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No vamos a poder enfrentar la competitividad que plantea la globalización con la vieja estructura productiva; ya ha quedado demostrado que no garantiza una rentabilidad confiable y lo que es más, no satisface los requerimientos de puestos de trabajo, debemos transformar Salta, exportar productos industrializados y dar a cada habitante la posibilidad de trabajar en su tierra.
Y este es un desafío para todos los salteños. El mundo moderno está hoy más interesado en la innovación que en la industria seriada. La economía del conocimiento y los servicios son una oportunidad para nosotros. Solo necesitamos conjugar el esfuerzo sostenido público privado para desde una potente I+D llegar a la innovación que el mundo demanda e insertarnos competitivamente en él. El mundo de los commodities pertenece a la producción masiva de bienes de consumo y se relaciona con una de las logísticas más importantes de la humanidad, los enormes volúmenes transados y transportados por aire, rutas, ferrocarriles, ríos y mares, incluyen grandes infraestructuras específicas.
La etapa siguiente consiste en su industrialización para transformarlos en alimento humano o animal. Y finalmente su distribución y entrega al consumidor adquiere nuevamente las connotaciones de un servicio. Lo que nos queda por hacer es incorporar eslabones a la cadena productiva de las materias primas que producimos y transformarlas en alimentos terminados, listos para el consumo, fraccionados y con marcas propias. Nuestros principales volúmenes promedio de producción provincial, se corresponden con la soja (855.000 tn año) y el maíz (950.000 tn año), los principales aportes proteicos, de fibra y carbohidratos de los balanceados formulados para animales (vacunos, porcinos, aviar, ictícola, etc.) productores de carne para alimento humano. Es decir la complementación necesaria del aparato agrícola ganadero actual de la provincia, consiste en agregar eslabones a la cadena de valor llegando desde el grano a la carne faenada enfriada y comercializada.
Como subproducto fundamental del procesamiento de la soja, además del expeller, se produce biodiésel, un combustible no contaminante y renovable que podría sobradamente abastecer la demanda provincial de motores diésel utilizados por el agro. La expansión ganadera para alcanzar como primera meta, el autoabastecimiento de carnes de la provincia se sustentará en parte en el rediseño del área amarilla del ordenamiento territorial. La cadena productiva descripta;
1- producción de soja,
2- producción de expeller y biodiésel,
3- producción de balanceados,
4- feed lot, tambos, criadero de cerdos, avícolas ó itícolas y
5- faena.
Se compone de cinco eslabones potentes y capaces de salvar la rentabilidad de la producción aun cuando factores exógenos la afecten, pero para ello el expeller debe alimentar el ganado local y biodiésel consumirse en la producción salteña. Enviar el biodiésel o el aceite al sur, para su corte o transformación, hace inútil el esfuerzo industrializador a 1.500 km del puerto. Lo mismo ocurre con el expeller. Tal vez ha llegado el momento de resolver la utilidad de nuestra ecuación productiva mediante la transformación y complementación de aparato agrícolaganadero actual que depende de nosotros y no de gestionar subsidios nacionales francamente inciertos.
por Fernando de San Román
Fuente: El Tribuno/Salta/Argentina