Destinar bosques, que pueden absorber dióxido de carbono de la atmósfera, al cultivo de granos puede causar emisiones que superen con mucho los beneficios anuales del uso de biocombustibles, lo que crearía una deuda de carbono que duraría siglos, afirman científicos de la Universidad de Minnesota.
Las autoridades de la Unión Europea y Estados Unidos han concluido que los biocombustibles son una herramienta para combatir el calentamiento mundial, porque emiten menos gases de efecto invernadero que los combustibles fósiles.
Estados Unidos promulgó hace poco una ley para estimular la producción de biocombustibles a 36.000 millones de galones (136.275 millones de litros) en el 2022 desde 7.500 millones en el 2012. La UE requiere que un 10 por ciento del transporte use biocombustibles para el 2020.
Sin embargo, destinar bosques y pantanos, que pueden absorber dióxido de carbono de la atmósfera, al cultivo de granos puede causar emisiones que superen con mucho los beneficios anuales del uso de los combustibles nuevos, lo que crearía una «deuda de carbono» que duraría siglos, dijeron los científicos de la Universidad de Minnesota y de la agrupación Nature Conservancy, de Minneápolis, en un artículo en la revista Science.Si uno quiere mitigar el calentamiento mundial, no tiene sentido convertir terrenos a la producción de biocombustibles», dijo el autor principal del artículo, Joe Fargione, en un comunicado. «Todos los biocombustibles que usamos en la actualidad causan la destrucción de los hábitats, directa o indirectament».
Los científicos estudiaron varios casos de conversión de hábitats naturales, y usaron estadísticas de estudios anteriores, para determinar la cantidad de deuda de carbono acumulada. Concluyeron que el destinar pantanos indonesios o malasios al cultivo de la palma causaba una deuda de carbono que tomará 423 años neutralizar. La sustitución de bosques tropicales en esos dos países con el mismo tipo de cultivo condujo a una deuda de 86 años.
En Estados Unidos los biocombustibles pueden originar una deuda de decenas de años de duración, dijeron los científicos. Al sembrarse maíz para etanol en tierras destinadas a pastos toma 93 años para que se produzcan los beneficios, en tanto el cultivo del mismo fruto en terrenos agrícolas abandonados condujo a una demora de 48 años.
En Brasil, los beneficios de convertir sabanas al cultivo de la soja tardó 37 años en producirse, en tanto reemplazar llanos boscosos con cañaverales causó una demora de 17 años. Al derribarse los bosques tropicales para cultivar soja, se incurre en una deuda de 319 años, dijeron los investigadores.
No todos los biocombustibles causaron deudas de carbono importantes. Según el estudio, dejar que los pastos de pradera crezcan en tierras abandonadas o en terrenos fértiles en que se producían cosechas, condujo a una deuda de un año como mínimo.
«En la búsqueda de soluciones para el cambio climático, debemos asegurarnos de que el remedio no sea peor que la enfermedad», dijo en el comunicado Jimmie Powell, dirigente del equipo de investigaciones sobre combustibles de la Nature Conservancy. «Estos descubrimientos deberían incorporarse en las directrices sobre emisiones de carbono de aquí en adelante».
Los científicos del estudio de Minnesota son el más reciente grupo de investigadores que ha cuestionado el valor del cultivo de ciertos biocombustibles para combatir el cambio climático. Científicos de las Naciones Unidas han dicho que estos métodos conducirán a que haya inundaciones y sequías con más frecuencia, así como tempestades más intensas, lo que a su vez causará el desplazamiento de millones de personas.
La academia nacional de ciencias del Reino Unido, la Royal Society, dijo el 14 de enero que es posible que los esfuerzos británicos para aumentar el uso de biocombustibles no den lugar a reducciones importantes de los gases de efecto invernadero, debido a la conversión del uso de los terrenos asociada con el cultivo de las cosechas. Una comisión de los tres partidos representados en el Parlamento británico dijo el 21 de enero que el Reino Unido y la Unión Europea deberían derogar sus «dañinas» metas en materia de biocombustibles.
En un estudio aparte también publicado el jueves pasado en la revista Science, un equipo encabezado por Timothy Searchinger, becado de investigación de la Universidad de Princeton, concluyó que usar en los automóviles el etanol hecho de maíz o de pasto causa más daños ambientales que los combustibles fósiles.
El equipo de Searchinger determinó que el etanol de maíz casi duplica las emisiones de gases de efecto invernadero en 30 años teniendo en cuenta la conversión de terrenos al cultivo de maíz. El etanol celulósico hecho en Estados Unidos de pastos, un combustible que el presidente George W. Bush destacó como medio de reducir la dependencia del país del petróleo, produce 50 por ciento más emisiones que la gasolina, según el estudio.
Un grupo que representa a los miembros de la industria de los biocombustibles disputó las conclusiones de ambos estudios.
«El aumento de la disponibilidad y uso de combustibles de bajo índice carbónico dará beneficios ambientales inmediatos y duraderos al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y alentar métodos agrícolas sostenibles que arrojan una mayor eficiencia y menores costos», dijo Brent Erickson, vicepresidente de la Biotechnology Industry Organization, en un comunicado.
Fuente: Bloomberg/Infocampo