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La industria del biodiésel enfrenta un panorama complejo. El cierre de EE.UU. para el biodiésel argentino, tras los fuertes aranceles que impuso su Departamento de Comercio, abrió el debate sobre qué alternativas puede tener el país para suplir ese mercado.
Al respecto, LA NACION consultó a Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, Juan Manuel Garzón, economista del Ieral, de la Fundación Mediterránea, y a Nelson Illescas, director de la Fundación INAI.
Claudio Molina, Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno
«El mercado interno no está en condiciones de absorber las 1,5 millones de toneladas que se envían a EE.UU. y la apertura del mercado europeo está demorada. Esperemos que recién en el último bimestre muestre números auspiciosos, aunque creo que la industria tendrá que exportar con baja rentabilidad a ese destino».
«La resistencia de las compañías petroleras y automotrices a facilitar las cosas para que aumente el corte en el mercado interno más allá del 10% son muy fuertes y no veo por el momento grandes chances. El Gobierno viene muy demorado con la implementación de un mayor uso de biodiésel por vía de programas específicos en flotas cautivas y en el agro, que aún implementándose, no generarían una demanda muy importante a corto plazo».
«Desde hace mucho se intenta subir el corte al 12% para todos y de un 20% para algunos segmentos de consumo, como transporte automotor de cargas, pasajeros y agro. Sin embargo, el Ministerio de Energía no ha respondido positivamente hasta el momento. Por otra parte, en Jefatura de Gabinete se está estudiando a fondo los fundamentos de la política de biocombustibles para definir caminos a seguir a corto plazo».
Juan Manuel Garzón, Ieral
«Los únicos dos mercados con tamaño para absorber el volumen de producción de Argentina son EE.UU. y Europa. Europa era el Plan A en el modelo de negocios de la industria, cuando la UE bloqueó el ingreso se pasó al Plan B, que fue Estados Unidos. Ahora hay que pasar al Plan C, pero no sé si éste fue redactado».
«Supongo que no hay Plan C, porque no existe otro mercado de la potencia de los dos anteriores. Consecuentemente, el escenario esperado a corto plazo, lo que queda del año, es ajuste de producción y caída de exportaciones. Algo parecido a lo que sucediera en 2015, cuando las exportaciones se redujeron un 50% y la producción un 30% por la pérdida del mercado europeo».
«Una ampliación del corte interno biodiésel/gasoil podría amortiguar el ajuste. En el caso que las exportaciones a EE.UU. fuesen a cero, habría que encontrar mercado para 1,5 millones de toneladas de biodiésel (lo que se exportó en 2016 a USA). El corte con biodiésel en el mercado interno (10%) demandará 1,1 millones de toneladas aproximadamente este año, es decir que ni duplicando el corte se sustituiría el 73% de las ventas a EE.UU. de 2016″.
«Serviría negociar cupos con UE y EE.UU. de 200.000/300.000 toneladas bajo determinadas condiciones, aunque depende de la buena voluntad de ellos».
Nelson Illescas, Fundación INAI
«La realidad es que no hay grandes mercados que puedan recibir toda la cantidad que hasta ahora se vendía a EE.UU. de biodiésel. La alternativa más importante es la reapertura del mercado europeo, que se retrasó porque la Unión Europea no logró votar la propuesta de los nuevos derechos antidumping. Esto debía darse en agosto. Se espera que en septiembre u octubre se logre. Allí se debería pagar un arancel del 6,5% más lo que se determine como antidumping, que estaría entre el 4% y el 10%».
«La otra chance para absorber grandes cantidades es el mercado interno, pero ahí pasa por una definición política de aumentar el corte interno, sea para el parque automotor o para la generación de energía eléctrica».
FUENTE: LA NACION