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Hay cerca de 30 Pymes completamente frenadas y que no pueden operar porque les congelaron los precios hace ocho meses. Grave situación.Hay 3.500 empleos en la cornisa.
Hay casi 30 plantas paradas, sin funcionar. Y hay un corte de gasoil con biodiesel establecido por ley que es imposible de cumplir.
Y todos los beneficios del biodiesel para las economías regionales, el empleo y el medioambiente, se están desaprovechando en un año clave para la Argentina, que atraviesa una pandemia.
¿A qué responde este cuadro? A que el sector, explicado en un 100% por Pymes que abastecen exclusivamente a las petroleras que operan para el mercado interno, hace cerca de 8 meses que reciben un precio que quedó totalmente desactualizado.
Por normativa, todos los meses estas Pymes deberían tener un precio actualizado por una fórmula ya establecida. La gravedad de la situación es que la actual administración les freezó el precio de un momento para el otro.
Hay cerca de 30 Pymes que tuvieron que frenar la producción de biodiesel porque no cierran los costos.
Así, se incumplió con la normativa, que establece la actualización mensual y se las dejó en un callejón sin salida. Básicamente porque el precio está regulado y no opera en función de la oferta y la demanda.
Para agravar el panorama, durante estos meses, ni el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ni el secretario de Energía, Sergio Lanziani, dieron muestras de acercamiento para brindarles una solución.
«Hoy están todas las plantas paradas», advierte uno de los empresarios castigados por el congelamiento que padecen los biocombustibles.
Y la situación se replica en todas las plantas que están ubicadas en provincias como Santiago del Estero, Entre Ríos, San Luis, Neuquén, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires: si encienden las máquinas, pierden plata.
Es decir, cada litro de biodiesel que quieran producir con el actual precio, implica un paso más hacia la quiebra.
En el sector aseguran que el atraso, por la disparada del dólar y el aumento del precio del aceite de soja, es del 25%.
En otras palabras: el precio que hoy reciben está 25% por debajo del nivel que les permitiría volver a encender las máquinas para cumplir con el corte.
Punto de inflexión
Ahora, todas las miradas están puestas en los próximos pasos que dé el Gobierno, que adelantó que avanzará con un aumento en el precio de los combustibles en los surtidores, que se encuentran congelados desde diciembre de 2019.
El rumor más fuerte es que el incremento será de alrededor del 7%. Tendría el aval de Alberto Fernández y de los ministros de Economía, Martín Guzmán, y de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas.
«No hay excusas para que no se actualice el precio del biodiesel», plantea una fuente que sigue muy de cerca las decisiones oficiales.
Y agrega un dato clave: la incidencia del biodiesel en el precio final del gasoil en surtidor, es ínfima: cada 10 puntos de suba en el precio que se paga por este biocombustible, el impacto en el valor final del gasoil es de apenas 1,1 puntos.
«Las plantas están totalmente paradas y hay 3.500 empleos en riesgo. Si no hay novedades, el sector no va a poder evitar la situación de quebranto», alerta una de las fuentes consultadas.
FUENTE: INFOBAE