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Foto:La planta de Viluco en Frías, Santiago del Estero Crédito: Viluco
Viluco, la firma perteneciente al grupo agroindustrial Lucci, decidió no continuar con sus operaciones de acopio, crushing y alimentos balanceados en la localidad de Frías, en Santiago del Estero, y solo concentrarse en la producción de biodiésel.
Así lo indicaron a LA NACION fuentes de la empresa, que además confirmaron la noticia anticipada por el diario El Liberal de que la firma presentó ante la Subsecretaría de Trabajo provincial un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para concretar despidos.
De acuerdo a las fuentes de la firma, se desvincularán a 117 personas de los sectores de acopio, molienda y de una planta de alimentos balanceados. En tanto, quedarán otros 83 empleados que están abocados a la elaboración de biodiésel.
«No vamos a comprar más soja, vamos a adquirir el aceite», dijo a LA NACION José Luis Palacio, gerente de Recursos Humanos.
En lo que es la elaboración de biodiésel, la planta lo está haciendo vía un amparo judicial que le permite producir 108.000 toneladas por año. La empresa había presentado un amparo luego de que la Secretaría de Energía le redujera el cupo de provisión al mercado interno. En los primeros meses del año ya tuvo unas 9000 toneladas asignadas.
Fuentes de la compañía señalaron que «producto de la falta de reglamentación clara y ajustada a derecho» fueron «perjudicados sistemáticamente», primero por una mal categorización y luego por la menor asignación de cupos.
El amparo judicial es temporal y es la única herramienta que hoy le permite seguir trabajando con el biodiésel. En febrero pasado, algunos portales habían dado por cerrada esa planta, que no obstante siguió operando con el tonelaje asignado por la Justicia. La empresa en aquel momento había negado también despidos.
Ubicada a 750 kilómetros de los puertos, la empresa había decidido elaborar su propio aceite (materia prima del biodiésel) comprando soja. Sin embargo, discontinuará la molienda, además del acopio y la planta de balanceados, por la suba de los costos logísticos en dólares, «paritarias salariales únicas para todo el país que no tienen en cuenta las desventajas regionales» y, entre otros factores, la quita del diferencial arancelario del 3% que había entre el poroto de soja y los subproductos como la harina y el aceite. Según las empresas, el diferencial permitía que las firmas pudieran transformar el grano para darle valor con subproductos como la harina, el aceite o el mismo biodiésel.
«Lamentablemente nuestro país no tiene políticas que incentiven a la instalación y sostenimiento de plantas como la nuestra, lejos del puerto y por lo tanto de menor escala, que no son tan eficientes en costos, pero que hacen un gran aporte al desarrollo regional y a la agregación de valor en origen ahorrando gran parte de la logística», cuentan en la compañía.
Según consignó El Liberal, el gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, se mostró preocupado por los despidos. «Me duele ver que más familias queden sin trabajo», expresó.
FUENTE: DIARIO LA NACION