Foto: Emilio López King-Archivo, visita a Expobioenergia 2008, valladolid, España.
«La proyección a futuro no es un aumento del uso tradicional de la bioenergía, sino un mayor uso moderno de la biomasa en busca de calor y potencia», indicó Adrian Whiteman, economísta de la FAO. En muchos países ya funciona gran cantidad de plantas de biodiesel y bioetanol.
Buenos Aires – El interés en el aprovechamiento de la biomasa para la generación de energía aumentó en las décadas pasadas debido al aumento del precio del petróleo, la necesidad de conservación del medio ambiente y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
En materia bioenergética, la tendencia desde 1970 fue pasar de un gran uso de biomasa sólida a un creciente aprovechamiento de biocombustibles, como el biogas y el biodiesel, dijo hoy Adrian Whiteman, economista adjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el foro «Bosques y energía» del XIII Congreso Forestal Mundial que se celebra en Buenos Aires.
Los biocombustibles en general sólo cubren actualmente el 10 por ciento de la demanda mundial de energía.
«La proyección a futuro no es un aumento del uso tradicional de la bioenergía, sino un mayor uso moderno de la biomasa en busca de calor y potencia», indicó. En muchos países ya funciona gran cantidad de plantas de biodiesel y bioetanol.
La silvicultura a gran escala para la generación de bioenergía tiene la «posibilidad de desplazar el uso de combustibles fósiles», señaló por su parte Michael Jack, del instituto de investigaciones Scion de Nueva Zelanda, que provee conocimientos científicos para el desarrollo de biomateriales y el sector forestal.
Pero esto tiene impactos en el uso de la tierra, en la economía y en el medio ambiente. En relación con esto último, el experto señaló que la silvicultura a gran escala tiene consecuencias en la emisión de gases de efecto invernadero, en la erosión, la calidad del agua y la biodiversidad.
Para Jack Saddler, decano de la Facultad Forestal de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, uno de los «desafíos de la silvicultura es usar la bioenergía de manera sustentable».
Tanto Jack como Saddler mencionaron en el foro la necesidad de poner el foco en el tema del transporte, tanto en lo que se refiere a los grandes costos del traslado de los biocombustibles, por su gran volumen, como el uso de los biocombustibles en el sector del transporte, ya que para generar electricidad se usó energía solar y eólica.
La producción, el almacenamiento y el transporte de biocombustibles requieren grandes cantidades de insumos además de la tierra y el agua, que a su vez demandan mucha energía.
Es preciso evaluar todos estos factores, ya que si la cantidad de energía usada para la generación de biocombustibles es mayor a la que ofrecen los mismos, el saldo será negativo.
Además de los impactos en el medio ambiente de los biocombustibles, Whiteman mencionó las implicancias sociales.
En general, los ingresos y el empleo en el caso de los biocombustibles son mayores a los de los combustibles fósiles.
En este sentido, Enrique Martínez, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de Argentina, recalcó en la apertura del foro la necesidad de enmarcar el uso de la biomasa para la generación de energía «en un esquema de respeto a la comunidad, donde ni el mercado, ni la rentabilidad sean las variables dominantes».
Para Martínez, el tema de la relación entre los bosques y la energía forma parte de una cadena circular integrada por el bosque, la energía y la comunidad, que a su vez necesita de los bosques.
«Los análisis que no ponen en el centro a la comunidad son riesgosos y conducen al fracaso», sentenció. Se debe buscar la forma en la cual se puede satisfacer la necesidad energética de la comunidad.
El XIII Congreso Forestal Mundial, que comenzó el domingo y finaliza el viernes, se desarrolla en Buenos Aires bajo el lema «Desarrollo forestal, equilibrio vital». Se estima una participación de 4.500 personas de más de 160 países.
Fuentes: DPA/LMNeuquen/Argentina