Hace tres años, ocho productores agropecuarios decidieron asociarse para producir biodiesel y asegurarse el combustible en tiempos de alta demanda. Después de superar muchísimas trabas levantaron una planta en el Parque Industrial con recursos propios y comenzaron a autoabastecerse. Redoblaron la apuesta y hoy están definiendo qué hacer con el excedente de la producción: aportar al corte de gasoil o a la generación de energía. La historia de un emprendimiento que es novedoso a nivel país.
La planta de biodiesel que un grupo de ocho productores agropecuarios de la zona construyeron en el Parque Industrial de Tres Arroyos es un ejemplo de que las crisis son generadoras de oportunidades.
Porque el proyecto surgió a raíz de la falta de combustibles en momentos clave para el campo (siembra y cosecha). Porque se realizó con recursos genuinos, por decisión propia y también por obligación: los incentivos para este tipo de emprendimientos que publicita el Gobierno nunca vieron la luz. Porque el 80% de la fábrica fue construida con materiales y mano de obra tresarroyenses. Y porque tantas trabas surgieron haciendo camino al andar (en tres años las normativas sufrieron muchos cambios) que lo que empezó como una planta de autoconsumo se transformó en una futura generadora de energía tranqueras afuera.
«Lo que es para destacar es que somos ocho productores que apostamos por asociarnos y generar un proyecto de estas características. Y que por cómo se dieron las cosas terminamos desarrollando un emprendimiento casi de manera artesanal. Porque cuando empezamos, hace tres años, el plan, el contexto y las normativas nada tenían que ver con lo que sucede hoy», explica Ronny Kuhlmann, el presidente de Biocombustibles Tres Arroyos S. A.
Del primer bosquejo del proyecto participaron alrededor de 25 productores, todos con la idea de realizar una planta para fabricar biodiesel para autoconsumo. Más allá de las promociones oficiales -nunca concretadas por cierto-, lo que llevó a la idea de generar combustible era la repetida escasez de gasoil que se producía en tiempos de cosecha y en menor medida de siembra. Los meses fueron pasando, el borrador inicial se fue puliendo y a menos de un año de la gestación de la idea, quedaron ocho socios dispuestos a trepar en la cadena productiva y hacer su combustible.
La buena predisposición y las facilidades ofrecidas por el municipio a través del Parque Industrial ayudó a tomar la decisión más importante: la idea de una pequeña planta para autoconsumo en alguno de los campos de los socios le dio lugar a un proyecto industrial, algo mucho más ambicioso, con un interesante volumen de producción que generaba el desafío de encontrar canales comerciales para ubicar el excedente de producción.
Paso a paso el proyecto fue avanzando y desde enero de 2009 los socios empezaron a consumir el biodiesel que producen. Fue un proceso lento, porque aprovecharon la experiencia de cada uno para ir mejorando la calidad del producto. Y también porque debieron adaptar la planta más de una vez debido al cambio de las reglas de juego por las modificaciones que iban sufriendo las normativas.
«En que todo se dilatara también influyó que la planta se levantó con recursos propios, que nosotros fuimos aportando mes a mes. El proyecto tenía distintas etapas y la inversión fue creciendo porque había muchas cosas que no las teníamos en cuenta porque no estaban normatizadas», comenta Guillermo Pailhé, que al igual que varios socios pertenece a la regional local de AAPRESID (también hay integrantes del Grupo CREA Cascallares en el emprendimiento).
En referencia al tema económico, Kuhlmann aporta un dato interesante: «Todo lo que se escucha sobre las ventajas y los créditos que hay para la producción de biocombustible por parte de los productores, no existe. Y es peor aún si no estás produciendo. Uno tiene que estar produciendo para poder acceder a un crédito. Se apunta a las grandes empresas, no a los medianos productores como se dice».
Hoy la planta podría producir hasta 25 mil litros de biodiesel por día, aunque la producción actual no supera los 5000, que es lo que utilizan los socios para autoconsumo. A eso hay que agregarle que como fue construida por módulos, con una moderada inversión extra se puede duplicar la capacidad de producción. Y ante esa decisión están parados hoy los propietarios: ¿a quién o a dónde venderle el biocombustible?
«Abastecer para el corte obligatorio del gasoil es una oportunidad (NdR: por ley se impulsará la mezcla de 5% para naftas y gasoil). La otra es aportar para la generación de energía», dice Kuhlmann. La posibilidad de la exportación está fuera de carrera: competir en precio con las grandes aceiteras es imposible para una planta intermedia como ésta, que justamente por el volumen medio de producción la transforma en algo novedoso a nivel país.
