El biodiésel de algas aún no es sostenible.Todavía debe superar obstáculos físicos y económicos, revela un estudio.
Según un riguroso análisis realizado por ingenieros e investigadores de la Kansas State University, de Estados Unidos, los principales escollos que afronta la producción de biodiésel a partir de algas para convertirse en una alternativa energética sostenible y masiva son de tipo físico y económico. En principio, las expectativas de producción planteadas no serían físicamente viables y, por otro lado, los costos son aún poco favorables para un desarrollo a gran escala. Por Pablo Javier Piacente.
La producción de biodiésel a partir de algas afronta diferentes desafíos económicos y físicos. Imagen: biodisol.com Una investigación realizada por especialistas de la Kansas State University de Estados Unidos pone el acento en los obstáculos que presenta la producción de biodiésel a partir de algas para lograr un mayor desarrollo y convertirse en una opción masiva a nivel energético. De acuerdo con este trabajo, los principales inconvenientes tienen que ver con limitaciones físicas de la producción, y con un esquema de costos poco atractivo para los inversores.
Es habitual que frente a las necesidades ambientales y energéticas que afronta el planeta surja el interrogante sobre las causas que impiden hasta el momento un mayor desarrollo de las alternativas renovables y más favorables al medio ambiente para la producción de energía. Investigadores de la Kansas State University han trabajado sobre este punto, específicamente en lo que se refiere al biodiésel de algas.
El estudio sobre la sostenibilidad del biodiésel producido a partir de algas ha sido difundido a través de una nota de prensa de la Kansas State University, y además ha sido incluido en una reciente edición del medio especializado Bioresource Technology. Las principales conclusiones del análisis indican obstáculos físicos y económicos que impiden un mayor desarrollo de esta alternativa energética.
Los especialistas Peter Pfromm y Vincent Amanor-Boadu, en colaboración con un equipo de ingenieros e investigadores de la Kansas State University, y Richard Nelson del Center for Sustainable Energy de la misma universidad fueron los responsables de este análisis. El equipo aplicó los fundamentos de la ingeniería, sobre todo un balance de masa de carbono, para obtener una base científica sobre la sostenibilidad de esta fuente energética.
Debido a que una planta de producción de biodiésel de algas produce dióxido de carbono, este flujo de carbono debe ser compensado para garantizar la sostenibilidad de su funcionamiento. En otras palabras, la entrada debe ser igual a la salida si se busca que la producción sea sostenible.
Por otro lado, el equipo de especialistas descubrió que bajo las condiciones más óptimas y optimistas de producción, la cantidad de biodiésel generado a partir de algas al día es drásticamente inferior a la producción ideal proyectada para este tipo de desarrollos. Para llegar a este resultado, reprodujeron las condiciones de una planta de producción de este tipo.
Los ingenieros constataron, asimismo, que las estimaciones populares de producción, de entre 200 y 500 gramos de algas por metro cuadrado al día en estanques abiertos, no eran viables, sencillamente porque no existe la luz solar suficiente. Como consecuencia, para los expertos de la Universidad de Kansas, esa producción es físicamente imposible.
Por el contrario, el equipo estimó una producción más realista, en torno a los 50 gramos de algas por metro cuadrado al día. Los investigadores determinaron que se necesitarían 28,5 kilómetros cuadrados de estanques abiertos para producir 14.000 toneladas de algas por día, destinadas a reemplazar 50 millones de galones (casi 190 millones de litros) de diésel de petróleo al año.
Costos e incentivos
Esas cifras permitirían una producción de biodiésel de algas verdaderamente respetuosa con el medio ambiente y de carácter sostenible, aunque solamente representaría cerca del 0,1 por ciento del consumo anual de diésel en los Estados Unidos. De esta manera, resulta vital optimizar tecnológicamente la producción de este tipo de biodiésel para poder generar más combustible pero sin afectar la sostenibilidad de los proyectos.
Por otro lado, existen importantes impedimentos de tipo económico. Para los inversionistas y empresarios, el incentivo para el desarrollo de estas alternativas se encuentra directamente relacionado con la rentabilidad de la producción. Sin embargo, si es necesario esperar 20 años para obtener ganancias los estímulos no aparecen.
Asimismo, los costos de producción son importantes. Una instalación de estanques abiertos con una extensión cercana a los 11 kilómetros cuadrados para el desarrollo de algas destinadas a la generación de biodiésel requiere una fuerte inversión. También es vital la instalación de unidades de refrigeración para evitar el sobrecalentamiento de las algas, así como la implementación de medidas de protección contra microorganismos u otros agentes que pudieran afectar la producción.
De esta manera, los costes de producción, mantenimiento y transporte ligados a una planta de desarrollo de biodiésel a partir de algas son realmente importantes, por lo que requerirían de estímulos y facilidades proporcionados por los estados, si se pretende impulsar nuevas inversiones. Por lo menos hasta que el avance científico permita incrementar la producción de algas por metro cuadrado.
FUENTE: TENDENCIAS 21