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Inauguran un «arca de Noé» para conservar semillas en el Artico

biodiesel-semillas-arca-noeAsegurará la supervivencia de cultivos ante catástrofes naturales o guerras.  

LONGYEARBYEN, Noruega.- Con el objetivo de garantizar la supervivencia de una serie de especies esenciales de amenazas como el cambio climático y las guerras, un «arca de Noé» vegetal que albergará semillas de los principales cultivos fue inaugurada ayer en pleno corazón del Círculo Polar Artico, en territorio noruego. 

El proyecto de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, impulsado por el gobierno noruego, el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos (GCDT) y el Banco Genético Nórdico, permitió la creación de un depósito de bancos de duplicados de semillas de cultivos alimentarios que asegura su supervivencia ante catástrofes naturales e, incluso, la acción del hombre.

Situada cerca de Longyearbyen, a 1000 kilómetros del Polo Norte, en una isla del archipiélago noruego de Svalbard, la bóveda bautizada como «arca de Noé» o «del fin del mundo», fue excavada a 130 metros de profundidad en la montaña Plataaberget, de piedra arenisca, impermeable a la actividad volcánica, los terremotos, la radiación y la crecida del nivel del mar.

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, y la premio Nobel de la Paz 2004, la activista keniata Wangari Maathai, fueron los encargados de colocar en la bóveda las primeras semillas -variedades de arroz de 104 países- de los 100 millones que ya se almacenaron ayer.

«La bóveda es nuestra póliza de seguro, el arca de Noé para asegurar la diversidad biológica a las generaciones futuras , dijo Stoltenberg durante la ceremonia, a la que también asistió el presidente de la Comisión Europea, el portugués José Manuel Durão Barroso.

«Este es el Jardín del Edén de hielo , comentó Durão Barroso.

En su momento, la guerra acabó con los bancos de semillas en Irak y en Afganistán, y otro de Filipinas se inundó por un tifón en 2006.

El archipiélago de Svalbard tiene una superficie dos veces superior a Bélgica y una población de 2300 habitantes. Paradójicamente, allí no crece nada. Por esa razón se lo ha considerado el lugar ideal: aislado pero accesible, frío todo el año y políticamente estable.

Capacidad

La bóveda albergará inicialmente 268.000 muestras distintas de semillas -tiene capacidad para 4,5 millones de muestras y 2000 millones de simientes-, que han sido guardadas en paquetes sellados dentro de cajas cerradas herméticamente en cada una de las tres habitaciones que tiene la cámara acorazada, situada al final de un pasillo de 125 metros.

Las semillas permanecerán almacenadas a -18°C, lo que garantiza una baja actividad metabólica y un perfecto estado de conservación durante siglos. En caso de una falla eléctrica, la capa de hielo ártica permanente del exterior actuaría como refrigerante natural.

Se conservarán semillas de cerca de 90 cultivos, como alfalfa, espárrago, cebada, acelga, zanahoria, lenteja, tomate, cebolla, papa, espinaca, trigo y arroz. Se trata de variedades poco frecuentes o tipos tradicionales producidos en países en desarrollo, excluyendo árboles frutales, plantas medicinales y organismos genéticamente modificados.

Sólo en caso de que todas las fuentes de semillas de ese tipo se destruyeran o se agotaran podrán ser extraídas del almacén, a menos que los países donantes -que son los propietarios de las simientes- lo requieran. Unas 20 instituciones de todo el mundo ya han enviado muestras para participar del proyecto.

Costos

La construcción empezó en abril del año pasado y el gobierno noruego asumió su costo, que fue de 6,4 millones de euros (poco más de 9 millones de dólares), mientras que el transporte de las semillas y el mantenimiento futuro de la bóveda estará a cargo del GCDT.

El «arca de Noé» vegetal, considerado el depósito de semillas de cultivos alimentarios más completo del mundo, cuenta con máximas medidas de seguridad.

Rodeada por enormes paredes de cemento y una puerta blindada, con alarma y sensores para detectar la presencia de osos polares -unos 3000 habitan en el archipiélago-, la bóveda fue construida 130 metros sobre el nivel del mar para evitar una inundación si los glaciares de Groenlandia o del Artico se derritieran por el calentamiento global. La estructura de cemento fue ideada para resistir ataques con misiles.

Su techo y entrada fueron decorados por artistas noruegos con acero y espejos, de modo que en verano refleje la luz polar y en invierno adquiera un tono verde turquesa y blanco, haciéndolo visible a cientos de metros de distancia.

Antes de la inauguración, la entrada estaba decorada con cubos de nieve similares a iglúes y una escultura de hielo de un oso polar. Uno de los empleados, Jimmy Olsen, parado frente a la puerta con un fusil largo sobre su hombro, dijo: «Mi trabajo es mantener alejadas a las personas que no deben estar aquí y cuidar la bóveda de los osos polares .

Agencias AFP, EFE, AP y ANSA

Fuente: La Nación

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