biocombustibles

Biocombustibles made in Argentina

Puede resultar hasta caprichoso pensar que la informalidad es una característica inherente a los argentinos, pero la realidad nos dice que así somos.

El 12 de mayo de 2006 se promulgó de hecho la ley 26093 que establece en sus artículos 7 y 8 el corte del 5% como mínimo de bioetanol y biodiesel con naftas y gas oil, respectivamente, a partir del 1° de enero del 2010.

También establece en su articulo 12 que “el Estado nacional, ya se trate de administración central, organismos descentralizados o autárquicos, como también emprendimientos privados ubicados sobre vías fluviales, lagos, lagunas y en especial ubicados en parques nacionales y reservas ecológicas deberán utilizar biodiesel o bioetanol… aclarando que la autoridad de aplicación deberá tomar los recaudos necesarios para garantizar la provisión de dichos combustibles en cantidades suficientes y con flujo permanente”.

Pero el hombre no puede manejar ni negar el paso del tiempo y es por ello que la fecha establecida llegó y el sistema no estaba preparado.

Ya en el año 2009 las empresas productoras de etanol manifestaron que el cupo de 282.000 mts3 no podía ser alcanzado durante el 2010; sólo se podría cubrir entre el 50% y el 60% estimativamente.

En cuanto al biodiesel, existen empresas que pueden suministrar el cupo necesario, pero no están formadas por sociedades en las cuales el Estado tenga participación o sean sociedades formadas por productores, como establece la ley para otorgarles prioridad. Los proveedores disponibles son empresas pertenecientes a grupos económicos o grandes conglomerados dedicados a la obtención de aceite de soja y a la producción de biodiesel para su exportación.

PANORAMA

La realidad muestra que sólo en algunas estaciones de servicios de Santa Fe, Chaco y Formosa se están vendiendo naftas con etanol y se estima que para el mes de marzo se pueden alcanzar otros puntos de expendio. En cuanto al biodiesel, la realidad es otra, ya que todavía no existen pautas que establezcan cuáles serán las empresas proveedoras y cuál será el precio de venta (aunque no debieran existir variaciones). A todo esto, debemos sumarle que ya existen problemas de abastecimiento de combustibles en el país, la rentabilidad de las estaciones de servicio es baja y como si fuera poco se registran diferencias en el precio del combustible que se paga en el interior del país respecto de Capital Federal, más aún cuando se acerca la época de cosecha. Con respecto a variables internacionales, debemos observar cómo se comportará el precio del petróleo (en alza), el precio de la soja y el precio del biodiesel para exportar, preferiblemente a los países europeos.

Aunque muchos pensemos que debiéramos estar hablando sobre biocombustibles de segunda generación (no derivados de alimentos), coincidimos que es necesario establecer parámetros serios de trabajo para otorgar confiabilidad y posibilidades de desarrollo a los distintos actores de nuestra economía, más aún con la importancia que para cualquier país debe tener el sector energético, no sólo como insumo sino como factor estratégico de inclusión de nuestro país en el contexto internacional.

La Argentina tiene características que la vuelven especial para el desarrollo de energías renovables, no sólo biocombustibles (no consumimos soja como alimento, ni aceite) sino también solar y eólica, y es por ello que debemos aprovecharlas y no dejar que el paso del tiempo atente contra nuestras posibilidades de desarrollarnos industrialmente y generar un ámbito de inclusión económico y social.

Luio R. Panceri

 Contador Público, Director Centro de Estudios Sociales y Económicos del Litoral.

Fuente: El diario de Paraná

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