A través de dos iniciativas legislativas, un proyecto de Ley para prorrogar el régimen de biocombustibles y el aumento del porcentaje de corte en la nafta, gasoil y gas, y un pedido de informe al Ejecutivo nacional para el sostenimiento del sector, el Partido Socialista salió a la carga y pidió políticas bioenergéticas a largo plazo.
Luego de un encuentro con empresas de biocombustibles de diversas partes del país, el diputado nacional del Bloque Socialista, Enrique Estévez, presentó hoy en el Congreso un proyecto de ley para prorrogar hasta el 31 de Diciembre de 2024 el Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles, instituido por la Ley 26.093 y próximo a su fecha de expiración.
“Como país nos debemos un plan estratégico en materia de políticas bioenergéticas a largo plazo, independiente de los gobiernos de turno, con consensos sociales y compromisos claros respecto a metas de emisión de gases de efecto invernadero para mitigar y reducir los efectos del calentamiento global”, explicó el legislador nacional, y dijo que por ello surge el desafío de “descarbonizarse”.
Los biocombustibles son productos energéticos que reducen significativamente la huella de carbono. “La utilización de biocombustibles genera un ahorro superior al 75% en la emisión de gases de efecto invernadero y mejora la calidad del aire que se respira en las ciudades”, explicó el Secretario General del Partido Socialista de Santa Fe.
Asimismo, desde el Socialismo presentaron un pedido de informe al Gobierno Nacional para preguntarle por qué no se publican los precios, si se están realizando las inspecciones correspondientes para ver si se respetan los porcentajes de corte y si se piensa en otorgarle alguna ayuda al sector. “Es paradójico que estas empresas que son consideradas actividad esencial, ya que produjeron alcohol, no hayan recibido subsidio alguno del Gobierno Nacional”, señaló Estévez y dijo que la industria de los biocombustibles, que tiene 54 plantas situadas en 10 provincias y emplea de forma directa e indirecta a 300.000 personas, “necesita reglas claras, como un valor de referencia para la producción, para desarrollar su actividad de forma eficiente y competitiva”.
“La emergencia sanitaria también dejó en evidencia la importancia de la industria de los biocombustibles, y lo esencial y estratégico que resulta para el país contar con recursos propios para la producción de, por ejemplo, alcohol sanitizante y alcohol en gel sin depender de importación alguna”, señaló el diputado nacional Enrique Estévez.
Mientras Argentina hoy cuenta con una capacidad instalada de biodiesel superior a 4.5 millones de toneladas anuales, y más del 50% se encuentra ociosa, en Europa se anunció el “Pacto Verde Europeo”, un programa para llegar a la descarbonización de la economía europea en 2050.
“El avance hacia la sustentabilidad y el ahorro de emisiones es una decisión política”, enfatizó el dirigente socialista, y ejemplificó: “En Santa Fe se ha logrado un ahorro importante de emisiones con la implementación del “BioBus”, que es la iniciativa de alimentar el transporte público 100% con biodiesel”.
Al respecto, Verónica Geese, quien se desempeñó como secretaria de Estado de Energía de la provincia de Santa Fe hasta el año pasado, manifestó: “Argentina ganó mucho en desarrollo, en federalismo y en soberanía y diversificación de la matriz energética con las industrias de biocombustibles. Tirar eso por la borda hoy sólo favorecería a los fósiles”. “En la campaña se habló mucho de las economías regionales, veremos en las próximas decisiones de los gobiernos si eso era verdad”, acotó.
“Nuestro país nos da la oportunidad de poder tener una matriz energética mucho más limpia a través de los biocombustibles y sustituir importaciones de naftas y gasoil”, agregó el diputado Estévez. Entre los años 2010 y 2019 la industria del biocombustible sustituyó importaciones por más de 10.800 millones de dólares.
Proponen mayor corte con biocombustibles
El proyecto de Ley presentado por el Socialismo además de la prórroga del Régimen de Promoción para la Producción y Uso Sustentables de Biocombustibles, también propone que todo combustible líquido caracterizado como gasoil o diesel oil deberá ser mezclado -por aquellas instalaciones que hayan sido aprobadas por la autoridad de aplicación- con la especie de biocombustible denominada «biodiesel» en un porcentaje del 15% como mínimo.
Asimismo, todo combustible líquido caracterizado como nafta deberá ser mezclado con «bioetanol», también en un porcentaje del 15 % como mínimo. El mismo se realizará en forma equitativa, el cincuenta por ciento por el sector que lo elabora en base a caña de azúcar y la otra mitad por el sector que lo hace en base a maíz.
El proyecto también contempla que el gas natural de red que se comercialice dentro del territorio nacional deberá ser biometano en un porcentaje que deberá alcanzar como mínimo el 5% de mezcla para finales de 2026.
Participación federal
Del encuentro por videoconferencia para analizar la situación del sector participaron empresas de biocombustibles de diferentes partes del país: Juan Facciano, de la Cámara de Santa Fe; Jorge Feijóo, del Centro Azucarero; Guillermo Godfrid, Leandro Luqui, Federico Pucciarelo, Damián Correa, Tomas Jorba, Marcelo Born y Juan Facciano de CASFER; Agustín Calamari, Axel Boerr y Erik Bazarian, de CARBIO; Tomás Lorda y Alejandro Braun de CEPREB; y José Porta, de CIGBO.