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El principal reconocimiento a la ciencia argentina lo recibirán este año dos investigadores que han realizado importantes aportes en el campo de la microbiología.
Foto: Natalia De Miguel y Diego De Mendoza | CEDOC
Los Premios Científicos Fundación Bunge y Born 2021, que se entregan desde 1964, serán este año para dos especialistas en microbiología: los doctores Diego de Mendoza y Natalia de Miguel. La ceremonia de entrega se realizará este miércoles 13 de octubre, a las 18, y se podrá ver por la web www.fundacionbyb.org
Diego de Mendoza recibirá el premio mayor por su producción de conocimiento científico, con impacto internacional, en el estudio de las bacterias, y la continua generación de recursos humanos para el desarrollo de la ciencia en el país y Natalia de Miguel, por su parte, recibirá el Premio Estímulo; por sus investigaciones originales sobre parásitos protozoos, con aportes a nivel internacional y posibles aplicaciones en salud humana y animal.
Jujeño, Diego de Mendoza, ha dedicado 35 años a la investigación básica; guiado estrictamente por la curiosidad en el estudio de fenómenos que son la base desde la cual, es posible realizar los grandes descubrimientos en los que se apoya el desarrollo científico-tecnológico.
Dedicado a la microbiología molecular, el eje de sus investigaciones ha sido en especial los lípidos (las grasas) que tienen las membranas de las bacterias, y cómo hacen estas para detectar cambios en la temperatura, ya que siempre están a nivel ambiente. Sus equipos de trabajo fueron pioneros en el mundo, al descubrir un termosensor en las bacterias, que es lo que les permite mantener la temperatura y sobrevivir.
Las bacterias cuentan con una proteína que detecta una baja térmica en el ambiente, y a partir de esto, envía un “aviso”, por lo que la bacteria realiza un ajuste en los lípidos de su membrana y, así resiste al cambio que le ofrece el medio donde se encuentra.
Otro aporte fundamental a nivel mundial en microbiología fue el descubrimiento de otra proteína que funciona como un sensor de lípidos de las bacterias. Estas requieren sintetizar grasas en la cantidad justa para sobrevivir, por lo que conocer el mecanismo que regula esa producción es imperioso para poder atacarlas a través de diferentes agentes químicos (antibióticos). Al mismo tiempo, también se puede hacer un buen uso de las bacterias, dado que las grasas que estas contienen son importantes para muchos productos biotecnológicos. Equipos formados en su laboratorio, trabajan en la posibilidad de aplicar estos conocimientos a los cultivos, para que estos puedan resistir las bajas temperaturas.
Otro proyecto consiste en utilizar la glicerina, un componente que se desecha en la producción de biodiesel (en el que Argentina es uno de los principales generadores mundiales) como alimento de las bacterias, para buscar que estas produzcan biodiesel.
También, trabaja en la producción de plásticos biodegradables. Mientras que el polietileno contamina y no se degrada, a partir de sus descubrimientos buscan generar otro polímero, que al desecharlo pueda desaparecer.
En los últimos años, Diego de Mendoza incorporó una nueva línea de trabajo extendiendo sus estudios al entendimiento de la biosíntesis de lípidos en microorganismos multicelulares. Usando como modelo un gusano muy pequeño -el eucariota el nematodo C. elegans-, su grupo de trabajo se encuentra estudiando la regulación del tráfico intracelular de colesterol, y la influencia del metabolismo de lípidos en la agregación de moléculas amiloides, que son las que se depositan en las neuronas de los enfermos de Parkinson, con el propósito de desentrañar las bases de enfermedades humanas.
Natalia de Miguel, por su parte, ganadora del Premio Estímulo 2021, dirige un equipo que estudia dos parásitos de gran importancia en salud humana y animal, y de los que hay muy poca investigación a nivel mundial.
Uno, el Trichomonas vaginalis, ocasiona la enfermedad de transmisión sexual, no viral, más frecuente en humanos —luego del HPV y el herpes—, y la Tritrichomonas foetus, un parásito que afecta principalmente al ganado vacuno, ocasionando abortos en las vacas y por ende importantes pérdidas económicas en el sector ganadero.
Natalia de Miguel dirige un equipo que estudia dos parásitos de gran importancia en salud humana y animal, y de los que hay muy poca investigación a nivel mundial.
En relación al Trichomonas vaginalis el equipo estudia los mecanismos que utiliza el parásito para regular sus genes en las distintas cepas, lo que le permite hacerse más virulento y resistente a los tratamientos habituales. Otra línea de investigación se centra en el estudio de las vesículas extracelulares que libera el parásito para comunicarse con las células del aparato reproductor, al que necesita adherirse para desarrollar la infección.
Esta enfermedad frecuente, que causa irritación, secreciones y picazón, en los casos en que la infección no es tratada, puede hacerse crónica y ocasionar mayores riesgos como cáncer de cuello de útero y prostático, complicaciones en el embarazo e infertilidad, así como también facilitar la infección de HIV o HPV.
En cuanto al parásito que afecta al ganado vacuno, hasta la fecha no se han reportado vacunas ni drogas totalmente eficaces; por lo cual se considera a la mejora del diagnóstico como la principal alternativa para el control de esta parasitosis.
*Doctor en Medicina (Idicer, Unr-Conicet), investigador Superior Conicet.
**Doctor en Ciencias. Veterinarias, Inv. Superior Conicet.
FUENTE: PERFIL