En Córdoba armarán una planta piloto para producir bioetanol a partir de lactosuero, que ahora se tira.
Increíblemente, los residuos más contaminantes de la industria quesera, los lactosueros, podrían aumentar en un 50% la producción nacional de bioetanol, un negocio tecnológico capaz de generar más de 115 millones de dólares por año.
A raíz de este descubrimiento, se va a construir la primera planta piloto en la Argentina. Y es el Ingeniero Tulio del Bono, ministro de Ciencia y Tecnología de Córdoba y ex secretario de Ciencia y Tecnología de la Nación, quien explica la cuestión a Clarín Rural.
– ¿Qué es esto de transformar desechos de la quesería en biocombustible? ¿A quién se le ocurrió?
– A mucha gente en muchas partes del mundo y con distintas tecnologías bioquímicas. Aquí en Córdoba desarrollamos la nuestra en el Ceprocor, el Centro de Investigaciones en Productos y Procesos. Primero la testeamos a escala laboratorio y funcionó bien.
– ¿Y ahora?
– Ahora, con un espaldarazo del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT) que depende del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, nos vamos a escala de planta piloto. Con eso ya tendríamos una idea precisa de volúmenes y costos, para que en esto se meta el capital privado.
– ¿Y por qué usar desechos de la quesería?
– Porque los lactosueros, los efluentes líquidos que quedan de la fabricación de quesos, son infernalmente contaminantes para los ríos y lagos. Y aquí en Córdoba hay muchos fabricantes de queso. y pocos ríos.
– ¿Y por qué transformar lactosuero en bioetanol? ¿No es apuntar bajito?
– ¿Por qué pregunta eso?
– Nueva Zelanda lo transforman incluso en hilados y en plásticos, una cadena de valor más larga.
– Por algo hay que empezar. Por una parte tenemos el problema ambiental, desde hace décadas, pidiendo solución a gritos. Por otro, a partir de 2010 en todo el país las naftas deberán contener un 5% de bioetanol. La demanda de alcohol va a ser enorme. Ese mercado no hay que inventarlo, empieza ahora.
Con esto, matamos dos pájaros de un tiro. Tres, porque de paso arrimamos la bocha a la resolución de un dilema ético de los biocombustibles.
– ¿Cuál?
-El de usar alimentos humanos para hacer andar nuestros autos. El 100% del bioetanol que se fabrica hoy en la Argentina sale de la caña de azúcar.
Nosotros nos proponemos aumentar en un 50% esa producción, pero sin desmontar una hectárea de bosque nativo, sin desalojar una hectárea de algún cultivo alimentario y sin aumentar un centavo el precio del azúcar. Fabricamos a partir de un desecho..
– ¿Y los queseros se van a poner a fabricar alcohol de puro ecologistas o éticamente correctos, nomás?
No, por plata. Más o menos 115 millones de dólares por año, a fecha de hoy.
Y el 27% de esa plata se queda en Córdoba. Pero Santa Fe, que tiene la primera cuenca lechera nacional, gana una torta. Y no hablemos de la provincia de Buenos Aires.
– ¿De adónde sale la cifra de 115 millones de dólares por año?
– El precio fijado para el litro de bioetanol va a andar por los 0,64 centavos de dólar. Pero con el alza del precio mundial del azúcar, el primer productor mundial, Brasil, va a estar vendiendo a 0,93 centavos de dólar. Y las fábricas de queso en la Argentina, a ese precio tope fijado por Brasil, que domina el mercado, podrían estar fabricando 125 millones de litros. La cuenta en realidad me da arriba de 116 millones de dólares.
– Esa es la facturación, pero ¿cómo sabe si los costos le permiten hacer diferencia?
– ¿Y para qué cree que hacemos esta planta piloto? Habrá diferencia y será buena.
– ¿Es una gran inversión?
– (Se ríe) Unos 215.000 dólares, que incluye «los fierros» y también los salarios del personal. Si me deja hacer números, la facturación anual nacional en este rubro sería el costo de la planta multiplicado por 540.
– ¿No suena a negocio demasiado bueno?
-Es cierto. Pero en tecnología, esto no es tan raro. El «apalancamiento» de una inversión tecnológica sensata suele ser muy grande.
– ¿Y la cadena productiva, márketing, administración?
– Este es un asunto multifactorial: tiene muchos socios. Además de los dos Ministerios de Ciencia, el de la Nación y el de Córdoba, aquí están el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la provincia, la Fundación Escuela Superior Integral de Lechería de Villa María y la Universidad Católica de Córdoba.
Por Daniel E. Arias Especial para Clarìn Rural
Fuente: Clarìn Rura/Diario Clarìn