El gobierno de Colombia donó una planta piloto para la producción de biodiésel y un módulo para la extracción de aceite vegetal.
El biodiésel se cuece a fuego lento en el país.
Una planta para producir biocombustible que se instaló hace más de un año sigue en fase de prueba, mientras el Centa planea licitar un laboratorio de control de calidad.
Los planes para producir biocombustibles en El Salvador avanzan a paso lento y todavía sin un marco regulatorio para el sector.
El estatal Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria (Centa) contrató ya a consultores especializados que operarán un laboratorio de control de calidad de materias primas y producto terminado, según informó recientemente el coordinador técnico de biocombustibles de la institución, Rodolfo Castro.
El técnico dijo que se planea iniciar en febrero próximo la licitación del equipo que se instalará en el nuevo laboratorio.
El proyecto, cuyo costo asciende a 800 mil dólares, se ejecuta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Castro añadió que en meses recientes el Centa ha hecho pruebas de los equipos de una extractora de aceite y una planta de producción de biodiésel donadas en marzo por Colombia.
La planta tiene capacidad para producir 10 mil litros por día, equivalentes a 2,674 galones; mientras que la extractora, que se terminó de instalar en octubre de este año, tiene capacidad para procesar de 48 a 50 quintales de semilla por día, para hacer una producción anual de 180 toneladas métricas de aceite.
La donación tiene como objetivo que El Salvador haga, en una primera etapa, tareas de investigación sobre la producción de biocombustible.
El proyecto busca, además, que en un futuro cercano el país comience la era de la industrialización de este combustible, que es menos contaminante y más económico, considerando la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y sus derivados.
El moderno equipo se encuentra en el Centa, en Ciudad Arce, al poniente de San Salvador. Ahí se investiga cómo producir el combustible a base de especies vegetales oleaginosas, como el tempate, higuerillo y aceite de palma africana, pero además de aceites reciclados, o frituras.
Castro dijo que en 2010, el Centa proyecta continuar con las labores de investigación, para lo cual contará con el apoyo directo de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica).
Apuesta por la industria
El ex ministro de Agricultura, Mario Ernesto Salaverría, consideró que se debe apostar por el desarrollo de la industria al más corto plazo, porque «vemos cómo el petróleo mantiene una tendencia a subir, y los países productores quieren que suba más».
Salaverría, experto en el sector agrícola, sostuvo que el biocombustible es una industria con futuro que ayudaría a disminuir la dependencia que el país tiene en un cien por ciento de los combustibles fósiles.
«Es una alternativa nueva y una apuesta importante para diversificar la agricultura, a la cual creo que hay que apostarle. Además el país cuenta con tierras de buena calidad para desarrollar los cultivos y además agricultores emprendedores», dijo.
Marco regulatorio
Julio Arroyo, gerente de la Asociación de Azucarera de El Salvador, que durante los últimos años ha estado impulsando la producción de Etanol a base de caña, considera que para desarrollar este tipo de iniciativas, y además atraer la atención de los inversionistas, es importante que el país avance en el marco regulatorio.
Mientras los aspectos legislativos no avancen, algunas iniciativas privadas deberán esperar para su ejecución, como un proyecto de la Alcaldía Municipal de Izalco para sustituir en un cien por ciento el diésel que utilizan los camiones recolectores por biodiésel.
El alcalde, Roberto Abraham Alvarado, estima que el ahorro rondaría los 18 mil dólares al mes, que es lo que municipalidad gasta en diésel.
El entusiasmo es tan grande que Izalco ya cuenta con una plantación de tempate en el Cantón Talcomunca. Pese a la falta de legislación, la comuna planea iniciar el proyecto a inicios de 2010, para lo cual contará con el apoyo del Centa, donde se procesará la producción. «Eso será en un principio, pero la meta es tener nuestra propia planta», expresó el alcalde Alvarado.
Este tipo de acciones contará con mejores herramientas de apoyo cuando el país supere la etapa de investigación y emprenda el plan de acción para el desarrollo de la estrategia de los biocombustibles.
Otras piezas faltantes
La estrategia comprende la elaboración de los estudios técnicos, financieros, ambientales y sociales, componentes que contribuirán a la puesta en marcha de un Programa Nacional de Biocombustibles, según un documento del Centa de octubre 2009.
El reto en materia bionergética será la creación de la legislación para utilizar el combustible en sectores como: industria, comercio y transporte (público y particular), una tarea que está en manos de Ministerio de Economía (Minec).
Las instalaciones del Centa cuentan además con dos tanques con capacidad para almacenar 5,600 galones de biodiésel por día. La iniciativa es parte de la Matriz de Acciones para la integración y Desarrollo Energético de Centroamérica.
Fuente: El Salvador