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Cuyo se suma al auge de los biocombustibles

UniversidaddeCuyoLa UNCuyo se unió con Repsol YPF para investigar y producir energías alternativas en Mendoza. Se trata de una apuesta millonaria que busca producir 30 mil metros cúbicos de biodiesel para 2010. El plan que cambiará el modelo agrícola destinado sólo a los alimentos.

En nuevo paso que afianza la vinculación academia-empresa, la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) y la petrolera Repsol YPF pusieron en marcha un ambicioso plan para la generación de biocombustibles que implicará una inversión directa de unos 8 millones de pesos hasta 2010.

Se trata de un acuerdo clave para la región de Mendoza, ya que esta nueva alianza aspira a desarrollar fuentes de energías renovables y alternativas al petróleo al tiempo que busca generar una nueva camada de recursos humanos capacitados para enfrentar los cambios que vendrán en la matriz energética argentina.

Según establece una ley aprobada en 2006, para dentro de tres años el 5% de la producción de diesel deberá contener combustibles verdes. Por eso la idea de este proyecto es llegar a generar 30 mil metros cúbicos para esa fecha y de esta manera cubrir el corte en lo que concierne al consumo provincial, estimado en 600 mil metros cúbicos anuales.

Así al menos lo expresó el vicerrector Arturo Somoza a Universia, al término de la firma del convenio realizado el miércoles pasado en la sede central de Repsol en Buenos Aires, donde asistieron la rectora Victoria Gómez de Erice y el director de Marketing de la empresa, Alfredo Pochintesta, entre otros representantes de ambas entidades.

Según amplió el funcionario cuyano, el plan prevé llegar a cubrir una producción de 20 mil hectáreas sembradas con especies extrapampeanas, es decir cultivos que soporten las condiciones áridas de Mendoza, una región donde llueven apenas 250 milímetros al año.

«Estamos estudiando la adaptación de la jartrofa. Hay especies nativas en la zona y es muy utilizada por su producción. Vamos a introducir algunas exóticas y otras especies como el sorgo granífero y azucarero (que puede utilizarse para alcohol) o el caso del girasol, que se adapta bien en Mendoza», confirmó el ingeniero Somoza a este portal.

Para el equipo multidisplinario que ya comenzó a estudiar las posibilidades es clave el manejo del riego, ya que sin este recurso sería imposible. «La colza tiene una ventaja para Mendoza ya que es de cultivo invernal y en esa época del año es cuando hay menor demanda de agua por parte de la producción agrícola tradicional, como la vitivinicultura, fruticultura y horticultura», destacó el especialista cuyano.

Según dio a conocer, en Mendoza existirían unas 100 mil hectáreas que hoy no se utilizan y que podrían destinarse a la producción vegetal para energías alternativas con posibilidad de riego. «Esto puede generar una expansión de la frontera agrícola», agregó Somoza.

En este sentido, el plan tendrá otras aristas además del estudio de la industrialización, la logística, trazabilidad y calidad de combustibles: el cambio del modelo agrícola para los pobladores, que ahora tendrán la posibilidad de producir especies que no se destinen a la alimentación.

De hecho, el acuerdo estipula un análisis de «los impactos sociales que pudieran implicar los desarrollos de energéticos en áreas de baja población, generando empleo y aumento de la renta en condiciones de sustentabilidad».

Asimismo, plantea la promoción de medidas, incentivos, planes y políticas de apoyo encaminados para establecer desarrollos agrícolas con vistas a la inserción social. De ahí que ya existen 17 municipios que se mostraron interesados en sumarse al mega proyecto.

Tal como contó el vicerrector, de los 8 millones que insumirá el plan trianual, la mitad vendrá por parte de la universidad. Repsol se comprometió a destinar 1 millón, el INTA participa con 500 mil pesos y el gobierno provincial también se mostró interesado en ser parte de la iniciativa, que colocará a la provincia en una situación beneficiosa cuando la ley marque el cupo a cubrir.

«Los biocombustibles llegaron para quedarse. Va a haber un fuerte mercado laboral en esta área y por eso nuestro compromiso como universidad está en la formación de más especialistas en el tema», amplió Somoza, al tiempo que anunció acuerdos con universidades brasileñas especializadas en bioetanol y biodiesel para capacitar a los graduados de la UNCuyo.

En este sentido, el plan de Repsol también apunta a contar con graduados que estén en condiciones de hacer frente a la demanda: hace dos meses la empresa salió a convocar profesionales ante un déficit notorio, con lo cual ahora la idea es contar con graduados para el momento en lo que necesiten dentro de la misma compañía.

 

El momento de las zonas postergadas

El fenómeno verde podría convertirse en la pieza clave para el despegue de las economías menos desarrolladas del interior del país. Así lo plantea una investigación de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde se pone el énfasis en las posibilidades de producción que ofrecen zonas geográficas que han sido marginales hasta ahora en el plano agropecuario.

Según el estudio dirigido por el especialista Andres Salama, de la Escuela de Economía y Negocios (EEyN) de la universidad bonaerense, sería posible ampliar la siembra de cultivos aptos para la elaboración de biodiesel en regiones fuera de la zona pampeana, como Santiago del Estero y el Chaco, donde la soja sería la protagonista.

Este enfoque coincide con el planteado por Somoza de la UNCuyo, ya que también indica cómo en gran parte de la precordillera crecerían bien especies como la jartrofa, una planta especialmente apta para tierras más cálidas y áridas.

Fuente: Universia

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