es una oportunidad o un problema».

Se refería con esto a que «el sector agrícola lleva años de crecimiento sostenido y ha sufrido fuertes restricciones motivadas por el propósito de mantener los niveles de precios internos y otros objetivos fiscales». Ello, advirtió Tomás, «sin que haya sido posible establecer una discusión madura sobre la existencia de otras alternativas para resolver tales problemas, sin perturbar el desarrollo de una actividad que es fundamental para el país».

Thomas Mielke, el experto de Oil World, preguntó en medio de aplausos si no les interesaba a los productores «recuperar por vía de inversiones en infraestructura y logística» lo que el Gobierno deduce sobre los valores FOB de los granos. «Es muy delicado este tema, pero no recuerdo que haya ningún otro país donde las exportaciones sean castigadas con retenciones», apuntó.

La sostenida inquietud, en particular sobre las intervenciones de precios sobrevoló las exposiciones. El economista Raúl Fuentes Rossi mencionó que la presencia y el grado de la interferencia estatal «será consecuencia del estado de necesidad de turno» dentro de un contexto internacional «de base positiva y mejora progresiva, pero no lineal. El marco interno lleva a ser cautos», dijo.

El mensaje oficial. El secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, se hizo presente para defender «la competitividad del tipo de campo», uno de los instrumentos del Gobierno. «Siempre los Estados intervienen, de una manera o de otra», advirtió el funcionario, quien llegó precedido de un acuerdo con la cadena de carnes para corregir distorsiones y el anticipo de conciliar otras medidas con molineros, exportadores y productores de trigo. «Estamos totalmente definidos en que el productor triguero reciba el mejor precio posible, relacionado con el precio internacional y que, como Gobierno, podamos buscar los equilibrios internos. Esa señal la estamos dando y tenemos los mecanismos para que eso pueda ocurrir», fue el mensaje que bajó Urquiza. Los gestos dentro del auditorio indicaron que, a esta altura, los operadores granarios toman con pinzas el discurso oficial.

Proyecciones. Las proyecciones económicas a largo plazo y su impacto en la agricultura estuvieron a cargo de David Stallings, del Usda, junto a Raúl Fuentes Rossi (del estudio Fuentes Rossi y Asociados).

«Me complace venir a la Argentina para mostrar que los precios al productor de ganado de carne subirán», relató el estadounidense, quien se basó en las proyecciones agrícolas hasta 2016 presentadas en febrero por el Usda.

Entre otras proyecciones, Stallings mencionó las siguientes:

Relaciones de precios. Durante los próximos tres o cuatro años, la rápida expansión de la producción global de biocombustibles cambia las relaciones de precios entre varias commodities agrícolas. La mayor demanda de cereales empleados para producir etanol en Estados Unidos, especialmente de maíz, hace que aumente el precio de éste en relación con otros cereales y al de la soja. Aunque los precios de estos cultivos también aumentan, el alza es causada por ajustes en la superficie sembrada y cambios en la producción y/o por su valor forrajero como reemplazo del maíz.

Aceites vegetales.

La expansión global en la producción de biodiésel trae aparejado el aumento del precio de los aceites vegetales en comparación con los de las oleaginosas y las harinas proteicas, ya que el valor de molienda de las oleaginosas proviene más del aceite.

Carlos Petroli Enviado especial a Buenos Aires
Fuente: Diario La Voz del Interior

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