Es cierto pensar que en nuestro país el tema de la utilización de energías renovables no es de importancia o que ocupe un lugar de cuestión de Estado en la agenda de funcionarios y legisladores. Lejos estamos de encontrar la forma de mitigar los efectos del uso del petróleo y sus derivados o buscar la forma de diversificar y hacer más eficiente nuestra matriz energética (sin autoabastecimiento estamos importando hidrocarburos).
Tampoco estamos muy preocupados por tratar de que la energía sea un factor de inclusión social y no de exclusión (es muy importante el porcentaje de población en nuestro país que no tiene acceso a tipo de energía alguna y en consecuencia no tiene acceso a servicios básicos como agua potable y salud).
Muchos países están avanzando en forma constante y firme en materia de utilización de energías renovables (solar, eólica, biocombustibles, etc) como Brasil, EE.UU, China, Comunidad Europea, con el objetivo puesto en mantener un sistema de producción y consumo que disminuya la dependencia del petróleo y los efectos nocivos de la contaminación ambiental, y aumente la generación de alimentos.
Una idea de la magnitud del problema lo da el hecho de saber que de los aproximadamente 6600 millones de habitantes que tiene el planeta, 1600 millones no tienen acceso a energía alguna y 2400 millones calientan sus hogares y cocinan con leña y estiércol. Como muestra de inequidad y exclusión podemos decir que el 38% de la población mundial consume el 78% de la energía disponible y generada.
ALENTADOR
Una pequeña luz se prendió en nuestro país, ya que en la última semana de septiembre de este año la Secretaría de Energía de la Nación publicó el decreto 698/09 en el cual se establecen los cupos a las empresas para la provisión de etanol a las petroleras para efectuar el corte del 5% en las naftas, como establece la Ley 26093 de Biocombustibles emitida en el año 2006, y que comenzará a tener vigencia el 1 de enero de 2010 (poco más de dos meses).
Más allá de lo desprolijo, en cuanto a tiempo e inversiones, lo positivo es la posibilidad de reactivación que se le da al sector azucarero y a una región de nuestro país con altos índices de pobreza. El nivel de inversión realizado y lo previsto para el 2010 no alcanzarán para abastecer los 282000 mts3 necesarios; se calcula que la producción alcanzará el 50% de lo estimado, pero se estima que con nuevas inversiones ese nivel podrá ser factible de obtener en el 2011.
INTERROGANTES
Todavía quedan muchos temas por pulir, como ser el precio, qué pasará con el abastecimiento de aceites para el biodiesel, ya que estamos muy cerca de la implementación de la fecha de entrada en vigencia de la ley y toda la producción nacional se exporta, y cuál será su tratamiento impositivo.
De la realidad de los hechos se desprende que debemos delinear un plan agropecuario y de industrialización serio, teniendo en cuenta cuáles serán las fuentes energéticas disponibles y de bajo costo.
No se puede hablar de despegue y crecimiento industrial si no se tiene energía con qué alimentarlo, y para ello tenemos que considerar que el uso de energías renovables es la alternativa en la que están trabajando las potencias industriales del planeta.
Julio Panceri *
(*) Contador. Director Centro de Estudios Sociales y Económicos del Litoral.
Fuente: El diario de Paraná/Entre Ríos/Argentina