Proponen disminuir las emisiones de dióxido de carbono para contaminar menos.
La Fórmula 1 tampoco quiere quedarse fuera de la defensa del medio ambiente, por lo que pronto pisará el freno a las emisiones de dióxido de carbono (CO2). No obstante, la búsqueda de tecnologías más armónicas con el entorno son un complicado ejercicio de equilibrio en el máximo deporte de la velocidad.
Hasta ahora, la Fórmula 1 y la protección del medio ambiente se consideraban incompatibles: los coches de 800 caballos queman entre 80 y 100 litros de combustible cada 100 kilómetros, y las emisiones de CO2 en la categoría mayor del automovilismo son altísimas. Con unos 1.500 gramos de CO2 por kilómetro, un auto de Fórmula 1 escupe nueve veces más que un coche común, de un promedio entre 160 y 170 gramos de CO2/km. La Unión Europea ya decidió limitar las emisiones a 130 gramos.
La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) decidió adaptarse a los tiempos que corren y evalúa medidas ambientales en la Fórmula 1, como el uso de biocombustibles a partir de 2011. Además se avanzará en conceptos como recuperación de calor y energía. Sólo así podrá evitarse que la Fórmula 1 sea «vista como un dinosaurio», advierte el jefe de la FIA, Max Mosley.
La Fórmula 1 «verde» fue proclamada como un objetivo a mediano y largo plazo. Con esto en mente, Honda competirá este fin de semana en Melbourne, en el Gran Premio de Australia, con su «coche-globo terráqueo», al igual que en las demás 16 carreras de la temporada.
En una iniciativa pionera, Honda no vestirá logotipos este año tras la renuncia de su principal auspiciante, una marca de cigarrillos. En lugar de eso, un mapa del mundo adorna el bólido de la escudería japonesa.
«El cambio climático es probablemente el mayor problema individual que amenaza nuestro planeta, y tampoco la Fórmula 1 es ajena a este problema», según el jefe del equipo Honda, Nick Fry.
Fuente: Diario La Capital