agregado de valor

CIARA Y UBATEC PROYECTAN BIORREFINERIAS PARA APROVECHAR DERIVADOS DE SOJA

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La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el brazo tecnológico de la Universidad de Buenos Aires planean usufructuar la capacidad del complejo sojero nacional para agregar valor a sus productos y participar del negocio petroquímico.

Con la intención de añadir valor a la producción del complejo sojero argentino, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y Ubatec (firma constituida por la Universidad de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la Unión Industrial Argentina y la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) se comprometieron a impulsar de manera coordinada el desarrollo masivo de derivados de la soja. La meta es ingresar al mercado petroquímico de la mano de un material renovable, con un menor nivel de emisiones nocivas. A decir de Gustavo Idígoras, presidente de la CIARA, la idea es replicar lo que se está haciendo en Estados Unidos, donde se fabrican lubricantes, neumáticos, deso-dorantes y hasta dentífricos en base a la soja. “Creemos que la Argentina tranquilamente puede manejar un 10% de este negocio, que año tras año mueve alrededor de u$s 40.000 millones en todo el mundo”, proyectó el directivo.

La agroindustria local, explicó, extrae de la soja aceite y harinas con destino a China. “El uso primordial de estos productos oleaginosos es la alimentación de animales para consumo humano. Nuestra intención es agregarle valor a esta producción a partir de un proceso tecnológico superior dado por las biorrefinerías”, indicó. La CIARA, destacó, ya agrupó a todos los centros de trabajo que hay en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). “Con esta base aspiramos a armar una planta piloto para dar los primeros pasos en la materia”, anticipó.

Idígoras // “La agroindustria local extrae de la soja aceite y harinas con destino a China. Nuestra intención es agregarle valor a esta producción a partir de un proceso tecnológico superior dado por las biorrefinerías”

De acuerdo con Lorenzo Basso, presidente de Ubatec, en el país existe una planta que elabora un herbicida totalmente biodegradable derivado del biodiesel. “Frente al aceite y la harina de soja convencional, esta instalación, emplazada en la provincia de Santa Fe, ofrece productos de segunda y tercera generación”, diferenció.

El emprendimiento entre Ubatec y CIARA, comentó, busca justamente impulsar esa clase de añadido de valor. “Estamos proponiendo un salto mayor en la transformación de la soja. Y no apuntamos sólo a las grandes empresas, sino que también ponemos el foco en las de pequeña y mediana envergadura, las cuales pueden dedicarse a producir especialidades y atender un nicho de mercado muy importante”, subrayó.

Basso // “No apuntamos sólo a las grandes empresas, sino que también ponemos el foco en las de pequeña y mediana envergadura, las cuales pueden dedicarse a producir especialidades y atender un nicho de mercado muy importante”

Posición ventajosa

Según un trabajo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), la Argentina se encuentra en una posición ventajosa para albergar un amplio número de biorrefinerías de tamaño reducido.

Para Jorge Hilbert, referente del Instituto de Ingeniería Rural del Centro de Investigación de Agroindustria (CIA) del INTA, el país cuenta con un gran potencial en la materia debido a su alta disponibilidad de biomasa proveniente de cultivos y residuos, a lo que debe sumarse un avanzado nivel de desarrollo tecnológico y científico. Una biorrefinería, definió, es una estructura que integra procesos de conversión de biomasa y equipamiento para producir tanto combustibles y energía como productos bioquímicos con alto valor agregado. “La industria nacional dedicada al aprovechamiento de la biomasa con fines energéticos posee un gran desarrollo.

Esto representa una buena oportunidad en aras de producir y exportar recursos cada vez más demandados en todo el mundo”, expresó el especialista.

Hilbert // “El país cuenta con un gran potencial para tener biorrefinerías debido a su alta disponibilidad de biomasa proveniente de cultivos y residuos, a lo que debe sumarse un avanzado nivel de desarrollo tecnológico y científico”

Mayor competitividad

Desde la óptica de Hilbert, las energías renovables son el negocio del momento, lo que habla de la creciente relevancia del desarrollo sostenible. “En esa dirección, debe destacarse que desde el punto de vista técnico las plantas de biocombustibles responden a nuevos conceptos de desarrollo vinculados con la optimización del uso de la energía y el cuidado del medio ambiente”, argumentó.

En este contexto, apuntó, el INTA está evaluando el potencial que ofrecen los productos y subproductos de los complejos cañeros de soja y de maíz, además de medir su nivel de emisiones y eficiencia energética. “La industria de conversión de alimentos es un claro punto a favor para desarrollar nuevas biorrefinerías. En paralelo, la logística y el costo de transporte de insumos, el desarrollo de evaluaciones ambientales y sociales que respalden a los nuevos productos generados y la necesidad de ganar competitividad son otros significativos factores a evaluar”, completó.

FUENTE: REVISTA PETROQUIMICA

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