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En momentos en los que se mantienen congelados los precios de los combustibles, las Pymes del interior se están viendo seriamente perjudicadas.
Son más de 25 Pymes. Producen biodiesel exclusivamente para abastecer a las petroleras, para que éstas realicen el corte con gasoil y así cumplir con la ley.
Estas Pymes están en el interior; operan en diferentes provincias, como Santiago del Estero, Entre Ríos, San Luis, Neuquén, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires. Y son clave porque generan un importante «efecto derrame» en esas economías. A esto, hay que sumarle los beneficios económicos y medioambientales del biodiesel.
Sin embargo, hoy ninguna de esas empresas está operando. Si lo hacen, advierten todos estos empresarios Pyme, perderían más plata de lo que ya pierden teniendo sus plantas paradas.
La situación es grave, porque las petroleras, a su vez, no están haciendo el corte. Así, no se están cumpliendo con la normativa que obliga a cortar el gasoil con un 10% de biodiesel, obtenido a partir del aceite de soja.
Estas empresas vienen de padecer un durísimo 2019, con una administración macrista que cometió varias irregularidades para con el sector, especialmente en los dos últimos años:
-Les cambió la fórmula para calcular el precio final que deben recibir estas Pymes, dejando de considerar en el cálculo variables ultra sensibles como el tipo de cambio.
-El año pasado, desde la Secretaría de Energía, además, les demoraron en varias oportunidades la publicación del precio, que debe oficializarse a principios de cada mes. Es decir que no solo les cambiaron las reglas de juego sino que les dieron fuera de tiempo esa poca mejora en el precio.
Con la llegada de Alberto Fernández al poder, los empresarios del sector tenían esperanzas de poder salir de la situación en la que estaban, con muchas plantas a un paso del quebranto.
Sin embargo, los días se demoran y el sector Pyme del interior sigue trabajando con un precio viejo (diciembre) y que no contempla la suba real de costos que padecieron en los últimos meses, en gran medida por el salto del dólar.
«Está todo paralizado. Estamos en una situación de emergencia. Es una crisis inédita. Macri nos maltrató, fue contra nuestro sector, los dos últimos años de su gestión fueron desastrosos para nuestra rama de actividad. Por proteger los intereses del sector petrolero, nos mandó a la lona», aseguró un empresario Pyme que desde hace semanas que tiene la planta con un candado, esperando que las cosas cambien.
«Había mucha expectativa con el nuevo gobierno, pero todavía no hemos logrado que nos reciban», se lamenta.
Es una situación paradójica: la administración de Alberto Fernández, que anunció antes de asumir que iba a apoyar a las Pymes argentinas que dieran empleo, por ahora no se hace eco de la dramática situación que atraviesa este sector que, es Pyme, genera cerca de 10.000 empleos y le da valor agregado a la soja en el interior del país.
Pymes, rehenes del congelamiento
¿Por qué hay tantas demoras? ¿Y por qué se está dejando caer a un sector estratégico como este?
La razón hay que buscarla en el congelamiento en los surtidores que dispuso el Gobierno. A comienzos de enero se dio marcha atrás con la decisión de subir los precios y se decidió congelar el valor de los combustibles durante un período que no se encuentra bien definido pero que podría durar hasta 180 días.
Lo paradójico es que el biodiesel prácticamente no incide en el valor del combustible: en momentos en que la nafta se movía libremente, en épocas de Macri, la suba del precio del gasoil que vendían las petroleras fue nada más y nada menos que casi ocho veces superior que el alza que experimentó en ese mismo período el biodiesel que estas mismas compañías le pagan a los productores Pymes.
Así, los empresarios aseguran que este derivado de la soja no sólo tiene una incidencia mínima en la composición del precio final del producto, sino que permite que el mismo sea más barato, funcionando como un «colchón» para el bolsillo del consumidor.
Sin embargo, al no garantizarles un precio mínimo que garantice salvar los costos, las Pymes ahora no pueden producir y así es como hoy el corte no está siendo cumplido por las petroleras en este arranque del 2020.
«Terminamos siendo rehenes de un congelamiento de precios del surtidor. Nos hacen pagar los platos rotos como a las petroleras. Pero no somos como las petroleras. En primer lugar, estas grandes empresas dejan de ganar, pero no pierden, los costos variables los pueden cubrir. En el caso nuestro, además de un tema de tamaño y espalda, hay una realidad y es que no podemos cubrir nuestros costos variables. Por lo cual, perdemos menos plata si no operamos. Es increíble», remarcó el empresario Pyme consultado.
En estos momentos, los empresarios esperan que el flamante subsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, los reciba y de un paso decisivo, que ayude a sacar al sector de una crisis histórica.
FUENTE: INFOBAE