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Cultivo de palma, la nueva apuesta de Colombia por aceite y biodiesel

plantas-de-biodiesel-palma-Cartagena de Indias: Palma, la nueva apuesta agrícola.

En el municipio bolivarense de María La Baja existen grandes cultivos de palma y opera una planta extractora de aceite crudo que ha favorecido a la región.Francie Chaguendo/El País.

Los cultivos crecieron 52,8% entre 2004 y 2008. Se acelera el negocio del biodiesel.

A finales de los años 90, el cultivo de la palma de aceite era todavía algo exótico, pero hoy ese tipo de siembra se ha convertido en uno de los negocios más rentables y generadores de empleo en Colombia.

Tanto que entre los años 2002 y 2004, y por cuenta de la era de los combustibles limpios como el biodiesel, el crecimiento ha sido del 52,8%, al pasar de 238.926 hectáreas a 364.969 hectáreas. La producción de esa oleaginosa saltó de 634.000 toneladas a 804.000 toneladas para un incremento del 27,6%.

En el último año, la producción aumentó el 3% y las perspectivas son aún mayores por cuenta de las cinco nuevas plantas de biodiesel que se están montando en la Costa, los Llanos Orientales y el centro del país, recalcó el ministro de Agricultura, Andrés Fernández Acosta.

El negocio hoy genera 98.000 empleos directos e indirectos tanto en el campo como en las plantas extractoras de aceite que están funcionando.

Ha sido tal el éxito de la palma de aceite, que ha permitido sustituir miles de hectáreas de cultivos ilícitos en zonas que antes eran de influencia subversiva en la Costa Atlántica y los llanos, especialmente. En Tumaco, Nariño, existen 36.000 hectáreas, pero el negocio ha tenido que ser replanteado por los daños que ha ocasionado la pudrición del cogollo. Pero está volviendo a cobrar la fuerza de antes gracias a fumigaciones y resiembras.

Colombia ha logrado, con el impulso de la palma de aceite, el quinto lugar en producción mundial, aunque ésta apenas representa el 1,8%, y es el primer país latinoamericano en este tipo de nueva y moderna agroindustria.

Los países líderes en palma son Indonesia, Malasia, Tailandia y Nigeria.

Según el ex ministro Carlos Murgas, presidente de Oleoflores S.A., “la palma ha sido la redención de muchas zonas agrícolas que antes eran aprovechadas sólo para producir pocas cosechas de maíz, y otros cultivos, al igual que para ganadería de subsistencia”.

Y una de esas regiones es el municipio de María La Baja, un pequeño poblado a una hora de Cartagena, y donde la mayoría de sus habitantes campesinos, no tenía otra opción para aprovechar sus parcelas. Hoy, la mayoría de las tierras está dedicadas a plantaciones de palma a través de alianzas y asociaciones con empresarios privados, y el apoyo de Finagro.

En las afueras de esa calurosa localidad bolivarense funciona hoy una planta extractora que produce 30 toneladas por hora de aceite crudo.

En el complejo, en el cual se invirtieron $16.000 millones, el 51% son inversionistas privados y el 49% campesinos de la región.

Uno de ellos es Sindulfo Ramos, un veterano agricultor que desde 1998 comenzó a explotar la palma. Hoy, su finca produce hasta 41 toneladas por hectárea de fruto de palma, el mayor récord en Colombia.

“Eramos una familia pobre que sobrevivía de una agricultura tradicional. Por eso María La Baja era un pueblo atrasado y sin oportunidades”, recuerda.

Con el aceite de palmiste no sólo se fabrica el biodiesel, sino que se utiliza para jabonería, alimentación humana, cosméticos y otros usos.

Hacia el futuro

A raíz del surgimiento del biodiesel como combustible amigable con el medio ambiente, y su mezcla entre 5% y 7% en motores a base de acpm, el cultivo de palma tiene aún mayores perspectivas. El programa como tal apenas lleva tres años de implementación.

La producción de biodiesel alcanzó en el último año las 400.000 toneladas, y para seguir atendiendo la demanda de automotores la idea es que supere los 950.000 litros por día teniendo en cuenta la mezcla del 5%.

En el 2010 se pretende que la mezcla en los motores diesel sea del 10%, y para ello será necesario llevar la producción de biodiesel a 1,8 millones por día. Hoy, ese tipo de combustible limpio se distribuye en la Costa Atlántica, el centro del país, los santanderes y el suroccidente colombiano.

“Los biocombustibles son el futuro, pues son amigables con el medio ambiente, generan empleo intensivo y permiten el mejor aprovechamiento de zonas agrícolas que antes se encontraban abandonadas”, recalca el presidente de la Federación Colombiana de Cultivadores de Palma, Jens Mesa Dishington.

La nueva frontera agrícola

En Colombia existen al menos 3,5 millones de hectáreas para ser potencialmente explotadas con palma de aceite.

De ellas, 580.000 están ubicadas en la Costa norte; 67.000 hectáreas, en la región suroccidental; 1,9 millones, en los Llanos Orientales, y 613.000 en el centro del país.

“La sola expansión en un 20% de esas nuevas zonas permitiría generar al menos 176.000 empleos. Y si se llega al 50% serían alrededor de 441.000 empleos”, destaca el ministro Fernández Acosta.

En caso de incluir las 3,5 millones de hectáreas a esa ampliación de la frontera agrícola, se podrían crear unos 883.000 empleos nuevos.

Hoy, gran parte de las tierras disponibles están subutilizadas, tienen altos costos o están ubicadas en regiones con presencia guerrillera o paramilitar.

En pocas palabras

«El gran cuello de botella para ampliar el negocio de los biocombustibles es la falta de tierras en Colombia. Por eso, si Colombia los quiere, tiene que pagarlos, porque la realidad es que son costosos”. Jens mesa dishington, presidente de la Federación Colombiana de Cultivadores de Palma, Fedepalma.

Fuente: El País/Colombia

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