Los biocombustibles de primera generación se fabrican a partir de alimentos.
La seguridad energética entra en conflicto con la seguridad alimentaria.
La segunda generación de biocarburantes no compite con los alimentos.
El petróleo, la energía fósil que mueve el sistema mundial de transporte, está bajo sospecha. Las amenazas son estratégicas y ambientales. Cada vez es más caro y más escaso, juega en el tablero de la geopolítica y, además, es uno de los mayores responsables del calentamiento global del planeta.
El mundo desarrollado no quiere pararse y ha buscado una alternativa a corto plazo: los biocombustibles. Para unos, esperanzadoras cosechas de carburante «verde» y para otros, nueva amenaza planetaria.
Los biocombustibles de ahora, los de primera generación, se fabrican a partir de maíz, soja, caña de azúcar, trigo, girasol, colza. Las mismas materias primas que dan de comer a media humanidad.
Han sembrado dudas importantes y España no queda excluida de la polémica. La estrategia europea, de la que formamos parte, prevé aumentar el consumo de biocarburantes en los próximos años.
¿Cuál será su procedencia? ¿Hay materias primas suficientes en Europa o ha empezado una nueva colonización mundial? ¿Se puede garantizar que son sostenibles? ¿Están perdiendo los países en desarrollo su soberanía alimentaría para dar de comer a los motores del primer mundo?
La seguridad energética ha entrado en conflicto con la seguridad alimentaria.
Por eso, crece ya una segunda generación de biocarburantes que no compiten con los alimentos. España lidera algunas de las investigaciones más interesantes a nivel internacional.
Reyes Ramos
Ver video en: http://www.rtve.es/noticias/20091228/biocombustibles-semilla-discordia/308387.shtml
Fuente: RTVE/España/Spain