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Una sociedad entre productores y una eléctrica consiguió 8 millones de dólares para ampliar una planta de biogás.
Se trata de Huinca Bio, de Córdoba, que invertirá en total 10 millones de dólares; en tres semanas comenzarán las obras; con un biodigestor producirá energía en base a sorgo y basura orgánica.
CÓRDOBA.- En tres semanas comenzará la construcción de la ampliación de la planta de biogás para la que Huinca Bio firmó un contrato con el Ministerio de Energía de la Nación para proveer al sistema nacional de 1,62 MW/hora durante 20 años. Generará energía renovable en el marco del programa RenovAR, con una inversión de 10 millones de dólares.Parte de la central de Huinca Bio. Foto: Fecofe.
Huinca Bio -sociedad integrada por la Federación de Cooperativas Federadas (Fecofe) y la Cooperativa de Electricidad Huinca Renancó- consiguió financiamiento por 8 millones de dólares a través de BA Desarrollos, una empresa del grupo Banco Provincia. El crédito es a 15 años en una decena de desembolsos, que comienzan el 25 y son contra el avance de obras.
Juan Manuel Rossi, presidente de la empresa, explicó a LA NACION que los trabajos se iniciarán en paralelo al primer desembolso. Hoy tiene capacidad instalada para producir 300 Kw/ hora a partir del procesamiento de entre 6 y 7 toneladas de basura orgánica, que se «mezclan» con la producción de 200 hectáreas de sorgo, un híbrido forrajero azucarado.
«No lo hacemos porque Camesa no nos compra energía de manera parcial, por eso esperamos tener la ampliación terminada», dijo Rossi. Las obras se realizarán con empresas locales mientras que parte del equipamiento es importado desde Italia y Suecia.
El proyecto de Huinca Bio no termina en el departamento General Roca, en el sur cordobés. El objetivo es replicar el modelo en otras localidades de esta provincia, en Santa Fe y en Tucumán. «Los resultados son buenos tanto en lo económico como en lo ambiental, por lo que vale la pena expandirlos; es una posibilidad de crear polos agroindustriales», describió Rossi.
Con la nueva planta se cuadruplicará la cantidad de hectáreas de sorgo a usar que se suman a los residuos orgánicos (que son triturados y a los que se les inyecta agua). Esa mezcla ingresa al biodigestor, donde se produce el biogás que utilizan los generadores para producir electricidad.
La generación de 1,62 MW/hora permite atender a unas 3000 viviendas. Si las casas no tienen gas -lo que hace aumentar el consumo de electricidad-, la población servida sería la mitad.
Además de producir energía y reutilizar los residuos orgánicos, el proceso deja un subproducto, que es un fertilizante en formato líquido y sólido que los productores pueden utilizar en pasturas, verdeos y en el sorgo.
por Gabriela Origlia
Fuente: La Nación