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Es inexorable el cambio de ciclo económico en el país. El modelo financiero que exacerbó y fundió Macri, pero que empezó antes, está totalmente agotado. Viene la producción y el trabajo. Campo y energía, dos sectores claves. La visión desde la Liga Bioenergética.
Mientras la economía argentina naufraga una nueva crisis terminal, en este caso del modelo especulativo rentístico, que precipitó la debacle financiera del gobierno de Mauricio Macri -agigantada ahora por la pandemia- pero que probablemente se haya iniciado un par de años antes, el debate por el modelo que viene está a flor de piel.
Los distintos sectores, al corriente de este debate, discuten con o sin la venia de un gobierno cuyo presidente dice no ser partidario de los planes económicos, plantean los términos en los que creen que su sector debería participar de ese modelo que viene. Y el agro no es la excepción.
Un tuit de esta semana del ex titular de la Sociedad Rural y ministro de Agroindustria de Cambiemos, Luis Miguel Etchevehere, expuso la voluntad de un segmento del campo respecto a cómo prefiere que se ordene la cadena productiva rural: exportar el grano de la manera más directa posible, es decir una actividad primarizada, con poca generación de valor agregado.
El segmento de biocombustibles, una actividad en la que se cruzan dos paralelas sacrosantas de los que se llenan la boca hablando de competitividad y exportaciones (quien no quiere una economía donde ambas cosas abunden) que son el rural y el energético, salieron rápidamente a repudiar y aclarar que lo de Etchevehere responde a intereses micro sectoriales y no a toda la cadena.
Desde la Cámara Santafesina de Energías Renovables (Casfer), por ejemplo, manifestaron la necesidad de “volver a tener políticas que agregue valor a las materias primas mediante su industria”, de lo cual “el ejemplo más tangible es el desarrollo de la industria de biocombustibles: se generaron fruto de la ley 26.093 (2016) plantas en Santa Fe pero también en Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, San Luis, La Pampa, Buenos Aires y Entre Ríos, en un proceso inédito de desarrollo de economías regionales y diversificación de la matriz energética y productiva”.
En diálogo con Conclusión, el titular de la firma Rosario Bioenergy, integrante de Casfer y también miembro de la Cámara de Empresas Pymes Regionales Elaboradoras de Biocombustibles (Cepreb), Federico Pucciarello, se mostró sorprendido por las palabras de Etchevehere ya que “su gobierno fue el que sacó el diferencial de retenciones en su momento, con una política clara de primarización de la agroindustria”.
La industria del biodiésel demostró ser la más competitiva.
“Si yo exporto hoy el precio me lo impone Chicago. Es un commodity que maneja el mercado internacional, pero Argentina es uno de los primeros exportadores del mundo en grano y en aceite; si yo industrializo esa tonelada de soja, tengo más de 20 productos distintos, agrego valor en la Argentina y cuando exporto esos productos me generan casi un 6.5 más que la retención del 30% por tonelada de soja. Entonces, es realmente absurdo plantear la primarización, volver a lo que era la Argentina histórica de vender nuestros recursos naturales a precio impuesto por el resto del planeta, cuando nosotros tenemos que defender los nuestro”, remarcó.
A la hora de argumentar esa defensa, Pucciarello consideró que se trata de velar por “el futuro de nuestra población en el país, del precio justo, el trabajo argentino, la federalización, el desarrollo provincial y tecnológico de nuestras tecnologías de siembra directa”.
El siglo XXI ya está bien entrado y nadie que tome decisiones, de inversión o en políticas públicas, puede desconocer que la batalla geopolítica se dirime en dos variables clave: los puestos de trabajo y el acceso a energía abundante y barata para la industria. Al tener esto en cuenta cobra otro valor el debate generado.
“Es realmente extraordinario lo que dijo el ex ministro, a mí me sorprende, sin ningún embanderamiento político lo digo, simplemente me sorprende escuchar que un ex ministro diga lo que dijo”, resaltó el empresario agroindustrial.
En esa línea, Pucciarielo consideró que “la industria del biodiésel demostró ser la más competitiva”, al tiempo que señaló que además de tener “los valores en dólares más bajo del planeta en biocombustible (sea bioetanol de caña, de maíz y biodiesel)”, también se ha demostrado “capacidad”.
Santa Fe es la primer región del mundo como productora -Argentina tercera como país- en solo diez años.
“Hoy tenemos 4.3 millones de biodiesel instaladas y Santa Fe es la primer región del mundo como productora -Argentina tercera como país- en solo diez años”, indicó, para agregar que esto “significa que estamos en la mesa de los grandes, que podemos sentarnos a negociar con otros países de igual a igual y Argentina no tiene muchas oportunidades para sentarse a negociar con los otros países bajo estos términos”.
El integrante de la Liga Bioenergética sostuvo que “sí o sí hay que fortalecer esto”.
