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El proyecto -resistido por los empresarios del sector, incluyendo a los de La Pampa- no fue incluido por los diputados en la sesión de este jueves. Gestionan eliminar la posibilidad de bajar los cortes al 3% y menos discrecionalidad en los precios.
Esta semana se cumplió el primero de los dos meses de la prórroga de la ley de biocombustibles que caducó el 12 de mayo dispuesta en un decreto presidencial, pero aun así sigue sin sancionarse el nuevo marco regulatorio impulsado por Máximo Kirchner, aun cuando ya fue dictaminado en Diputados con votos de Cambiemos que garantizan una mayoría en el recinto.
La demora se debe a que el proyecto aún no tiene garantizado el respaldo de los senadores del Frente de Todos, que en octubre aprobaron una ley para extender hasta 2024 el régimen de promoción a los biocombustibles vigente desde 2006. Máximo lo cajoneó e impulsó otro bien diferente.
Su proyecto, ya con dictamen, reduce de 10% al 5% el corte de biodiesel, producido a base de aceite de soja para sustituir el gasoil, con epicentro en Santa Fe; y eleva del 10% a 12% el de bioetanol, sustituto de la nafta, pero obliga a que la mitad sea en base de azúcar y sólo el resto de maíz, con su principal polo de producción en Córdoba.
Y habilita a reducir cualquier corte a 3% si una suba de las cotizaciones internacionales «pudiera distorsionar el precio del combustible fósil en el surtidor» o si llegara a producirse escasez de producción.
Máximo adjudica a la suba de los precios internacionales de soja y maíz una de las causantes del aumento de los combustibles e ideó el nuevo proyecto junto al secretario de Energía Darío Martínez para que no vuelva a pasar.
A los senadores de las provincias productoras, como Córdoba y Santa Fe, no les cayó nada bien las nuevas reglas de juego y le reclamaron Alberto Fernández cuidar el voto de una de las regiones más hostiles para el oficialismo.
Pero el proyecto no tuvo en cuenta sus reclamos y se dictaminó con el voto de cuatro diputados de Cambiemos de Jujuy y Tucumán, provincias azucareras beneficiadas. Suficiente para llegar a los 129 necesarios para la mayoría si el oficialismo se mantiene unido, pero poco sentido tiene si el Senado no queda conforme y cajonea la ley.
Los diputados que la promueven confían en que no será posible porque Cristina Kirchner está en sintonía con su hijo y alcanza para que la mayoría oficialista de la Cámara alta vuelva sobre sus pasos sin culpa. Sin embargo, Máximo no llevó la ley al recinto este jueves y recién la trataría la última semana del mes, al filo del plazo para el vencimiento de la prórroga. El Senado no debería demorarse.
El sitio especializado La Política On Line recuerda que si el 12 de julio no hubiera una norma sancionada, el presidente debería volver a extender por uno o dos meses el régimen de 2006, pero en ese caso el desconcierto del sector sería demasiado. Para evitarlo, en las últimas semanas circulan pro el Congreso bosquejos con algunas modificaciones que podrían contentar a oficialistas del centro del país, que no tendrán una cita electoral fácil en septiembre.
Una opción sería eliminar la facultad que se le asigna a la secretaría de energía de reducir los cortes al 3% o ajustarla a una variación específica de las cotizaciones internacionales. O limitarle la atribución de definir un precio.
La única obligación que tiene en el proyecto es garantizar «una rentabilidad determinada por la misma, considerando los costos de los principales componentes de su elaboración y el precio para producto puesto en su planta de producción».
Las variantes fueron parte de la reunión que el lunes de la semana pasada Santiago Cafiero tuvo en su despacho con las autoridades del oficialismo en el Senado, entre ellos el cordobés Carlos Caserio y la santafesina María de los Ángeles Sacnun, autora de la ley que aprobó esa Cámara para prorrogar la promoción de 2006 y Diputados cajoneó.
También participaron los jefes de la bancada José Mayans y Anabel Fernández Sagasti, e intercambiaron con Cafiero algunas propuestas para dejar una ley que pase el filtro del Senado y no les reste en sus provincias.
El jefe de Gabinete brindó su informe de gestión en esa Cámara tres días después y no dio demasiadas precisiones cuando la macrista Gladys González lo interrogó por la demorada ley de biocombustibles.
«Está en debate en la Cámara de Diputados. Hay que ver y evaluar un marco normativo que venía de hace mucho tiempo y el cambio tecnológico que existe hoy también hay que ponerlo sobre la mesa. Eso es lo que se está debatiendo», se escabulló. Cristina no participó de la sesión, sin esgrimir motivos.
En Diputados no hay tanta convencimiento de retocar la ley, pero aceptan que una resistencia de los senadores los puede acorralar. «Aseguramos rentabilidad al 80% del sector. Sólo se quejan los más grandes, que además no entienden que con un corte alto y sin precio favorable pierden igual, como le pasó en los últimos dos años de Macri», explicó uno de los oficialistas conducidos por Máximo a cargo de llevar el tema al recinto.
La tensión entre los oficialismos de ambas Cámaras tuvo los últimos días nuevos episodios, por la dificultad de los conducidos por Máximo de conseguir aliados y reunir una mayoría para temas como la reforma del Ministerio Público y la suspensión del sistema que permite crear empresas en un día, ambos con dictamen pero sin fecha para llegar al recinto.
Y ni siquiera tuvo despacho de comisión la ley de etiquetado frontal, que obliga a las productoras de alimentos a informar sus componentes, aprobada en el Senado en simultáneo con la prórroga de la ley de biocombustibles luego desechada en el palacio vecino. La cancillería está en contra porque cree que puede atentar contra las exportaciones y logró que los diputados la pisaran.
La ley de biocombustibles, además, iría acompañada de otra de promoción hidrocarburífera, anunciada por el titular de YPF Pablo González. Todavía no fue enviada al Congreso. Hubo otras urgencias.
FUENTE: EL DIARIO DE LA PAMPA