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Con la caída de la Ley Ómnibus, el sector asume que podría haber cambios en el esquema regulatorio. Hay 2000 empleos directos en riesgo y más de 8000 de manera indirecta.
Los productores de biocombustibles alertan que con la caída de la ley ómnibus, reaparecen los fantasmas para cambia las reglas de juego del sector.
La Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (CEPREB), que agrupa a la totalidad de las empresas productoras de biodiesel de Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis, se mantiene en estado de alerta ante la posibilidad de que el Gobierno vuelva a intentar una modificación en la Ley 27.640 de Biocombustibles para cambiar las reglas de juego.
Según afirman desde la entidad, se buscaría regular la industria en favor de las grandes aceiteras concentradas en la provincia de Santa Fe.
Vale recordar que la ley vigente es la continuación de la 26.093 -que venció en 2021- y establece un marco normativo de promoción para el sector con vencimiento en 2030. La misma, sirvió para que varias empresas definieran inversiones según los requerimientos que el propio Estado determinó.
Cuando el Poder Ejecutivo envió al Congreso de la Nación el proyecto conocido como ley ómnibus, se intentó modificar el capítulo que regulaba la actividad. Con la caída del proyecto, reaparecen los fantasmas de una nueva presentación o incluso de un DNU, con el que el Gobierno podría cambiar las reglas de juego.
Sin embargo, para que eso ocurra debería llevar la firma de varios funcionarios que en el pasado habrían prestado servicios a grupos económicos que hoy podrían verse beneficiados. Tal situación provocaría una incompatibilidad absoluta, por eso desde el sector se mantienen expectantes y aguardan para ver cuál será la próxima jugada de la nueva administración.
El desenlace de esta historia mantiene el vilo al sector energético. Por eso, Ámbito dialogó con Federico Martelli, Director Ejecutivo de la CEPREB.
Periodista: ¿Cuál es el presente productivo del sector?
Federico Martelli: Hoy la actividad se rige por la ley 27.640 del año 2021, que tiene vigencia hasta el año 2030. Por ende, el conjunto de las compañías pymes que producen biodiesel para el corte de los combustibles en el mercado interno siguen produciendo y entregando todos los meses de acuerdo al cupo que fija la Secretaría de Energía. De momento, si bien hay una baja demanda de diésel en el mercado argentino por la crisis económica, la producción es normal y están todos trabajando.
P.: ¿Cómo funciona el mercado?
F.M.: El biodiesel se produce a partir del aceite de soja, que lo proveen las grandes aceiteras. El valor de la materia prima es el precio internacional descontando las retenciones, más una prima que le aplican las aceiteras. Una vez que se compra el aceite de soja, se procesa y se transforma en biodiesel y se le vende a las compañías refinadoras de petróleo que lo mezclan y lo distribuyen en todas las estaciones de servicio del país.
El valor de venta y los cupos los determina la Secretaría de Energía. Para fijar este precio hay una fórmula algorítmica que calcula los costos de producción y le agrega un porcentaje de rentabilidad, con lo cual no puede haber distorsiones ni variaciones arbitrarias de precio. El Estado de esa manera puede asegurar que no haya vaivenes ni sobresaltos en el precio de los combustibles.
P.: ¿Fue un alivio finalmente que no se tratara la ley?
F.M.: La caída de la ley fue una tranquilidad muy grande para el sector, porque en la sección de biocombustibles se modificaba todo el régimen y se condenaba a las pymes a la quiebra. El proyecto de ley pretendía que las pymes compitieran contra las grandes aceiteras, lo cual resulta imposible. En primer término por el volumen potencial de producción.
En segundo lugar, porque las pymes deberían comprar la materia prima a quienes en ese caso pasarían a ser sus competidores. Luego tenemos otro tema que es el de los fletes. Las pymes se radicaron en el interior porque la ley proponía que así fuera para dinamizar las economías regionales y el desarrollo federal y tienen un costo de flete distinto al de las aceiteras.
P.: ¿Cuál es el corte actual que hacen en los combustibles y qué escenario plantean?
F.M.: Hubo una modificación a la ley del sector que se dio durante el gobierno de Alberto Fernández. Ese cambio de condiciones, en el caso del biodiesel, fue la reducción del corte que pasó del 10% al 5%. Luego, en la crisis de abastecimiento de diésel del año 2022, por decreto fue subido al 7,5% y por supuesto que nosotros creemos que hay margen para subir el corte. La Argentina es un importador neto de diésel y esta es una situación que va a perdurar en el tiempo porque ninguna petrolera tiene en carpeta la construcción de una nueva refinería. Para reducir la demanda de diésel importado, se puede aumentar el corte de biodiésel.
Por último, Martelli explicó a Ámbito que mantienen diálogo con la cámara que agrupa a las empresas mas grandes del sector (CARBIO), sin embargo desde que asumió la nueva gestión nunca hubo contacto ni respuesta a las cartas que se enviaron a la Secretaría de Energía. “Lo que nos mueve a nosotros es defender la producción, el trabajo argentino y el desarrollo regional. Esperamos que no haya sorpresas ni se intente hacer por DNU lo que no pudo pasar por el Congreso”.
por Daniel Aprile
Fuente: Ámbito