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La reducción de la contaminación y la ultravelocidad son los mayores retos del sector.Un túnel Hyperloop durante la última prueba en el desierto de Nevada (EE UU), el pasado 12 de mayo. JOHN GURZINSKI (AFP).
Desplazarse en la ciudad con un coche sin conductor o viajar de Madrid a Tánger en solo una hora parece ciencia ficción, pero no lo es. La industria del transporte terrestre vive una de sus mayores revoluciones con el desarrollo de nuevas tecnologías tan diversas como la utilización del big data o la propulsión magnética. El coche del futuro está pensado para funcionar como un smartphone con ruedas y los trenes podrán levitar y circular a 1.100 kilómetros por hora. Esos nuevos medios de transporte se adaptan a las demandas del usuario: contaminan menos, son más seguros y más rápidos.
«En la industria del automóvil se prevén cuatro grandes tendencias: coche autónomo, coche eléctrico, coche conectado y servicios de movilidad», explica María José Aguilar, responsable de comunicación de Seat. La empresa, con sede en Martorell (Barcelona), trabaja en un modelo de coche que sea una extensión del smartphone personal y que reduzca el tiempo y el carburante que se gasta en tareas tan rutinarias como buscar aparcamiento. En la firma, propiedad del grupo Volkswagen, estiman que el 25% del tráfico en núcleos urbanos lo generan conductores que intentan estacionar sus vehículos.
En 2016, Seat incrementó un 47% su presupuesto en I+D+i, 226 millones de euros más que el año anterior. Entre los proyectos financiados se encuentra la plataforma CARNET, un equipo con trabajadores de áreas como la robótica y las telecomunicaciones en el que participa Jaume Barceló, catedrático de informática de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC). «Los fabricantes de coches se han dado cuenta de que algo está cambiando», explica Barceló. Seat también invierte en la formación de su plantilla. De los 14.000 empleados de la marca, 2.000 participaron en un curso para que los trabajadores se familiaricen con la forma en la que las nuevas tecnologías «están cambiando el modelo de producción», apunta María José Aguilar.
La contratación de nuevos perfiles laborales es tendencia en la industria. La firma japonesa Nissan presentó en enero de 2017 un modelo de vehículo autónomo, SAM, cuyo proyecto ha sido dirigido por Martin Sirhius. Este ex empleado de la NASA (Agencia Espacial de Estados Unidos) fichó por la marca nipona para adaptar el aluvión de datos que aporta el big data en un coche que «no deje de aprender durante toda su vida útil», explica David Barrientos, director de movilidad inteligente en Nissan. El autónomo de la empresa, propiedad del grupo Toyota, está diseñado para circular sin conductor en ciudad a partir de 2020.
Produicr un coche completamente autónomo es uno de los principales retos del actual mercado automovilístico. La marca estadounidense Tesla, fabricante de coches eléctricos de alta gama, ha revolucionado la industria moderna del automóvil. «El principal objetivo es conseguir un coche con un grado de autonomía de nivel cinco, en el que no se necesite conductor humano», indica un portavoz de la compañía fundada en 2003 por el empresario Elon Musk. Los modelos Tesla se encuentran en el nivel dos, es decir, que tiene una función de piloto automático. A través de un conjunto de sensores y cámaras permite que los coches circulen por el mismo carril sin acción humana. Sin embargo, aún es pronto para que los conductores retiren las manos del volante debido a que la ley de circulación no lo permite.
Musk también ha extendido su idea de movilidad al sector ferroviario. Con el proyecto de tren Hyperloop, presentado en 2013, el empresario norteamericano pretende desarrollar un nuevo medio de transporte que, además de reducir el impacto medioambiental, consiga alcanzar una velocidad de 1.100 kilómetros por hora. «El sector de la movilidad está enfocado en la reducción del impacto ambiental. En un futuro muy próximo, el siguiente paso será la reducción de los tiempos de desplazamiento de largo radio», asegura Alejandro Herrera, miembro del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España.
Esta nueva tecnología consiste en propulsar vagones en forma de cápsulas dentro de un tubo al vacío gracias a un sistema de levitación magnética. La extracción del aire del conducto permite a las cápsulas avanzar con facilidad sin rozamiento con el aire. La velocidad del Hyperloop doblaría el actual récord mundial de alta velocidad que ostenta Japón cuyo tren circula a 603 kilómetros por hora, según el ranking mundial publicado por GoEuro.
Luis González Lorenzo, director del equipo Primex, finalista del Hyperloop One Global Challenge. EDP
Las empresas Hyperloop One, Hyperloop Transportation Technologies y Transpod que desarrollan esta tecnología aseguran que será el medio de transporte menos contaminante del mercado. «Con hyperloop, las emisiones son cero. Lo que emite se limita prácticamente al dióxido de carbono de los pasajeros», afirma Luis González, director del equipo español Primex, cuyo proyecto de conectar Madrid con Tánger (Marruecos) en una hora llegó finalista de la competición Hyperloop One Global Challenge.
González asegura que viajar en Hyperloop costará entre 8 y 17 euros. «La idea es moverse a una velocidad parecida a la de un avión pero con un precio similar al del transporte en autobús», indica. Esta tecnología requiere un nivel de mantenimiento mínimo: «El hyperloop está pensado para funcionar las 24 horas. De día se podrá transportar pasajeros y de noche mercancías, lo que reduciría los costes».
Este nuevo medio de transporte plantea una revolución del concepto de movilidad. Lo fundamental ya no es tanto el medio sino la red que lo sostiene. «Hyperloop hará al mundo físico lo que Internet hizo al mundo digital», aseguró el CEO de Hyperloop One, Rod Lloyd a The New York Times. El reto ahora está en cómo los Gobiernos legislarán para aplicar al transporte del futuro la tecnología del presente.
EL SECTOR FERROVIARIO, INTERESADO EN EL HYPERLOOP
A pesar de que el proyecto de tren hyperloop aún está en fase experimental, diferentes empresas privadas, entre ellas la gestora ferroviaria francesa SNCF, han invertido 70 millones de euros en Hyperloop One. Otras entidades ferroviarias, como la alemana Deutsche Bahn, han anunciado su apoyo a la iniciativa. Renfe no se ha posicionado aún en este nuevo segmento y sigue apostando por la construcción de líneas de AV.
Fuente: El País