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Hay pocos ejemplos internacionales y relativamente tantos como ellos son los nacionales: empresas que digitalizan la producción para obtener fondos.
La facilidad con que las criptomonedas permiten intercambiar valor llegó a las empresas argentinas, que ya están usando su tecnología para crear tokens (activos digitales) atados a bienes reales, como soja, vino y hasta autos.
Sergio Carbone, contador especializado en cripto, afirma a iProUP que «la tokenización de la economía es una tendencia mundial, y lo único que cambia es el activo subyacente: no tiene diferencias con un derivado financiero».
«Al tokenizar commodities en un activo digital se eliminan fricciones del mundo físico, como la necesidad de vender granos antes de tener los pesos o esperar a cierto horario para conseguir precio y realizar una transacción», ejemplifica a iProUP Ariel Scaliter, CTO de Agrotoken.
La empresa es la primera infraestructura global de tokenización de commodities creada por Scaliter y Eduardo Novillo Astrada hace sólo dos años. La firma creó stablecoins respaldadas en soja, maíz y trigo que facilitan ahorrar o transaccionar al sector agropecuario.
El experto remarca que además «la blockchain se puede usar para rastrear el origen de cada insumo, lo que asegura calidad. Esto lo hacen empresas como Toyota y OpenVino, que se creó a partir de una bodega de Mendoza».
También es posible aplicarlo en «un flujo de fondos y ‘crear dinero’: porque pagás en token lo que recibís en moneda fiduciaria. Agrotoken fue pensado para eso», agrega.
El experto Ismael Lofeudo agrega a iProUP que «los contratos inteligentes permitieron generar nuevos activos fungibles con reglas preestablecidas.
También, instrumentos digitales con características únicas que pueden ser transados en la blockchain».
Agrotoken permite la compraventa de granos a través de criptomonedas
«La expansión y consolidación de esta tecnología permitió el desarrollo de una industria que ahora vincula elementos digitales, cosas materiales e incluso valores negociables a diversos criptoactivos», explica.
Sin embargo, lamenta que esto todavía está limitado por la rigidez de las leyes locales, que impiden «acceder a empresas pequeñas y a la tokenización de bienes de bajo valor».
Fijar precio en mercados muy elásticos
Carbone pone el ejemplo de la utilización de blockchain por OpenVino, que «persigue tres objetivos: precio, transparencia y trazabilidad». Para ello, se vale de dos tokens: uno fungible (asimilable a una moneda digital) y otro no (lo que se conoce como NFT).
Para fijar el precio, la empresa usa un token fungible ERC20 (estándar en la red de Ethereum), «que es entregado a quien compra una botella de vino», la cual será cedida «contra la entrega y quema (destrucción) del token», a los tres años de que se embotelle.
Añade que las botellas «representadas por los tokens MTB18, MTB19, MTB20 o MTB21 son listadas en un sitio de intercambio de activos virtuales para ser negociadas abiertamente, transparentando su precio».
El creador de OpenVino y dueño de la bodega Costaflores, Mike Barrow, indica a iProUP : «El MTB18 corresponde a una cosecha que dio 16.384 botellas, por lo que se emitieron 16.384 tokens».
«Con la transacción del token durante ese período, se fija el precio del vino: si los tokens resultan más vendidos, el vino tendrá menor precio; si la gente los retiene para ser acreedora a las botellas, el importe subirá. Esto ocurre en la plataforma de OpenVino», cuenta.
Remarca que «después del tercer año y hasta 10 años más tarde, la gente puede redimir el token y pedir botellas para su casa o restaurante». Este año, la OpenVino sumará otras bodegas al proyecto.
La bio certificación
Carbone subraya que «OpenVino busca dar transparencia a la calidad y permitir su autocertificación. La finca se vale de una multiplicidad de sensores para medir condiciones de suelo y ambientales que, junto con información financiera, es registrada en blockchain».
«Esto le permite a Costaflores mostrar su calidad y exponerla públicamente, sin necesidad de ser certificada por terceros. Lo que se busca es eliminar al intermediario, que en este caso no es un banco, sino quien garantiza la calidad del producto», asevera Mike Barrow.
Además, remarca que que la certificación de calidad tradicional le parece limitada porque se prueba un solo trago de una sola botella entre 20.000, algo que considera «caro y poco confiable».
Así, este estadounidense que produce vino orgánico en Mendoza desde 2003 y es informático de profesión también diseñó la bio certificación digital. Hasta 2021, sólo se aplicó en Costaflores, pero en 2022 se sumarán cinco bodegas más, aunque no todas usarán la tokenización.
Luego, Barrow buscará que se sumen otras bodegas inscripta en Argentina y algunas de otros países como Portugal, España, Francia y Estados Unidos.
Para la autocertificación biodigital que, por ejemplo, verifica que un vino es realmente orgánico, vegano o single vineyard, OpenVino utiliza:
Internet de las cosas: sensores de bajo costo que miden humedad del suelo, vientos y humedad, entre otros factores.
Una app donde los trabajadores registran su bitácora hasta completar las 30 tareas que deben realizar cada año.
Tecnología que liga sistemas contables para publicar los gastos e insumos, como gasoil, botellas, cápsulas o corchos.