“Lo hemos demostrado con los puertos que tenemos. Rosario se ha desarrollado a la vera del Paraná y con las inversiones millonarias que se han hecho, desde las multinacionales y de compañías argentinas. Ellos son los responsables de hacer la primera industrialización del poroto y eso también es importante, por ejemplo, para lo que es el gas natural, el primer consumidor de gas natural del país son los puertos nacionales de Santa Fe, porque para procesar los cientos de millones de toneladas que produce la Argentina, se necesita gas natural. Si hoy no tuviéramos la industrialización de estos puertos, aún menos tendría sentido una Vaca Muerta y ninguna inversión en Vaca Muerta, que tanto han venerado tantos gobiernos y que hoy se demuestra que depende de valores internacionales, o sea, el barril de petróleo ha bajado a valores negativos y en Vaca Muerta han abandonado, nuevamente, porque las empresas extranjeras normalmente hacen eso, un argentino no abandona a otro argentino, un extranjero sí. Y lo han hecho sistemáticamente, han abandonado más de cien pozos y hoy en día quedan operativos seis, según el último informe que vi de YPF”, se explayó.
En diez años hemos tenido 9 secretarios y ministros de Energía, es un despropósito, todos con distintas políticas.
A expensas de esta visión, desde las cámaras agrupadas en la Liga, entre ellas Cepreb, Carbap, entre otras, celebraron la aprobación esta semana en el Senado provincial santafesino -por unanimidad- de la ley que establece el Programa de uso sustentable de Biocombustibles, que promueve la utilización masiva tanto en estado puro o en el mayor nivel posible de mezclas con combustibles fósiles en el transporte público, vehículos oficiales y actividades privadas, en todo el territorio provincial.
EL FUTURO ES MAÑANA
Queda demostrada la importancia de un estado que entienda el mercado para ordenar la macroeconomía. El estado ordena para que ejecuten los privados, en este caso, si bien hay ventajas competitivas, ¿no es obvia la necesidad estratégica de proteger en este inicio a una industria que puede dar satisfacciones y sobre todo, energía y divisas?
“Se necesita una voluntad férrea del Estado nacional. La ley que hoy rige el mercado nació en el 2006 y muchos de los que están hoy en este gobierno fueron participes del impulso de esa ley. Vence el año que viene -para nosotros es mañana-, entonces sí o sí hay que ponerse a trabajar”, advirtió el titular de Rosario Bioenergy.
En ese sentido planteó que “la Liga Bioenergética propuso una ley” para la cual “se trabajó muchísimo durante un año y medio con diez provincias generando consenso”. “Soy de la idea de que para que Argentina pueda crecer finalmente, necesitamos subir la vara, dejar de bajarla de una vez”, precisó.
La pandemia va a pasar como otras tantas en la historia, pero el país va a seguir acá. El mundo va hacia una valorización extrema de los recursos naturales y nosotros los tenemos, si no sabemos aprovecharlos no hay futuro.
Y se explayó: “Siempre estamos viendo el costo y de hecho hemos llegado a tener los costos operativos más bajo del mundo, cosa que en el combustible fósil no pasó, en los millones de tubos de gas no pasó, en el aceite de soja no pasó y hoy, el único eslabón que quedo atrasadísimo en valores relativos mundiales, son los biocombustibles. Entonces, tenemos que trabajar para que la nueva ley de biocombustible sea mucho más amigable con el consumidor, mucho más amigable con la industria petrolera y mucho más sustentable y predecible para el productor de biocombustible, cosa que hasta ahora no pasó. En diez años hemos tenido 9 secretarios y ministros de Energía, es un despropósito, todos con distintas políticas, cada uno que ha venido a cambiado su regla de juego, si bien había una ley marco, el ente regulador era la secretaría o el ministerio de Energía y eso genera una imposibilidad de ver hacia adelante, de invertir, y yo creo que estamos en una etapa donde Argentina ha demostrado una eficiencia en la producción de biocombustible como ningún otro país y de sustentabilidad por las certificaciones que hemos obtenido”.
Por último, ponderó algo lógico que cualquier persona que tome decisiones económicas (¿acaso no toda la población?) valora como algo fundamental para hablar de economía más allá de la obvia virtud de adaptarse a las circunstancias y contexto: la necesidad de planificar.
“Tenemos que sentarnos a hacer un plan a 50 años, sino empezamos a planificar a largo plazo no hay ninguna solución a los problemas, ni para ningún sector industrial ni para nadie en este país. No hay país que se pueda vivir pensando en dos años o en la coyuntura. Yo entiendo que hoy tenemos esta situación de pandemia, pero el país va a seguir acá, tenemos que pensar en positivo, la pandemia va a pasar como otras tantas pandemias en la historia de la humanidad y nosotros necesitamos un país acorde a los recursos naturales que tenemos. El mundo va hacia una valorización extrema de los recursos naturales y nosotros los tenemos. Entonces si nosotros no sabemos aprovechar esos recursos naturales y negociarlos de manera justa y equitativa con el mundo, no va a haber futuro en la Argentina”, concluyó.
FUENTE: CONCLUSION