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La Ley 26.093 (sancionada en el año 2006) -y su reglamentación en 2007 mediante el Decreto 109- estableció un régimen de promoción y producción para los biocombustibles.
Pero la normativa y su marco regulatorio específico trascendieron el simple fomento de una nueva actividad y sus beneficios directos en materia de diversificación de la matriz energética y la sustitución de combustibles fósiles importados.
En realidad, lo que se puso en marcha fue una verdadera política de Estado de industrialización de la ruralidad, priorizando el desenvolvimiento PyME y de fortísima impronta federal (desarrollo de las economías regionales). El éxito de la decisión de 2006, emanada del Ministerio de Planificación Federal, resulta incuestionable, como incuestionable la debacle verificada durante la gestión Cambiemos, (1) como oportunamente explicamos (ver bibliografía). En este sentido, y porque creemos que el regreso a la Casa Rosada de un proyecto industrialista y genuinamente federal no puede renunciar a la profundización y potenciación de los biocombustibles como herramienta de desarrollo, industrialización y generación de empleo, transcribimos la muy importante y reciente comunicación de la Liga Bioenergética. Algunas reflexiones nuestras a modo de conclusión.
Por el sector privado, La LigaBioenergética la integran la Cámara Argentina de Empresas RegionalesElaboradoras de Biocombustible (CEPREB), la Cámara Argentina de Biocombustibles(CARBIO), la Cámara Argentina de Industria Sucro Alcoholera, la Cámara deBioetanol de Maíz y de la Cámara de Industrializadores de Granos, Productoresde Biocombustibles de Origen (CIGBO) y la Asociación Argentina deBiocombustibles e Hidrógeno.
1) La industria de los biocombustibles NO está SUBSIDIADA, está regulada, pero al contrario de lo que se aduce, desde hace varios años viene sufriendo precios y políticas que no hacen sostenible la actividad.
2) La industria de los biocombustibles sustituyó importaciones de nafta y gasoil por más de u$s 10.800 millones en el periodo 2010 – 2019, y durante el mismo periodo el estado nacional giró divisas por más de u$s 23.000 millones por importaciones de gas oil. (2)
3) Hay hoy 54 plantas en 10 provincias, agregando valor en origen, generando y sosteniendo economías regionales con más de 300.000 mil empleos directos e indirectos.
4) El corte con biocombustibles de las naftas y el gasoil produjo un ahorro ambiental y en salud pública que, de aumentarse ese corte, podría llevar a la Argentina a cumplir inmediatamente con los acuerdos internacionales y leyes propias de lucha contra el cambio climático.
5) Los biocombustibles crean nuevos productos, nuevas industrias, siendo algunas hoy BIOREFINERIAS, impulsando el concepto de economía circular en la relación campo-industria.
6) Como Brasil sostiene hace más de 40 años, los biocombustibles le dan al país la posibilidad gestionar sus propios recursos en una estrategia de autoabastecimiento, sin dejar de lado ninguna fuente energética.
7) A la fecha, la industria pyme del biodiesel se encuentra paralizada por la falta de publicación del precio de venta, conforme los costos que tuvo la industria durante el mes anterior. El 100% de la industria pyme de biodiesel destina la totalidad de su producción al mercado local.
8) Desde hace más de 10 años, los Biocombustibles constituyen (y así debe continuar) una Política de Estado Nacional y Federal, que tiene, como principal objetivo contribuir a:
Sostenibilidad ambiental
La utilización de biocombustibles genera un ahorro (en comparación con los combustibles fósiles) superior al 75% en la emisión de gases de efecto invernadero y mejora la calidad del aire que se respira en las ciudades. A partir de la sanción de las Leyes 27.270 y 27.520 Argentina se ha comprometido en cumplir metas, las cuales no serán posible de alcanzar sin el aporte de los biocombustibles.
En el caso de las naftas, y dada la calidad del petróleo que se procesa en nuestro país, el bioetanol permite a este combustible alcanzar el nivel de octanaje que las normas de calidad exigen, al precio más conveniente y cumpliendo las normas vigentes en materia ambiental y de salud pública, ya que, de lo contrario, se debería seguir usando MTBE (aditivo que se está prohibiendo en los principales mercados del mundo por ser cancerígeno y afectar las napas de agua, entre otros problemas). Lo mismo pasa con el material particulado emitido por la quema de derivados del petróleo, que muchos países están paulatinamente prohibiendo.
Desarrollo de las economías regionales
La industria de los biocombustibles en nuestro país tiene 10 años de estar en funcionamiento, a través de 54 plantas situadas en 10 provincias (Santa Fe, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa, San Luis, Santiago del Estero, Córdoba, Tucumán, Jujuy y Salta), y constituye un claro ejemplo de desarrollo de economías regionales e industrialización de la producción primaria en origen; generando más de 300.000 fuentes de trabajo, directas e indirectas, que van más allá de la producción del biocombustible, dando origen y/o potenciando el crecimiento de otras industrias y actividades (productores cañeros, cadena del maíz y de la soja, complejo aceitero y pequeñas aceiteras a prensa, empresas de transportes, industria metal-mecánica) y de nuevas aplicaciones tecnológicas al servicio de todos esos sectores, etc.
