Fue un anuncio de campaña, pero después de conocidos los resultados electorales del 18 de marzo pasado, el gobernador electo de Entre Ríos, Sergio Urribarri, dio forma al proyecto para promocionar la producción de biocombustibles. La iniciativa ingresó durante la actual gestión en el Senado, que ya le dio media sanción.
Hasta ahí el trámite parecía sencillo y en cuestión de días se presumía que lo aprobaría la Cámara de Diputados. Sin embargo, desde marzo a la fecha el proyecto se encuentra en evaluación por la comisión de Legislación General de la Cámara Baja y muchos vaticinan que será una tarea pendiente para los legisladores que asuman el 10 de diciembre.
La idea de Urribarri es que en la provincia se produzca y desarrolle un polo de producción de biodiésel. A su entender, «con riego y biodiésel Entre Ríos puede ser uno de los complejos agroalimentarios más eficientes del mundo». Urribarri espera que su gestión pueda acordar un modelo de organización con los productores entrerrianos, para duplicar la producción de granos y generar la construcción de plantas de biodiésel. Aunque las críticas de las agrupaciones ecologistas no se hicieron esperar, el gobernador electo está convencido de que el desarrollo de los biocombustibles modificará «positivamente» todo el entorno productivo en la región.
En su análisis, Urribarri indicó que para alimentar plantas de este tipo se necesitará una mayor producción de oleaginosas en la misma superficie sembrada y el biocombustible que se genere será más barato, por lo que hará más rentable las exportaciones o cultivos que hoy no están bien cotizados en los mercados, como el arroz, el sorgo o el lino, entre otros.
«Entendemos que la incorporación de biocombustibles tiene la potencialidad necesaria para reimpulsar el desarrollo del complejo alimentario entrerriano y hacerlo uno de los más eficientes del mundo, ya que, además, cada hectárea afectada a la producción de combustibles limpios tiene el premio de los llamados ‘bonos verdes’ establecidos en el protocolo de Kioto», aseguró Urribarri cuando anunció su iniciativa.
En Entre Ríos, el único proyecto de peso que se analiza corresponde a un emprendimiento que estudia instalarse en Gualeguaychú. Han trascendido estudios de empresas que podrían encarar la elaboración de biocombustibles a través de los desechos de la industria forestal, tal como lo hará la filial argentina de la canadiense Dynamotive, que anunció una inversión superior a 100 millones de dólares para establecer cuatro plantas en las localidades entrerrianas de Gobernador Virasoro y Santa Rosa.
El producto resultante del proceso es bio-oil, capaz de reemplazar o ser mezclado con fueloil, combustible utilizado en procesos industriales o en plantas de generación eléctrica.
Fuente: La Voz del Interior