biodiesel avanzado

Biodiésel de segunda generación en México

#Biodiesel #avanzado para #México #Guadalajara, #Jalisco. 2 de febrero de 2017 (Agencia Informativa #Conacyt).- Ante los precios cada vez más altos de los #combustibles, investigadores trabajan en un paliativo económico y #ecológico: la generación de #biocombustibles.

El Centro de Investigación y Asistencia en #Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco (#Ciatej) lidera los trabajos del Clúster de #Biodiesel Avanzado (#BDA), mismo que forma parte del Centro Mexicano de Innovación en #Bioenergía (Cemie-Bio).

La doctora Georgina Sandoval Fabián, responsable técnica del clúster, señaló en entrevista para la Agencia Informativa Conacyt que el biodiesel es una mezcla de monoalquil ésteres de ácidos grasos. “La clave para entenderlo es que la base es grasa o aceite. Le llamamos biodiesel avanzado para diferenciarnos de los biocombustibles de primera generación, ya que no vamos a utilizar cultivos primarios”, comentó la investigadora.

El clúster se compone por tres centros públicos de investigación —el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (Cideteq) y el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), además de Ciatej—, dos instituciones de educación superior —la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)— y cinco empresas privadas. Asimismo, cuenta con el apoyo de asociaciones civiles, universidades extranjeras y otras organizaciones, entre las cuales las Redes Temáticas del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de Bioenergía y Biocatálisis.

El proyecto fue apoyado por el Fondo de Sustentabilidad Energética conformado por la Secretaría de Energía (Sener) y Conacyt con 92 millones 655 mil 727 pesos, a los que se suman cerca de 22 millones de pesos aportados por las instituciones y empresas participantes.

La materia prima

Las investigaciones del clúster se enfocan en dos materias primas para de ahí obtener biodiesel: microorganismos y grasas y aceites de residuo industrial, como plantas de tratamiento. Con ello, el equipo evita el dilema ético que implica utilizar biomasa que compita con recursos para cultivos destinados para la alimentación humana o animal.

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“Esto plantea retos científicos y tecnológicos, porque estamos tratando con aceites no limpios. Hay que investigar qué tenemos que hacer para convertir estos aceites en un biodiesel de calidad”, señaló la también miembro nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

Al momento, el equipo de Ciatej liderado por la doctora Sandoval Fabián está en la etapa de selección de cepas de levaduras, las cuales son microorganismos que pueden producir aceites unicelulares.

El Ciatej cuenta con al menos 18 años de experiencia produciendo biodiesel, por lo que tiene personal altamente calificado en la producción de este y otro tipo de biocombustibles avanzados. En el proyecto participan cerca de 60 investigadores, estudiantes de posgrado y personal administrativo de este centro de investigación.

Objetivos

Uno de los objetivos del Clúster de Biodiesel Avanzado es consolidar la creación de un organismo encargado de regular y facilitar el desarrollo de la industria del biodiesel en México, como ya existe en otros países. Por otra parte, busca desarrollar tecnologías amigables con el medio ambiente que resulten en una garantía para la seguridad alimentaria del país.

“Además de la movilización económica que una nueva industria puede tener en la creación de empleos, algo muy importante es la parte ambiental. Está comprobado que por ejemplo en la Ciudad de México, 75 por ciento de la contaminación proviene de autobuses y camiones que usan diesel fósil, que es altamente contaminante. Ya se ha comprobado que si cambiamos aunque sea una parte de ese diesel por biodiesel, tenemos beneficios ambientales importantes”, afirmó la investigadora.

Al utilizar cierto porcentaje de biodiesel en sus flotillas de transporte, las empresas pueden acceder a una serie de beneficios fiscales otorgados por el gobierno. Cabe señalar que el uso de este biocombustible no implica cambios importantes a los motores, ya que desde su creación este fue ideado para trabajar con aceites. Posteriormente se modificó para trabajar con diesel fósil.

En tanto, los nuevos conocimientos y tecnologías que de los trabajos del clúster se deriven darán ventajas competitivas a las empresas participantes, en adición a la creación inherente de recursos humanos.

Aunque recién comienzan las actividades de este grupo de trabajo, la doctora Sandoval Fabián confía en que se logren importantes avances en materia de biocombustibles en territorio nacional. “Realmente es satisfactorio ver que sí estamos teniendo un impacto en la política del sector”, concluyó.

Por Montserrat Muñoz

Fuente:Conacyt

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