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Foto:(De izq. a dcha) Amaury E. Pekelman (UDOP), Rachel Martins (EPE), Alberto Cerdán (ICEZ), Marlon Arraes (Ministerio de Minas y Energía de Brasil) y Antonio Pérez-Hernández (Casa América). Foto: Fundación Consejo España-Brasil.
Brasil es el país que en 2019 vivió la mayor deforestación de la década en la Amazonia, con una pérdida de casi 10.000 kilómetros cuadrados de vegetación (un aumento del 30 % respecto al año anterior). Esto sucedió bajo el Gobierno de Jair Bolsonaro, que ha sido denunciado por indígenas por sus políticas sociales y medioambientales.
Pero Brasil es también el país que más consume energías renovables, según el Banco Mundial, y desde hace años es el segundo líder mundial en materia de biocombustibles y el segundo mayor productor de etanol del mundo (en ambos casos después de Estados Unidos).
El 45 % de la energía producida en el país de 210 millones de habitantes proviene de fuentes renovables, según los últimos datos de 2018. “La industria de transportes es la que más consume energía, especialmente el sector de transporte por carretera”, ha puntualizado Rachel Martins Henriques, de la Empresa de Pesquisa Energética (EPE), en un evento sobre las oportunidades de inversiones en el país en renovables celebrado este jueves en Casa América.
De estos biocombustibles, el etanol juega desde hace años un papel protagónico. Toda la gasolina que consume hoy en día Brasil tiene un 27 % de etanol, para 2029 se espera que este represente un 52 %.
“En 2003 tuvimos un boom del etanol”, ha asegurado Marlon Arraes, coordinador general de etanol del Departamento de Biocombustibles del Ministerio de Minas y Energías de Brasil. Entre 2006 y 2010 la producción de etanol duplicó su tamaño pero a partir de 2011 comenzó lo que Arraes ha llamado “la crisis del etanol”.
Y mientras que en 2008 la mezcla de biodiesel representaba un 2 %, en marzo de este año aumentará hasta alcanzar un 12 %. La mayor parte de los insumos para el biodiesel proviene del aceite de soja (70 %), seguido por la grasa animal (16 %), según datos de 2018.
Renovabio
Poco tiempo después de la crisis de los biocombustibles, en 2017, nació Renovabio, una apuesta a favor de los biocombustibles creada por el Gobierno brasileño. Su principal meta: reducir las emisiones de efecto invernadero.
Esta iniciativa, que pretende contribuir al cumplimiento del Acuerdo de París, en línea con la política nacional de automóviles, busca desarrollar motores de combustión que funcionen de manera más eficiente con etanol, así como sistemas eléctricos alimentados por etanol, entre otras cosas.
Renovabio funciona a partir de estos tres ejes: objetivos de descarbonización, certificación de la producción de biocombustibles y créditos de descarbonización (CBIO). El primero establece cada año un objetivo nacional para el mercado de los combustibles de cara a los siguientes diez años y todos los años los distribuidores deben demostrar el cumplimiento de estos objetivos. Para el segundo se desarrolló “RevovaCalc”, una herramienta de apoyo cuya creación involucró a un grupo de científicos, para calificar el nivel de eficiencia energética de las emisiones de carbono de los productores.
Por último, los distribuidores de combustible deben comprar CBIOs. Cada unidad de CBIO corresponde a la emisión evitada de una tonelada de carbono, el equivalente a siete árboles en términos de captura de carbono.
España-Brasil, una relación consolidada
Con más de 5.000 empresas en Brasil, España es el tercer mayor inversor en el país, ha detallado Alberto Cerdán, director general de Cooperación Institucional y Coordinación de ICEX. “Queremos que esta colaboración sea mayor y en el sector de los biocombustibles creemos que puede serlo”, ha añadido Amaury Eduardo, director-presidente de la Unión Nacional de Bioenergía (UDOP).
En octubre Iberdrola anunció que destinará 6.600 millones de euros hasta 2022, a través de su filial Neoenergía, para seguir creciendo en energía eólica. A lo largo de los últimos 20 años, la compañía se ha consolidado como uno de los principales operadores eléctricos del país, con inversiones de unos 14.500 millones de euros.
“Brasil ofrece grandes oportunidades. El país tiene lo que quisieran tener los demás: un exceso de recursos”, ha concluído el director general de Casa América, Antonio Pérez-Hernández.
Por Gabriela Martínez – 31 enero, 2020
FUENTE: INNOVA SPAIN