En el caso del bioetanol y el biodiesel PyME, el 100% de su capacidad de producción se destina al mercado interno.
Industrialización de la producción primaria en origen
Los biocombustibles constituyen el último eslabón en la cadena de agregado de valor de la soja, maíz y azúcar.
Proponer volver al sistema de exportación primaria del poroto de soja o grano de maíz, además de ser anacrónico, constituye desconocer (o no querer reconocer) la importancia del agregado de valor en origen, ya que nuestro país posee el complejo agro exportador más grande y eficiente del mundo debemos aprovecharlo con un desarrollo industrial que aumente los empleos calificados y las inversiones.
Sustitución de importaciones
En el caso del gas oil, nuestro país importa más del 30% del combustible que se consume. Entre el 2010 y 2019, se importaron 36.5 millones de metros cúbicos de gas oil (3 veces más que la capacidad de producción local de un año). Estas importaciones generaron salidas de divisas por más de 23.360 millones de dólares. Durante el mismo periodo, se utilizaron 10.8 millones de metros cúbicos de biodiesel para el mercado interno, que, a precio de gas oil, significaron un ahorro de divisas por sustitución de importaciones por más de 6.900 millones de dólares. (2)
La capacidad instalada de biodiesel en nuestro país es superior a 4.5 millones de toneladas anuales, y más del 50% se encuentra hoy ociosa. Similar situación se dio con las naftas durante el mismo periodo, ya que la utilización de bioetanol evitó importaciones por un valor superior a los 3.900 millones de dólares.
Diversificación de la matriz energética
No se pretende «reemplazar» al gas oil o las naftas, sino «complementar» la matriz energética, mediante el aporte de un combustible de origen vegetal, renovable, menos contaminante y de producción nacional.
Síntesis
La producción y utilización de las bioenergías constituyen las bases de un país sostenible, contribuyendo al desarrollo de economías regionales, agregando valor en origen, permitiendo el autoabastecimiento en materia energética y preservando el medio ambiente.
Reflexiones finales… (OETEC)
Al 20 de enero, aún seguían sin estar publicados oficialmente los nuevos precios de biodiesel y bioetanol. Al perjuicio que ocasiona esta demora, sumada a la amenaza en ciernes de un aumento en las retenciones a la exportación de biodiesel y una industria de biocombustibles -la que abastece al mercado interno- que ya a fines de 2019 se encontraba al borde de la quiebra, debemos sumar el marcado aumento del aceite de soja el cual, gracias a los excelentes oficios del ex Secretario Gustavo Lopetegui, tuvo un impacto negativo doble ya que eliminó un factor de ajuste adicional a la fórmula normal de precios que era clave como amortiguador para estos casos (Resolución 2, 11 de enero de 2019).
En este contexto, a prácticamente dos meses de iniciado el nuevo gobierno, las petroleras toman la delantera y proponen la reprimarización completa del poroto de soja y del grano de maíz. De no rechazarse esta propuesta ni resolver los problemas surgidos con Mauricio Macri, las PyMEs y algunas grandes no integradas productoras de biodiesel, así como las vinculadas a la producción de bioetanol de caña de azúcar, todas abastecedoras del mercado doméstico, no tendrán más opción que desaparecer del mapa. Con ello, se perderán miles de empleos y se cerrarán decenas de PyMEs, cuyo sector colapsará. Y más grave aún: dado que hay plantas que fueron instaladas en localidades donde nunca antes hubo una sola industria, (3) sin biocombustibles retornará el atraso y el empobrecimiento masivo de pueblos enteros, que también serán borrados del mapa.
No puede haber política de biocombustibles divorciada de la protección y fomento de las economías regionales, la salud del mercado interno, el consumo de los argentinos y las argentinas, la industrialización de las cadenas de valor de nuestra producción agropecuaria, la innovación e inversión en tecnología y una auténtica política de generación de empleo.
Es tiempo de resolver la pesada herencia macrista en biocombustibles, reactivar su régimen para dotar de previsibilidad a la industria, llegar a un acuerdo con las petroleras y avanzar cuanti y cualitativamente en una nueva legislación y marco regulatorio que vuelva a hacer de los biocombustibles una herramienta estratégica para el arraigo, la reindustrialización del agro (en cabeza PyME) y un desarrollo federal pujante y equilibrado.
(1) Con Cambiemos, el mercado interno pasó a consumir apenas un 5,2% más de biodiesel en 2019 que en 2015 (enero a julio). Respecto del bioetanol proveniente de la caña de azúcar, 2018 cerró con una producción cayendo 4,5%. Al mes de julio, la caída es todavía más grave: -7%. Respecto del pico de producción de 2017, está un 16% abajo.
(2) Por «Giro de divisas…», léase: «Salida de divisas por importación», pero de nafta y gasoil.
(3) Tales son el caso de Frías (Santiago del Estero), Calchaquí, Piamonte, Saa Pereira (Santa Fe), Catriló (La Pampa), etc.
Por Federico Bernal
FUENTE: AMBITO