Cámaras de 360° de bajo costo en la viña y la bodega
A esto se suma tecnología blockchain para dar una especie de sellado de esa información que certifica que cada dato fue dado en el momento en que se especifica y no modificado después.
Experiencia de consumo y propiedad
Carbone asegura que «la trazabilidad de los productos hasta el usuario final se logra vinculando a la botella un NFT que la identifica. La propuesta es que luego de beber el vino, se escanee el QR único para acceder al token».
Barrow indica que «esta aplicación tecnológica busca trazabilidad y saber qué opina quien está detrás de la copa de su vino. Para eso cada botella tiene un QR distinto y quien envíe su opinión se hace acreedor de un NFT que equivale a una acción clase B con un fideicomiso, por lo que se vuelve propietario de lo que está consumiendo».
OpenVino no sólo permite comprar botellas, sino también ser una especie de «accionista»
Asegura que «los beneficiarios podrán cobrar en especie los dividendos que se distribuyan en Costaflores, que serán prorrateados entre todos los NFT en circulación y en las mismas direcciones en donde estén los NFT. El cobro, salvo decisión del fiduciario, será en utility tokens (equivalente cripto de las acciones), respaldados en vino de la bodega».
Commodities digitales
Agrotoken ya lanzó los tokens SOYA (soja), CORA (maíz) y WHEA (trigo) en Argentina. En el primer semestre lo hará en Brasil (el de soja será SOYB) y en el segundo el de maíz en EE.UU., donde es el principal grano. Estos países concentran el 70% del mercado global de los tres cereales.
La empresa permite operar:
En la red de intercambio de agrotokens: se pueden adquirir bienes y servicios, como camionetas, regalías (semillas), tractores, silobolsas, insumos y otras prestaciones.
Con la colateralización de tokens para tomar préstamos y emitir tarjetas de debito y crédito. Agrotoken está trabajando como puente entre bancos y el mundo cripto para que el producto salga en Argentina, Brasil y EEUU en marzo.
Mercado internacionales: interconexión con otros países para compraventa
«Ya existía el uso del canje en el mundo de los granos y Agrotoken lo digitaliza haciéndolo simple y económico para las partes. Siempre el productor gasta en granos y con la tokenización se convierten en dinero corriente», explica Scaliter.
Además, remarca que «el servicio que ofrecen al sector agropecuario es brindar liquidez y financiamiento, y la posibilidad de que adquieran insumos, maquinarias o realizar el pago de servicios», resume. Sus ventajas son
Un token de SOYA, CORA o WHEA equivale a una tonelada de soja, maíz o trigo, respectivamente, reservado en un acopio.
Sus precios son públicos en el Matba-Rofex, con la diferencia respecto al grano de que opera las 24 horas y no es necesario que estén abiertos los mercados.
Cada tonelada es validada por medio de la «Prueba de Reserva de Granos» (PoGR, por sus siglas en inglés)
Esto certifica que es que es transparente, segura, descentralizada y auditable en todo momento mediante la blockchain de Ethereum.
«Actualmente, Agrotoken se encuentra acompañado por una amplia variedad de acopios y empresas que colaboran e impulsan el crecimiento de esta nueva industria. Tal es así que obtuvo, luego de una ronda de capital semilla, una inversión de u$s5 millones para continuar con la expansión tecnológica, desarrollos y consolidación del equipo», relata.
Próxima parada: el litio
Se trata de un proyecto todavía «blindado» y del que no se conocen muchas características técnicas, sino sólo una serie de publicaciones vinculadas con aspectos comerciales: la tokenización del litio a través de un Mercado de Metales y Futuros SA.
«El business plan para 2022 es terminar la expansión en Latinoamérica. La puesta en marcha de la digitalización de contratos dará un gran impacto para comenzar con la formación del precio del litio en sus valores presentes, spot y futuro, permitiendo valorizar las reservas en cada región de una manera más rápida», señala a iProUP Pablo Rutigliano, su creador.
Rutigliano avanza y asegura que «el acuerdo social celebrado con Agrotoken, nuestro socio tecnológico, nos permitirá lanzar el token Atomico3, cuya su retroalimentación tendrá un papel fundamental en la macroeconomía de cada región permitiendo transformar las materias primas con visibilidad y responsabilidad sustentable».
Atómico3 será la primera moneda de la región respaldada por litio
El experto remarca que 2022 «será el gran año para el Mercado de Metales y Futuros, como también tendrá una gran participación Atomico3. La empresa continúa trabajando para formar sucursales en provincias mineras y países con reservas de litio como Chile, donde estamos avanzando para la apertura del mercado de futuros».
«Esto se debe al gran acuerdo celebrado en año pasado con la cámara minera chilena: todos nuestros modelos económicos más herramientas tecnológicas nos permitieron realizar un gran leverage en lo comercial e innovación económica», relata.
Así como se ven ejemplos exitosos de tokenización de empresas, también han existido decepciones porque los proyectos fracasaron. No obstante, este es un camino que recién comienza y que promete desarrollar nuevos negocios mucho más eficientes.
Por Dolores Olveira
FUENTE: IPROUP