«Plantas de este tipo casi no hay. Porque por un lado tenés las grandes empresas como Vicentín, Cargill y Dreyfus que exportan y también están preparadas para ir al corte, y que tienen la materia prima que es el aceite. Y si no están las de autoconsumo en los campos. Quiere decir que si esto despega estaremos bien posicionados», analiza Pailhé.
«Hoy entrar al corte es algo complicado porque a nuestra Pyme le ponen un nivel de precios y de costos similar que a las grandes empresas. Por eso también estamos analizando un proyecto de la Secretaría de Energía para generar energía eléctrica con energías alternativas. Una empresa proveería los motores que funcionan a biodiesel e inyectarían energía a la red principal», explica Ronny.
«Nosotros estaríamos en condiciones de producir entre 5 y 10 megas, cuando Tres Arroyos consume 23», aporta Sebastián Lance, otro de los socios. «Esa decisión la tendríamos que tomar en este primer semestre del año. Y por eso estamos evaluando los costos y las alternativas», agrega.
Tanto para entrar al corte como a la provisión para producir energía, Biocombustibles Tres Arroyos tendría que duplicar su producción, es decir, expandirse. Eso obligaría a contratar más personal y hacer una inversión que debería llegar de la mano de un crédito.
La otra contra que tiene hoy el biodiesel por estos días es que por el precio de los granos (están haciendo pruebas con colza, soja y girasol) sale más caro que el gasoil. Pero se entiende como algo estacional: «Cuando empezamos con el proyecto era un 15% más barato», recuerda Pailhé.
La otra materia pendiente que tienen los socios es la elaboración del aceite. Por ahora le entregan los granos a una empresa de Lobería, también conformada por productores, que los transforman en aceite que se trae a la planta para hacer el combustible.
En el cierre de la charla, los productores se esperanzan con que 2010 traiga certidumbre para aclarar tantas zonas grises y así poder empezar a generar energía.
Emprendedores
Rony Kuhlmann (presidente)
Daniel Fuente (vice)
Tito Ré (secretario)
Carlos Martínez
Raúl Lance
Guillermo Pailhé
Nicolás Ambrosius
José Zubiaurre
Crecieron las exportaciones de biodiesel
En diciembre pasado se declararon exportaciones argentinas de biodiesel por 151.044 toneladas a un precio promedio ponderado de 841 US$/tonelada, un valor 0,9% superior al registrado en octubre de este año (833 US$/tonelada).
En 2009 las ventas externas declaradas de biodiesel fueron de 1394 millones de toneladas, una cifra 31,5% superior a la registrada en el mismo período de 2008. La dispersión de precios sigue siendo bastante significativa: en diciembre pasado se registraron 57 operaciones con valor mínimo declarado de 775 US$/tonelada y un máximo de 931 US$/tonelada.
El 67,4% de las ventas externas declaradas en noviembre se destinaron a España, mientras que el 28% fue remitido a los Países Bajos (Holanda/Bélgica) y el 4,6% restante a Perú (no se registraron ventas a los Estados Unidos).
Más allá del crecimiento registrado por las exportaciones argentinas de biodiesel en lo que fue el último año, los precios promedio del commodity siguen siendo muy bajos (vale mencionar que el precio FOB oficial del aceite de soja crudo a granel, insumo base del biodiesel en la Argentina, en diciembre pasado fue en promedio de 865 US$/tonelada).
Si bien la actividad se ve favorecida por un tratamiento impositivo diferencial (el biodiesel tiene retenciones del 14%), los números del sector no son precisamente favorables con los actuales valores FOB.
Las principales firmas que operan en el sector son Renova, localizada en San Lorenzo y propiedad de Glencore y Vicentín; Ecofuel, ubicada en Puerto San Martín y controlada por Aceitera General Deheza y Bunge Argentina; Louis Dreyfus Commodities en Gral. Lagos; Patagonia Bioenergía, localizada en San Lorenzo y controlada por Energía & Soluciones y Cazenave y Asociados; y Explora, ubicada en San Martín y controlada por el grupo inversor chileno Meck.
Programa Genren
El Gobierno (Programa Genren) lanzó un plan de generación de energía no renovable y Enarsa licita 1000 MW de energía alternativa, de los cuales 500 MW serán para energía eólica, 150 MW provendrán de biocombustible, 120 MW se originarán de residuos y 100 MW provendrán de biomasa. La energía generada se conectará a la red por medio del subsidio de Enarsa.
Todos estas innovaciones en la promoción del desarrollo bioenergético del país provocarán fuertes cambios productivos y también una fuerte necesidad de aprovechar oportunidades.
Fuente: La Voz del Pueblo